Después un prolongado aguacero salió el sol para la industria del mueble. Tras la crisis del sector las empresas del rubro comenzaron a recomponer su actividad. Lo hicieron sobre la base de reparar los errores del pasado y se abocaron a consolidar tres puntos: afianzar la experiencia asociativa, encarar el mercado exportador y reconvertir la producción de cara a un mayor valor agregado. La devaluación marcó un antes y un después para la competitividad del sector. Aunque no se trata de una industria sustitutiva de importaciones -como la mayoría de las que se benefició con la salida de la convertibilidad- la industria del mueble pudo capitalizar la diferencia cambiaria para equiparar las asimetrías con Brasil.
Con un real casi en la misma paridad que el peso, la situación tomó otro tono y las empresas del sector pudieron empezar a competir en similares condiciones que el país vecino.
Para algunas, como las ubicadas en la zona de Cañada de Gómez, la estrategia pasó por reconvertir la producción y orientarla a la elaboración de productos en madera maciza. Eso no sólo les permitió correrse de la competencia directa con los productos brasileños, mayoritariamente concentrados en muebles de aglomerado, sino también pensar en la posibilidad de abrir mercados externos.
"Se invirtió en una reconversión de estas características para distanciarse del mueble brasileño", dijo Eduardo Turri, presidente de la Cámara de la Industria Maderera y Afines de Cañada de Gómez, quien explicó que si bien no todas las empresas lo hicieron, muchas se volcaron a esta estrategia.
De todos modos, aclaró que cuando se habla de reconversión, en este caso "no se trata de inversiones en dinero, sino en conocimiento, know how".
Cluster tecnificado
Esto fue posible porque la industria del cluster de Cañada de Gómez logró una alta tecnificación en los años 90, que luego no pudo amortizar por la caída del mercado que provocó la pérdida de 1.200 puestos de trabajo.
De ese modo, con tecnología apropiada y mano de obra calificada disponible, los empresarios de esta zona sólo reclaman al gobierno políticas públicas para un normal abastecimiento de la materia prima, que hoy no llega en el tiempo ni con la calidad necesaria.
"Esto ocurre porque no tenemos una tradición exportadora", reflexionó Turri y explicó que de ese modo los proveedores priorizan las ventas al exterior al abastecimiento de las industrias nacionales.
En la zona sur de la provincia, los números hablan por sí solos. Según Turri, la recuperación puede ser medida en puestos de trabajo. "Con la crisis se habían perdido 1.200 puestos de trabajo directo y ahora se absorbieron alrededor de 250", dijo el dirigente.
Mientras en Cañada de Gómez echaron a andar por el camino de la reconversión de cara a un mayor valor agregado, en el cluster concentrado en la ciudad de Esperanza se abocaron a la asociatividad como una fórmula para crecer.
Así, la región que ya tenía una mayor actitud pro-exportadora, comenzó a trabajar en la conformación de consorcios de exportación para ganar mercados externos.
De hecho, ya existe un consorcio formado por cuatro empresas, denominado grupo Cuadra, que exporta a Estados Unidos y especialmente a Puerto Rico muebles de dormitorio y comedor.
Se trata de un trabajo de complementación que les permite a las empresas abaratar costos y sumar ventas.
El titular de la Cámara de la Industria Maderera y Afines de Esperanza, Enrique Mehring, explicó que están trabajando además desde la institución para sumar a través de convenios a la industria de la región ubicada en localidades como Rafaela, San Jerónimo, San Carlos, Humboldt, Crespo, Calchaquí y Avellaneda.
Cómo ganar valor
En materia de valor, la industria de Esperanza está mucho más desarrollada, ya que tradicionalmente se abocó a la fabricación de muebles de madera maciza de alta calidad y artesanales.
Aún así, no desconocen que las asimetrías con Brasil impactaron de lleno en el sector y le piden al gobierno que arancele la entrada de productos del vecino país. "Así como nosotros debemos pagar aranceles monstruosos para ingresar a su mercado, ellos pueden traer cualquier cosa", se quejó Mehring.
El sector más afectado por la importaciones brasileñas fue el de los muebles planos o enchapados.
En la época del uno a uno, "Brasil se quedaba con el 80% del mercado argentino", dijo Turri (Cañada de Gómez) y "sólo pudieron sobrevivir los fabricantes de productos muy especiales y de alto precio, pero que no eran de consumo masivo", agregó.
Esto explica en parte la diferencia del impacto que tuvieron las importaciones brasileñas en Cañada de Gómez y en Esperanza. Para la región del sur provincial, la industria del mueble representaba 30 veces más en el PBI que la de Esperanza.
Pese a la incipiente reactivación del año pasado, el problema con el socio del Mercosur no está del todo resuelto.
Un relevamiento de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) indica que "de enero a septiembre de 2003 el 91% de los muebles de madera importados provienen de Brasil y las importaciones en términos de volumen se quintuplicaron".
