Tras la salida de la convertibilidad, el diseño argentino comenzó a viajar por el planeta de la mano de las numerosas manufacturas que empezaron a encontrar su lugar en distintos mercados. Pero también llegaron las exigencias de mejores envases y soluciones para los distintos problemas que plantea "jugar en primera" en el comercio mundial. Se despachan muebles, envases para bebidas y utensillos para cocina. La clave está en vincularse mucho por Internet. Actualizados
"Creo que la adaptación fue bastante rápida porque desde hacía tiempo Argentina tenía una generación de diseñadores trabajando de forma muy profesional y en contacto con las últimas tendencias", explicó Alfredo Wagner, dueño de AW Desing, especializado en diseño de embalajes.
Además de los distintos productos manufacturados que salen desde Argentina, muchos estudios comenzaron a vincularse con empresas extranjeras vía Internet. Tal el caso de Tridimage, una Pyme formada por Adriana Cortese, Hernán Braberman y Virginia Ginés que tienen mucho éxito con el desarrollo de diseño estructural y gráfico de envases para bebidas masivas. "Nos vinculamos por mail o teléfono y los dibujos van y vienen hasta la aprobación" cuenta Cortese. Hoy sus diseños están en México, Estados Unidos, Hungría y Canadá.
Los responsables de ZumDisegno —Mercedes Ceciaga y Facundo Spataro— optaron por el diseño de cabinas para ascensores que exportan a Brasil, Chile, Perú y México. También desarrollaron objetos para el sector de comidas gourmet —como tablas para cortar pescado, fruteras y paneras— con la marca Guapo que venden en EE.UU. y la Unión Europea.
Si bien sobre este tipo de exportaciones no tradicionales no hay registros de montos comercializados, como dato vale esta comparación: en Inglaterra el diseño de una botella para vinos ronda los US$ 20.000. El mismo trabajo, en Argentina se cotiza en US$ 4.000.
Perspectivas
"En los últimos años el diseño argentino se ha visto valorizado en el exterior. Este fenómeno, aunque muy incipiente, se debe a las buenas referencias de los diseñadores que están trabajando afuera", confió Ricardo Blanco, director de la carrera de Diseño de la Universidad de Buenos Aires. Para Blanco, los diseñadores argentinos tienen "buenas posibilidades" para ingresar en el mercado internacional "pero es necesario que los empresarios los apoyen".
Eduardo Naso, titular de NYA, encontró el nicho en el rediseño y equipamiento de locales comerciales y así logró ser proveedor de la firma francesa Lacoste en Centroamérica.
En Mogano diseñan muebles que comercializaban a través de tercero, pero desde hace ocho meses se lanzaron a vender muebles de estilo contemporáneo en forma directa al público. Matías Chidini, dueño de la empresa, afirma que así lograron establecer contactos en Estados Unidos, Australia, Perú y República Dominicana, donde el precio varía de los US$ 200 a US$ 800 para las sillas en madera y cuero.
Por Alejandro Fischer
Colaboró Iván Damiánovich
Fuente Diario La Razón