Cuando en setiembre de 2000 Ricardo Santucho dejó de trabajar en una
empresa telefónica no sabía muy bien qué iba a hacer, pero estaba a la búsqueda de
algo. Dos años después es propietario, junto con dos hermanas, de un establecimiento
a gran escala de cría de conejos, orientado a la exportación. Todo empezó
cuando quedó sin su trabajo de toda la vida y debió buscar una actividad que le diera
para vivir. Así llegó a los conejos: adquirió un cuarto de hectárea en San José de la
Quintana (a unos 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba) y en marzo de 2001 largó con
el establecimiento Quintana Rabbits, que demandó una inversión cercana a los 90 mil
pesos. “Decidimos hacerlo a gran escala y orientado a la exportación. La única forma
de que esta actividad sea rentable ya que el mercado interno es muy reducido”, explica
Santucho, propietario del emprendimiento.
Casi al mismo tiempo, se
instalaron otros dos productores en la zona (El Conejal, de Santiago Nicola, y Cabaña
La Quintana, de Miguel Sanchi) con quienes comenzó a fabricar jaulas para consumo
propio, y terminó en una asociación que monta galpones llave en mano para conejos,
con jaulas, accesorios y reproductores incluidos.
El establecimiento tiene
ocho galpones (la mitad para reproducción y la otra mitad para engorde) con capacidad
para 800 madres. Comenzó con 200 hembras reproductoras y hoy cuenta con 600.
El productor trabaja con las razas neocelandesa, californiana y con híbridos
franceses. Sin embargo, estos últimos están desplazando a las razas puras porque
llevan un menor tiempo de engorde. Mientras que los híbridos se terminan en 65 días,
los puros requieren 90 días, lo que eleva el costo de cada animal, que puede pesar
alrededor de 2,5 kilos y consume 10 kilos de alimento.
- Con la
mirada puesta afuera
Santucho se integró desde un primer momento
a la Asociación de Cunicultores de Río Cuarto, que cuenta unos 100 productores de
toda la provincia y que tiene parte societaria en el Frigorífico del Sur, situado en esa
ciudad.
A través de este grupo comenzó a enviar los animales al
frigorífico Coronel Vidal, de Mar del Plata, para su faena y posterior comercialización en
el exterior. Esa planta es la única que hoy tiene contrato de exportación y vende a
España conejo deshuesado.
Además de ese destino, los mercados
potenciales son Italia, Alemania, Estados Unidos y Medio Oriente.
- Volúmenes
La asociación envía mensualmente 30 mil kilos de
conejo vivos. Son alrededor de 15 mil animales (Quintana Rabbits aporta entre 1.500 y
1.600 conejos por mes) y aspiran a crecer en unas cuatro mil unidades más en tres o
cuatro meses.
La exportación se abrió recién en noviembre y
significó un gran adelanto para el desarrollo de la actividad. “Fue una apuesta muy
grande, por el tamaño de la inversión. Si no hubiera salido la exportación era mucha
cantidad de carne para lo que se consume en el mercado interno”, acota el
productor.
La diferencia no sólo está en el precio pagado por los
frigoríficos (para exportación el productor percibe 2,95 pesos más IVA por kilo vivo,
mientras que aquellos que faenan para el mercado interno abonan 2,45 pesos más IVA)
sino también en la poca difusión del consumo en el país.
-
Perspectivas
Además de vender los animales para faenar en Mar del
Plata, la empresa de Santucho está negociando un contrato de exportación para enviar
al exterior 17 toneladas por mes de conejos enteros, sin cabeza y envasados al vacío.
La idea es que la faena se realice a través de Frigorífico del Sur, una vez que obtenga
la habilitación del Senasa para exportar, opción que esperan concretar antes de fin de
año.
“Nuestra intención es que no haya una sola opción para
exportar porque si no ellos fijan el precio y la cantidad. Si lo hacemos a través de la
planta de Río Cuarto nos beneficiamos todos”, agrega.
Fuente: Diario La
Voz del Interior