El análisis revela que "los segmentos más afectados sonlos muebles planos de madera, destinados a dormitorios, oficinas, cocinas y comedores".
Este fenómeno se ve agudizado por la recesión que atraviesa Brasil, que hace que se vuelque masivamente hacia el mercado argentino.
Dada esta situación, desde el sector reclaman la necesidad de implementar "cupos para estos casos, en el corto plazo, mientras se profundice una real integración".
A juicio de la federación, "el mayor problema radica en los bajos precios de las ventas de Brasil en Argentina". Por caso, "entre el 2001 y el 2003, el precio promedio de los muebles de madera se redujo 41%, en escritorios 56%, cunas 50%, placares 48%", explican.
Indican además que esto no obedece al tipo de cambio ya que "en las ventas de muebles de madera de Brasil a Estados Unidos, los precios promedios apenas han caído 4,7% entre 2001 a 2003", dice la federación.
Ganando mercados
Una radiografía elaborada por los industriales del sector muebles durante el 2º Encuentro Federal de Industriales de la Región Centro que se realizó en Rosario, cita entre las debilidades del sector un "limitado conocimiento de los mercados internacionales y la ausencia de políticas activas para el desarrollo y la exportación del sector".
De todos modos, ubica entre las oportunidades para la "conformación de clusters para realizar pools de compra y consorcios de exportadores", entre otras cuestiones.
Así, encarar una actitud exportadora se transformó en una condición sine qua non para esta nueva etapa que encara el sector.
Desde el polo de Esperanza -que de paso ya fue caracterizado por el trabajo de la cadena como una zona con actitud pro-exportadora- explicaron que formaron un distrito industrial con gente de la Embajada de Italia, para tratar de diversificar la producción y realizar compras conjuntas.
"Hay que insistir con darle valor agregado a los productos para poder exportar", dijo Merhing.
El dirigente y empresario comentó además que una buena estrategia pasaría por "lograr como país y en particular estas regiones como zona productora de muebles de alta calidad y artesanales, llegar a la franja de población de mayor poder adquisitivo de Brasil, alrededor de un 30% de sus habitantes, y encarar ese nicho de mercado".
Para transitar ese camino, la industria ubicada en los dos principales cluster de la provincia, deberá también pensar en la incorporación de valor agregado a la producción y esto está esencialmente centrado en desarrollar el diseño.
"No se trata sólo de cortar un árbol, dejar secar la madera, cepillarla y venderla, hay que agregarle diseño, calidad", dijo Mehring.
Diseño y calidad
Los industriales saben que éste es un punto flaco en su desempeño. De hecho el estudio sobre la cadena de valor también cita entre las debilidades la "poca diferenciación de producto para los productos básicos" y propone como un objetivo para los próximos años "lograr mejoras en el diseño y calidad, como factores clave para impulsar la competitividad".
Por otro lado, como una fórmula para ganar escala la industria está buscando agudizar la complementariedad con otros sectores industriales. Así los cluster regionales están en tratativas por ejemplo con curtiembres Sadesa, con la idea de formar un consorcio para exportar cueros y madera en forma conjunta a través de un producto terminado como es el mueble.
Otro ejemplo de esta complementación es la que están tratando de cerrar con aceros Johnson, para que la firma que comercializa muebles de ese material también incorpore en el segmento de maderas a las firmas nacionales.
Después de haber soportado una fuerte caída del mercado interno -el recambio de muebles en la Argentina se realizaba cada 15 años contra 5 años en los países europeos- la industria durante 2003 también fue recuperando este nicho.
"Aunque acotado por la falta de crédito y la desocupación, en 2003 el mercado interno creció, en parte porque bajó el ingreso de muebles de Brasil", dijo Turri de Cañada de Gómez.
Para los industriales de Esperanza y la zona, las inundaciones en Santa Fe, (más allá del efecto trágico que causaron) se transformaron en un puntapié para el crecimiento de las ventas en la región. Esto queda demostrado en la alta demanda de mano de obra para este rubro. "Hay empresas que buscan carpinteros y no encuentran, no hay capacidad ociosa", dijo Mehring.
Más allá de las buenas perspectivas que se abren y de un año como el pasado que fue en franca recuperación, aún quedan materias pendientes, la mayoría de las cuales requiere de políticas públicas. "Eliminar sobrecostos, impuestos distorsivos y solucionar la mochila fiscal y previsional", son algunos de los reclamos más urgentes que realizaron los industriales en el documento sobre la cadena.
A priori, 2004 se abre con buenas perspectivas para el sector de muebles, ya que es uno de los cuales el gobierno argentino incluyó en los foros de competitividad, para negociar con Brasil una reducción de las asimetrías.
Por Sandra Cicaré
Fuente Diario La Capital de Rosario