El Ejecutivo promulgó la ley y ahora la Secretaría de Industria trabaja en el decreto reglamentario. Es la primera vez que se logra un aval oficial de tan alta jerarquía a este tipo de actividad. El tema fue y volvió en el Congreso durante más de cuatro años. Las empresas de software confían en afianzar relaciones comerciales con países como China, México, Estados Unidos y España. Las empresas de software arrancaron el 2004 con el pie derecho. El Ejecutivo promulgó la ley 25.856 con la cual declaró a este sector como industria, otorgándole el mismo estatus que cualquier otra actividad de la economía nacional.
Así, el sector, que cuenta con alrededor de 700 empresas instaladas en el país y mueve más de $2.800 M por año, logra su primera conquista en el terreno gubernamental: la consideración de la actividad como industria, un estado que se venía reclamando desde hace más de cuatro años.
El avance en esta materia significa un posicionamiento diferente de la industria a nivel local, que, sin dudas, tendrá su impacto en el concierto internacional: la consideración de la Argentina como país que apuesta por el conocimiento a través de las tecnologías de la información. Este aspecto podría convertir al país, además, en un imán para la instalación de firmas internacionales.
En la normativa que tuvo aprobación del Congreso en la sesión del 17 de diciembre, se establece que “la producción de software debe considerarse como una actividad productiva de transformación asimilable a una actividad industrial, a los efectos de la percepción de beneficios impositivos, crediticios y de cualquier otro tipo”.
De acuerdo con el texto, a partir de ahora el Ejecutivo puede considerar al desarrollo y elaboración del software como una actividad “pasible de ser promocionada”.
Además, se invita a los gobiernos provinciales y municipales a adoptar el mismo criterio, a fin de extender en esos estados los mismos beneficios que perciban otras industrias.
La ley, tal como se promulgó, resulta escueta. Ahora falta el decreto reglamentario, donde se darán precisiones sobre sus alcances reales. La Secretaría de Industria ya está trabajando en ello y, de hecho, la Cámara de Tecnologías de la Información (CESSI) fue convocada para avanzar en el tema.
Una de las consecuencias que traería la nueva normativa sería la necesidad de que las empresas que crean programas de computación deban reempadronarse en la AFIP a fin de que esté claramente especificado quiénes serán las beneficiarias de potenciales medidas destinadas al sector.
Mientras tanto, hay expectativa en la industria sobre la convocatoria a sesiones extraordinarias que realice el Ejecutivo para tratar la derogación de la Ley de Reforma Laboral. A esa norma se sumaría el tratamiento de dos o tres textos más, entre los que se encuentra el de promoción de la industria del software. Esta iniciativa contempla estabilidad fiscal (exenciones) para el sector durante diez años y la creación de un fondo de financiamiento, entre otras medidas.
“Sea que se trate en sesiones extraordinarias o que, una vez iniciado el período ordinario, el Congreso decida incluir entre sus prioridades la Ley de Promoción del Software y la trate, voy a creer que la dirigencia está empezando a mirar para el lado correcto”, dijo Carlos Pallotti, presidente de la CESSI.
El jefe de Economía, Roberto Lavagna, viene pidiendo de manera pública la aprobación de esta ley. En tanto, desde Relaciones Internacionales de la Cancillería también tiran de las cuerdas con el objetivo de que el sector cobre impulso gracias a la ayuda del Estado en materia de promoción.
A China
Las empresas de software confían en afianzar relaciones comerciales con países como China, México, Estados Unidos y España, como clave para conseguir el incremento del 50%, hasta los 180 millones de dólares, en sus exportaciones durante 2004.
El vicepresidente Daniel Scioli y el canciller Rafael Bielsa resultaron ser los mejores aliados para estas cruzadas. Desde que el canciller incluyó treinta proyectos de negocios desarrollados por empresas locales de hardware y software en su última visita a China, la relación con este país se estrechó de tal manera que ya se piensa en intercambios comerciales en el corto plazo.
"Es muy factible que varias firmas establezcan filiales en China cuando el Presidente argentino visite este país en junio", dijo una alta fuente de Cancillería. Sucede que, durante diciembre y en respuesta a la visita oficial argentina, una misión oriental se entrevistó con varias empresas locales y dio el visto bueno para comprar software argentino.
Fuentes: Diario InfoBae y El Cronista