Pochoclo, pororó, palomitas de maíz o popcorn. Distintos nombres para el mismo mágico grano de maíz. Su materia prima -el pisingallo- se produce en pocos países. Uno de ellos, la Argentina, el primer exportador mundial del producto. Este pequeño pero rentable sector del comercio exterior nacional vive un momento especial: busca recuperarse de una fuerte inestabilidad producida por la salida del país de Weaver, el mayor operador en volumen, y de la severa crisis de costos que produjo el encarecimiento de los fletes internacionales, que se incrementaron entre el 70 y el 100 por ciento.
El año último, Weaver vendió su megaplanta de Rojas, provincia de Buenos Aires, liquidó el stock remanente y provocó una abrupta caída de los precios. El mercado cambió diametralmente y la principal consecuencia podría ser el ingreso de nuevos empresarios al club de exportadores.
"Nadie en 2004 ganó plata en este negocio", dijo Carlos Wetzler, titular de CFM Brokers, una de las firmas que, con marcas propias, más creció en ventas al exterior. "Muchas empresas que antes no exportaban ahora seguramente se van a animar. Los números finales los vamos a ver a medida que avance el año", describió Gabriela Cavagnero, gerenta de ventas de Hathor, empresa controlada por capitales holandeses.
Los empresarios descuentan que este año la competencia será ardua. En lo que va de 2005, más de 50 empresas concretaron ventas al exterior, mientras que durante todo 2004, ese listado llegó a 74 firmas. "Esto implica una atomización de la oferta bastante importante", opinó Diego Morales, gerente general de Conagra Snack Foods, que vende a 46 países. No obstante, el 76% de todo lo exportado en 2004 se lo repartieron las diez principales empresas, a las que este año -según fuentes del sector- podría sumarse Cargill.
Entre los mercados más importantes del maíz pisingallo argentino, América latina ocupa un lugar preponderante, sobre todo a partir de la retirada progresiva de los Estados Unidos, que debe atender primero su alta demanda interna. Y dentro del subcontinente, Brasil es el principal cliente y el segundo mayor consumidor mundial del producto. Más allá de América del Sur, se abren grandes posibilidades en los países árabes, el sudeste asiático y Europa. "Francia, que es otro consumidor importante, empezó a producir -con subsidios, obviamente- y proveerá a la Unión Europea; eso, posiblemente afecte nuestras exportaciones a ese mercado", reveló Wetzler.
Los nuevos exportadores apuntarían primero a los mercados más fáciles de penetrar: los países latinoamericanos. La Comunidad Andina ya es un muy buen cliente -Colombia, Perú, Venezuela y Ecuador compran volúmenes similares-. "La cercanía, el idioma y los menores requerimientos de calidad hacen que sea más sencillo empezar por allí", detalló Cavagnero.
Las firmas exportadoras consolidadas, que ya alcanzaron altos estándares en el producto que ofrecen, encontrarán su nicho en los destinos más exigentes. Traducido, aquellos que ofrezcan un grano de alta expansión, es decir, aquel que al estallar alcance el mayor volumen.
"Actualmente, para el producto argentino la mayor demanda se concentra en el mundo islámico, desde el norte de Africa hasta Turquía", opinó Wetzler. En cambio, China y Japón, donde también se consume popcorn, han sido mercados impenetrables.
Otro infranqueable es México, el tercer consumidor mundial, monopolizado por los Estados Unidos gracias a las reglas que plantea el Nafta. Tal vez por eso, como contrapartida, Brasil aplica una tasa especial a la importación del pisingallo norteamericano.En este sector, nadie siembra mucho más allá de lo que ya tiene prevendido. Pero a pesar de lo controlada que parece estar la producción, la alta tecnología de las semillas hace que los rendimientos sean cada vez mayores, lo que termina influyendo en los precios.
"En 2003, el valor FOB promedio estuvo en 300 dólares la tonelada. Y en 2004, en 283 dólares. En 2005, seguramente va a seguir cayendo, sobre todo en los países vecinos, que son los que más compran. Probablemente, termine en 270 dólares", explicó Cavagnero. Para Wetzler, "se verá una recuperación paulatina, que podría llegar a los 280 o 290 dólares".
El pochoclo, inventado por los aborígenes precolombinos, puede consumirse solo, dulce, salado o -como en Europa- bañado con caramelo. Una tendencia mundial que está incrementando el consumo es la preparación especial para microondas. De hecho, allí parece estar el futuro del negocio.
Pero la Argentina está lejos de agregar valor a la semilla; las distancias respecto de los principales mercados -los de mayor poder adquisitivo- y la falta de insumos, complican esos proyectos. No obstante, si los vecinos brasileños empiezan a considerar las ventajas del maíz pisingallo para microondas, la historia podría cambiar.
Por José Crettaz
Fuente Diario La Nación