Este mes deberían haber finalizado las negociaciones para crear, antes de fines de año, el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Las fuertes desavenencias entre Estados Unidos y el Mercosur llevaron a que el diálogo se interrumpiera en abril pasado, pero en pocas semanas podría resucitarse.
Los copresidentes de la negociación del ALCA, el norteamericano Peter Allgeier y el brasileño Adhemar Bahadian, han mantenido contactos telefónicos en las últimas semanas, después de que pasaran las elecciones presidenciales de Estados Unidos y las consiguientes presiones en ese país contra cualquier apertura comercial que pudiese significar pérdidas de empleos. Ambos funcionarios están trabajando para concretar una reunión entre ellos a fines de mes.
El secretario argentino de Comercio, Alfredo Chiaradia, afirmó que el país también asistirá a ese encuentro.
"Este año van a revitalizarse las negociaciones del ALCA", anticipó Chiaradia. "La idea es terminar las negociaciones este año o el próximo", anheló el funcionario de la Cancillería.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick -cuyo número dos es Allgeier-, tiene un mandato del Congreso de su país para negociar el ALCA hasta mediados de 2005, pero se descuenta que se lo renovarán por dos años más. En octubre próximo se celebran elecciones legislativas en la Argentina.
-¿Por qué la negociación puede prosperar ahora si fracasó el año pasado?
-Habría que preguntárselo a Estados Unidos -respondió Chiaradia-; habrán recapacitado. Va a haber ALCA si la propuesta [de apertura] que escuchamos de ellos es correcta y tienen voluntad de negociar.
"Somos un país ambicioso, queremos acceso al mercado y esencialmente al agrícola", aseveró el secretario, antes de marcharse por unos días de vacaciones.
Hace poco, la agencia Reuters había interpretado que el objetivo comercial del ALCA "está perdido en discusiones políticas". Para Reuters, "la única señal visible que queda del ALCA en la región al finalizar 2004 son los graffiti en los muros de la capital de Brasil. «No al ALCA, no al imperialismo yanqui», dice uno de esos mensajes críticos en una de las paredes de una estación de autobuses cerca del palacio presidencial brasileño".
"La Argentina sigue comprometida con el ALCA y, más allá de la necesidad de equilibrar la negociación, que aspiramos a que se refleje, no tenemos ningún impedimento para avanzar en el proyecto", respondió Chiaradia, en implícita alusión a la crítica norteamericana contra la "oposición retórica" del Mercosur a la integración continental.
"El ALCA debe resultar en acceso a la producción agrícola, industrial y de servicios. Debe haber disciplinas [reglas] en otras áreas, pero debemos ser realistas y flexibles: nosotros tenemos limitaciones en inversiones, compras gubernamentales y propiedad intelectual; ellos, en subsidios agrícolas", describió Chiaradia. "No hemos llegado al ALCA porque no logramos un acuerdo que nos interese en términos de productos", opinó el hombre del canciller Rafael Bielsa. "Tengo un enorme interés en el ALCA, pero tengo que tener un incentivo que satisfaga a los exportadores argentinos", concluyó.
La canciller de Paraguay, Leila Rachid, cuyo país ejerce la presidencia pro témpore del Mercosur en el primer semestre del año, anunció el lunes pasado la reanudación de las negociaciones del ALCA. La temperamental Rachid advirtió que la revitalización del diálogo "no significa que el Mercosur ceda en su postura".
En una entrevista reciente, el canciller brasileño, Celso Amorim, declaró que su país "nunca se opuso a los diálogos del ALCA", sino que "simplemente es que, cuando quedan enfrascados en la burocracia, tienden a sacar a colación el fundamentalismo de ambas partes". Pero el jefe del brasileño Instituto para el Estudio de Negociaciones y Comercio Internacional, André Nassar, duda de que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva logre acuerdos en vista de que el año próximo competirá por su reelección.
En noviembre de 2003, en Miami, se había pactado entre los 34 países aspirantes al ALCA que se firmaría un acuerdo marco con pocos contenidos, o light, a partir del que se negociarían pactos más profundos en el nivel bilateral. "Nuestro desafío será trasladar el mandato de Miami a negociaciones específicas", dijo un vocero de Zoellick.
"Habrá mucha presión por parte del nuevo gobierno del presidente Bush frente al ALCA", pronosticó el analista Norberto Consani, de la Universidad de La Plata. "Este va a ser un año clave en las negociaciones internacionales, pero no sé qué tan fácil será para Bush romper la resistencia del eje Argentina-Brasil", añadió.
Por Alejandro Rebossio
Fuente Diario La Nación