En la colonia El Sol de Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, hay más de 500 familias que se dedican a la fabricación de piñatas. Una de ellas no sólo las produce, también realizan su exportación a Estados Unidos.
Ananías Mendiola, fabricante de piñatas, dice que su familia lleva más de 20 años elaborándolas, aunque no trabajaban todo el año, sólo en las temporadas de venta fuertes, entre los meses de septiembre y diciembre.
Hace aproximadamente 10 años, Carlos Garnica, director general de Comercial Glena, empresa comercializadora y exportadora de productos a Estados Unidos, los invitó a trabajar con él para enviarlas al país vecino y desde entonces se dedicaron de lleno al negocio.
“El señor Garnica estaba buscando quién le vendiera piñatas de calidad, un vecino le habló de nosotros”, explica Saúl Mendiola, hermano de Ananías.
Según los artesanos, tres personas (ambos hermanos y la esposa de Ananías Mendiola, Irene Cruz) actualmente elaboran 100 piñatas en promedio a la semana, que entregan a la comercializadora de Carlos Garnica.
En ocasiones otros miembros de la familia les apoyan cuando requieren mayor producción, ya que también entregan en dulcerías en su comunidad.
“Primero se necesita un molde que se hace con yeso. Usamos periódico y engrudo para hacer el cascarón, le damos forma según la figura, con papel de china se forra y luego se adorna con papeles metálicos”, explica Saúl Mendiola
Para el mercado mexicano fabrican piñatas de figuras que sean llamativas a los niños, en particular destacan los personajes de caricaturas infantiles de moda (Bob Esponja, Huevo Cartoons, los personajes de la película Cars, entre otros). Sin embargo, para el mercado estadounidense realizan figuras de animales como conejos, perros, burros, osos y payasos. Ananías Mendiola, señala que envían de dos tamaños al extranjero, las venden a Comercial Glenca en 26 pesos las medianas y 42 pesos las grandes.
“La gente en Estados Unidos si valora nuestro trabajo, ellos no olvidan las tradiciones mexicanas”, exalta el artesano.
De acuerdo con Carlos Garnica, exporta en promedio 600 piñatas al mes, mismas que envían a Los Angeles, California; Phoenix, Arizona; Houston y Dallas, Texas; Washington, D.C.; Miami, Florida; Chicago, Illinois: Nueva York y Nueva Jersey.
Garnica destaca que las piñatas no se realizan con ollas de barro, ya que para las autoridades estadounidenses este material puede convertirse en un peligro para los niños.
Además, tampoco envía piñatas con forma de estrella, que es una de las figuras más típicas para esta artesanía mexicana, porque se maltratan en los tráilers.
A decir de Garnica, los precios al público varían según las tiendas donde se venden, pero estima que el promedio es de 7 dólares por pieza.
“La ventaja es que no son de temporada, muchas fiestas infantiles se hacen con piñatas y eso nos permite venderlas durante todo el año”, resalta Garnica. Aída Ulloa. El Universal
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