La Argentina se consolida como el décimo productor mundial de té negro y verde, y exporta el 90 por ciento de este producto en países tales como Estados Unidos, Chile y Gran Bretaña. Según los datos proporcionados por la Dirección Nacional de Alimentación, las ventas al exterior de té superan el 90 por ciento de la producción anual, obteniendo el séptimo puesto como país exportador e ingresos por 45 millones de dólares por año. En Argentina, la producción de hojas extraída de la zafra de té es de unas 273 mil toneladas, y tras aplicar un proceso de deshidratación, se logran obtener un promedio de 60 mil toneladas.
Las exportaciones de té elaborado en Argentina, representan más del 90 por ciento del total de lo producido, a un precio promedio de venta de unos 750 dólares la tonelada de este producto.
Las ventas al exterior de té argentino durante el 2003 fueron destinadas a los mercados tradicionales, alcanzando un volumen de 59.100 toneladas comercializadas, lo que ha representado un 4 por ciento más que los envíos realizados en el 2002.
La materia prima argentina en el exterior es considerada de llanura, ya que se planta entre los 250 y 300 metros sobre el nivel del mar.
Argentina se ubica en el décimo puesto como productor mundial de té y ocupa el séptimo lugar como país exportador. En tanto que el volumen exportado de esta infusión, de tendencia creciente en los años recientes, representa poco más del 90 por ciento de la producción anual, y el 3,5 por ciento del comercio mundial.
El área cultivada en las provincias de Misiones y en menor medida en Corrientes es de aproximadamente unas 40.000 hectáreas.
El té es cultivado en diversos países: la superficie cultivada ocupa 2,6 millones de hectáreas alcanzando una producción mundial de 3,1 millones de toneladas. En 1850, el té fue extensamente plantado en la India y Ceilán (actual Sri Lanka), y posteriormente, se expandió al sudeste de Asia, al este de África y América del Sur.
Tanto China como la India aún son los mayores productores mundiales, pero como también son los principales consumidores en el ámbito internacional, buena parte de la misma la emplean para satisfacer su propia e importante demanda interna.
También se destacan como importadores y consumidores mercados tales como la Federación Rusa, el Reino Unido, Pakistán y Estados Unidos.
En la Argentina, se plantan tanto el té negro como el verde. El primero es el resultado obtenido mediante un proceso industrial que involucra el secado de las hojas, de operaciones mecánicas y de reacciones químicas y enzimáticas.
El té verde posee un gran poder antioxidante y es obtenido por calentamiento, enrulado, secado de las yemas, hojas jóvenes, pecíolos y tallos tiernos, pero sin ningún proceso de fermentación.
Fuente DyN