Mendoza ha dado muestras de tener aptitud productiva
en actividades no tradicionales. Una muestra son las empresas del sector maderero
que, a pesar de la crisis y del impacto que provocó el fenómeno de las importaciones,
están aprovechando las oportunidades que ofrece el mercado interno. Algunas, incluso,
han dado un paso importante hacia la exportación. Actualmente, hay más de
100 empresas -de las 300 que había en 1998- que industrializan madera en la provincia.
El espectro abarca desde pequeños aserraderos hasta fábricas de productos
especiales.
A la actual superficie forestada que existe en Mendoza
-calculada en unas 10.000 hectáreas- se sumarán este año otras 4.000, como
consecuencia del Régimen de Promoción Forestal que otorgó incentivos fiscales para
los inversores en el período 2000/01.
La oferta exportable de la provincia
va desde maderas aserradas y piezas elaboradas a partes de escaleras, pasando por
tablitas de álamo utilizadas en la fabricación de lápices, hasta planchas laminadas para
cobertura de techos. “La producción e industrialización de la madera tiene excelentes
perspectivas, no sólo en el mercado interno, sino en mercado internacional.
En tal
sentido, la demanda de carpintería de madera de álamo en EEUU es creciente”, dijo
Eduardo Fabre, subsecretario de Promoción Económica.
El país del norte es el
destino del 98 % de los productos madereros de alto valor agregado provenientes de la
Argentina.
Ante este panorama, la exportación de partes de muebles y
madera semi industrializada ya está siendo explotada por algunas firmas locales. Con
varios años de trayectoria, Valerio Oliva vende a Estados Unidos, Israel, Brasil y a
México.
La competitividad alcanzada tras la devaluación del peso le
permitió a la empresa aumentar alrededor del 40% sus envíos al exterior. “Estamos
buscando afianzarnos en el mercado externo ya que no esperamos una mejoría del
mercado interno para los próximos meses”, dijo Jorge Oliva, gerente de la firma que
cuenta con 130 empleados, distribuidos en Mendoza y en Misiones, donde cuentan con
aserradero y secadero propios.
A raíz de la parálisis que sufre el sector
de la construcción, desde hace dos años varias empresas mendocinas se orientaron a
la elaboración de partes de muebles y aberturas de distinto tipo, para alcanzar mayores
precios principalmente Brasil y EEUU.
Si bien el impulso exportador es muy
incipiente, los productos mendocinos que cruzan la frontera se utilizan por lo general en
el sector de la construcción y para uso en carpintería y mueblería.
El
Ministerio de Economía avanza en la constitución del Instituto de Desarrollo Industrial,
Tecnológico y de Servicios, dentro del cual funciona un sector denominado Madera y
Muebles que agrupa a los integrantes de la cadena de valor desde el productor
primario, aserraderos y fábricas de muebles.
“La idea, basada en el
esquema asociativo, es emular el modelo de Italia -sostiene Fabre- donde las pequeñas
mueblerías que antes producían sólo para los pueblos donde estaban instalados ahora
venden en distintas partes del mundo”.
A nivel nacional, sólo en el primer
semestre del año unas 20 empresas productoras de tablas aserradas, machimbre, y
molduras de pino , entre otros insumos de la construcción, superaron el valor de las
ventas al exterior registradas el año último, con transacciones por U$S 26
millones.
FUENTE: Diario Los Andes