Exportar diseño argentino es un desafío. Pero con creatividad y audacia, los empresarios van ganando paso a paso espacios en mercados que demandan innovación y calidad. Tal es el caso de la vidriería Planas Viau, fundada por el cineasta Gustavo Viau, junto con su hermano Roberto y Carlos Planas (ambos profesionales de las finanzas). Se asociaron en 2002 con la idea de combinar su pasión por el arte con los negocios. El primer paso fue comprar y reciclar una fábrica de vidrio cerrada, que Gustavo conoció mientras trabajaba en la producción de un film. La fábrica había sido instalada en la década del 40, en Lomas de Zamora, por un grupo de maestros vidrieros llegados desde Alemania, que enseñaron las técnicas del soplado y el modelado del vidrio a los jóvenes aprendices.
Con el cierre, muchos de los ya no tan jóvenes, pero sí expertos artesanos tuvieron que dedicarse a diferentes tareas, pero fueron reunidos por los Viau a fines de 2002 y recuperaron su oficio. El equipo de Planas Viau se completa con diseñadores, artistas plásticos, arquitectos, ingenieros y químicos. Los tres socios recuerdan, casi dos años después, los meses de vértigo que pasaron probando materiales hasta alcanzar las formas y colores que deseaban: "La meta era producir objetos en vidrio soplado con una calidad y diseño que estuviera en condiciones de competir en los mercados más exigentes", señaló Roberto Viau.
Las primeras exportaciones surgieron sin que hubieran trazado ningún plan. Los referentes del diseño en Brasil Atilio Baschera Netto y Gregorio Kramer conocieron los objetos de iluminación y decoración de Planas Viau por medio de arquitectos y diseñadores argentinos, y en diciembre de 2003 iniciaron los pedidos para su exclusiva casa de decoración Again. Más tarde, los diseños llegaron a Estados Unidos, Ecuador y Chile y ahora los empresarios se preparan para ingresar en Europa y Japón. "Podemos competir con calidad y precio. En el mundo no quedan muchas fábricas que trabajen en forma artesanal, y nuestros precios son accesibles", indicó Viau. En la fábrica se realizan artesanalmente unos 3000 objetos por mes, pero confían en duplicar en menos de un año tanto la producción como la exportación.
Las ventas al exterior representan un 35% de la facturación de la empresa. Algunos de sus clientes locales son cadenas de hoteles internacionales como el Four Seasons (ver recuadro) y el Sofitel. También El Porteño compra sus productos y demanda sobre todo espejos tallados y plateados: "Por la repercusión que tuvieron los espejos descubrimos nichos de mercado en Miami, Los Angeles y Nueva York" , explicó el empresario. Quienes quieran verse reflejados en esos originales trabajos deben abonar 2000 dólares.
También exportan a Estados Unidos bachas sopladas para baño a precios que oscilan entre los 200 y 300 dólares. El Pacific Design Center, en Los Angeles, es uno de los sitios más destacados en donde se encuentran los diseños de la firma. Pero los hermanos Viau y Planas tienen puestas grandes expectativas en el London Design Festival, que se realizará este mes. "Es una importante oportunidad para exhibir nuestros diseños y ver la reacción de compradores de todo el mundo", señala Roberto Viau.
Por Graciela Cañete
Fuente Diario La Nación