Una década después de su nacimiento oficial, el Mercosur celebrará esta semana en Brasil su XXVII Cumbre, en la que buscará formas de superar antiguos y nuevos problemas que impiden el fortalecimiento del bloque que conforman Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La conferencia, que se realizará entre el miércoles y el viernes en la histórica ciudad de Ouro Preto -donde, en 1994, fue lanzada la unión aduanera del bloque- coincide con un nuevo momento de tensión en las relaciones entre los dos principales socios, Argentina y Brasil. Esta semana, el Gobierno brasileño rechazó una propuesta de Argentina, que busca crear un mecanismo automático de salvaguardias para limitar las exportaciones de Brasil en caso de perjuicios para la industria local.
En un intento de evitar que el tema "contaminara el ambiente" de la Cumbre de Ouro Preto, el Gobierno brasileño elevó una contrapropuesta a las autoridades argentinas, pero no hubo acuerdo, y las negociaciones serán reanudadas en enero.
Los roces entre Brasil y Argentina reflejan problemas estructurales del bloque. Diez años después de la firma del Tratado de Ouro Preto, aún están vigentes las listas de productos exceptuados de la zona de libre de comercio, y la unión aduanera sigue lejos de ser realidad.
Productos importantes como bienes de capital, de informática y de telecomunicaciones siguen sujetos a regímenes especiales que los excluyen del Arancel Externo Común (AEC) que incide sobre las importaciones de países de fuera del bloque.
Además, el Mercosur no ha logrado evitar la doble o triple cobranza del AEC sobre productos extrabloque que circulan por los países miembros.
Uno de los acuerdos que resultarán de la próxima cumbre contempla, precisamente, eliminar esa práctica en forma gradual y asegurar que el AEC incida una sola vez sobre las importaciones de terceros países.
Además, los mandatarios participantes anunciarán la creación del Parlamento del Mercosur en 2006 y de un pasaporte común para los viajeros del bloque, y firmarán un acuerdo por el cual los cuatro países abrirán a la participación de sus socios las licitaciones de compras gubernamentales.
Durante la conferencia, se anunciará además el ingreso de Ecuador como miembro asociado del bloque -en condiciones similares a Bolivia, Chile, Perú y Venezuela- y las negociaciones con miras a acuerdos comerciales con India y la Unión de Africa Austral.
Sin embargo, esos avances no ocultan los graves problemas internos del Mercosur, que actualmente enfrenta también una disputa interna generada por la presentación de dos candidaturas -de Brasil y de Uruguay- a la dirección general de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Además, el fracaso del intento del Mercosur de firmar este año un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) frustró a sectores de la industria brasileña.
La poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP) presentó esta semana una propuesta elaborada por el economista Roberto Gianetti da Fonseca, que aboga por renunciar al proyecto de unión aduanera y limitar el Mercosur a una zona de libre comercio.
Gianetti argumenta que, al negociar en bloque con los países ricos, el Mercosur presenta ofertas poco generosas de apertura comercial, lo que vuelve inviables los acuerdos.
La Cancillería brasileña, sin embargo, rechaza esa propuesta, y sostiene que, al actuar como un bloque, los países de la región mejoran su posición negociadora frente a socios más poderosos, y pueden alcanzar acuerdos mejores en proyectos como el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Fuente DPA