Las discrepancias entre América Latina y Estados Unidos por el
comercio agrícola quedaron expuestas en la séptima reunión ministerial del ALCA,
realizada en la capital ecuatoriana, aunque se reconocen avances en la materia. Los
cancilleres y ministros de Comercio de los 34 países que negocian la creación del ALCA
(Area de Libre Comercio de las Américas) confirmaron su compromiso de eliminar los
subsidios a las exportaciones que afectan el intercambio de productos agropecuarios,
al igual que otras medidas de efectos similares. La declaración final de la VII
Cumbre Ministerial estableció expresamente "la importancia de la agricultura para la
economía de la región", un enunciado que en principio no era aceptado por los
representantes estadounidenses.
El ministro de Comercio de Venezuela,
Ramón Rosales, destacó la inclusión de este aspecto en la llamada Declaración de
Quito, pues entiende que es un avance respeto de la reunión ministerial realizada en
abril del año pasado en Buenos Aires. "El tema agrícola ya no va como anexo sino con
el reconocimiento explícito de que no entraremos a desgravar aranceles en agricultura
si previamente no se resuelve el problema de los subsidios y las ayudas internas",
explicó.
Rosales añadió que es hora de que el gobierno de Estados Unidos
"comience a darse cuenta de que no puede haber ALCA sin un tratamiento especial a la
agricultura, porque América Latina se resistirá a un acuerdo" en el que no se proteja la
economía campesina".
En la reunión ministerial, Ecuador dejó en manos
de Brasil y Estados Unidos la presidencia conjunta del Comité de Negociaciones
Comerciales, encargado de sentar las bases para la puesta en marcha a fines de 2005
del ALCA, conformado por 34 países americanos, todos excepto Cuba.
El
canciller de Brasil, Celso Lafer, dijo a IPS que "la integración americana tiene que ser
equilibrada, eficiente y transparente, de tal manera que conduzca a resultados serios",
y ese "es un esfuerzo común que la copresidencia tendrá que asegurar".
Sin embargo, Lafer aclaró la presidencia conjunta con Washington no significará
el abandono de las posiciones divergentes entre los dos países. "No es una
responsabilidad compartida sobre posiciones comunes, porque mantenemos visiones
distintas sobre muchos aspectos", puntualizó. Agregó que Brasilia trabaja para lograr
acuerdos entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina de
Naciones (CAN), para aunar esfuerzos en busca del mejor posicionamiento de la región
frente al acuerdo continental en conformación. "La idea es tener una organización
cooperativa sudamericana y una iniciativa con proyectos de infraestructura para
fortalecer la economía regional y avanzar hacia una integración", apuntó.
El Mercosur está conformado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, y tiene
como países asociados a Bolivia y Chile, mientras que la CAN reúne también a Bolivia,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Por su parte, el ministro brasileño de Desarrollo,
Industria y Comercio de Brasil, Sergio Amaral, señaló que sido fundamental la "presión
latinoamericana a Estados Unidos" para que se otorgue prioridad a la búsqueda de "una
solución a la problemática agropecuaria". "Creo que, para el Mercosur y la CAN, la
negociación no tiene sentido si no involucramos esos asuntos en primer lugar",
comentó. "Lo más importante en las tratativas en curso es la aplicación de una
reducción de los subsidios y en el apoyo interno a los productores rurales por parte de
Estados Unidos, al igual que la remoción de barreras" a sus importaciones, argumentó.
Amaral resaltó que "nadie está negociando para que no haya acuerdo y
Brasil quiere uno bueno, pero, si en ese marco Washington no concreta la remoción de
las barreras que afectan a nuestros exportadores, por supuesto no hay razón para el
ALCA".
Estados Unidos insiste en que todo lo relacionado con la
agricultura se negocie en la Organización Mundial de Comercio (OMC), para que no se
retrase la entrada en vigencia del ALCA, fijada para fines de 2005 en la Cumbre de las
Américas realizada en abril de 2001 en la ciudad canadiense de Québec.
Tras la
clausura de la reunión, el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert
Zoellick, defendió esa posición y justificó la política agrícola de su país indicando que
los subsidios que otorga a su producción son menores que en la Unión Europea y Japón.
Organizaciones no gubernamentales que se oponen a la creación del
ALCA calculan que en los últimos 10 años Estados Unidos ha otorgado a sus
productores unos 180.000 millones de dólares. Mientras, Zoellick indicó que de aquí en
más "Brasil y Estados Unidos trabajarán en una atmósfera cordial", intentando alejar las
dudas sobre una relación conflictiva entre los dos países por las discrepancias
manifestadas en torno al ALCA. También resaltó "el gran liderazgo" brasileño en la
región.
Washington y Brasilia presidirán el proceso del conformación del
ALCA hasta la finalización de las negociaciones, previstas para 2005. En la reunión
ministerial de Quito quedó claro que Estados Unidos, Canadá y Chile impulsan la
aceleración de la puesta en marcha del ALCA, a diferencia de Brasil y otros países que
entienden poco probable que se cumpla con la fecha pactada debido a las significativas
divergencias aún sin resolver.
En los días previos a la reunión, fuentes brasileñas
insinuaron la posibilidad de retirarse de las negociaciones si Estados Unidos no eliminaba
las medidas proteccionistas.
Zoellick replicó con la amenaza de que el
acuerdo se concretará pese a que "algún país quiera quedarse fuera". También precisó
que Washington tiene en marcha acuerdos bilaterales de libre comercio, como el que
concretará este año con Chile y el que comenzará a negociar a inicios de 2003 con el
bloque conformado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. "En
mi lista corta de países que han pedido acuerdos figuran además Panamá, República
Dominicana, Bolivia, Perú y Uruguay, de manera que no hay ninguna escasez de
clientes", afirmó desafiante Zoellick.
En cambio, el presidente electo de
Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, que asumirá el cargo el 1 de enero, ya aseguró que su
prioridad será el Mercosur. Seguiremos "rescatando y ampliando el Mercosur como
instrumento de integración e implementando una negociación soberana frente a la
propuesta del ALCA", sentenció Lula, quien había señalado durante su campaña
electoral que ese acuerdo continental buscaba la anexión de América Latina a Estados
Unidos.
Declaración Ministerial de Quito