Cuando muchos consideraban poco rentable ser productor en el sur, Claudia López y Sonia Pascual invirtieron sus ahorros y pidieron un préstamo para poner en marcha Cuyen, una de las primeras fincas de berries orgánicos, que logró posicionar sus dulces y frutas al natural en la Argentina y exportar a Estados Unidos y Japón. En 1992, las socias -sobrina y tía- compraron 21 hectáreas en El Hoyo, provincia de Chubut. "La hectárea valía unos 3500 dólares. Juntamos los ahorros y pedimos un préstamo. El terreno que compramos estaba lleno de sauces y fue muy difícil de limpiar", recuerda Pascual, que también trabaja en su profesión de abogada.
"Estamos -continúa- en un valle a 200 metros sobre el nivel del mar que nos genera un microclima ideal para el cultivo de berries. Días cortos y muy fríos en invierno, y largos y muy cálidos en verano, con muchas horas de sol que brindan a las frutas un sabor, tamaño y color incomparables. Por eso, El Hoyo es conocido como la capital nacional de la fruta fina."
Con el terreno listo, las socias avanzaron con las plantaciones de frambuesa, rosa mosqueta, casis, frutilla, grosella, mora y saúco. Tuvieron mucho que aprender y aprovecharon los conocimientos de López, que es técnica en alimentos.
Aunque en un principio las socias se focalizaron en la venta de frutas al natural, surgió la idea de hacer dulces (que la empresa llama confituras), que fueron ampliamente aceptados por consumidores. En la actualidad, la empresa elabora 2000 frascos de dulces y las ventas de estos productos representan el 70% de su facturación, que ascendió a $ 500.000 el año pasado.
Al poco tiempo de haber comenzado con el emprendimiento, las socias decidieron apadrinar a varias fincas de la zona para que funcionaran como proveedores exclusivos de Cuyen.
"Los ayudamos a certificar, y ahora, con su producción, podemos responder a la demanda que tenemos -dice Pascual-. Nuestros proveedores y nuestra finca están certificados por Argencert. Garantizamos así que no utilizamos fertilizantes, herbicidas o mejoradores químicos del suelo."
Según ella, Cuyen ganó un lugar en el mercado por la calidad de sus productos. "No rebajamos las confituras. No les ponemos ni agua ni limón. Lo único que agregamos a la fruta es azúcar orgánico. En el caso de la fruta al natural, lo que hacemos es combinar la fruta orgánica con azúcar orgánico y agua de manantial."
Los productos Cuyen pueden conseguirse en supermercados y casas gourmet y, en el exterior, están en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Japón y Brasil.
Mercedes García Bartelt
Fuente Diario La Nación