“El objetivo para este año es certificar todos nuestros productos, abrir los mercados del exterior y poder lograr volúmenes importantes de exportación, digamos unos 50 mil”.
Jugando. Tal vez así comenzó este proyecto que hoy tiene una organización propia y está a punto de mostrar al mundo que el ingenio de los artesanos bolivianos también sabe cómo alegrar y divertir a los pequeños de la casa. Anatina Toys es la organización que nace de los distintos concursos artesanales convocados por la empresa Soboce para la fabricación de juguetesEste proyecto comenzó el año 2003, con la fabricación y venta de 20 mil juguetes. Al año siguiente de subió a 50 mil y el año pasado se llegó a los 100 mil. Por donde se mire, el proyecto logró los resultados esperados.
¿Qué más hacer para seguir adelante? fue la pregunta que saltó de inmediato.
“Entonces dijimos qué más se puede hacer para que este proyecto no sea temporal y sea más bien sostenible en el tiempo. Es por eso que se decidió ir más lejos y decidimos sustituir la importación y generar exportaciones para que los artesanos tengan un trabajo no sólo por un período de tiempo, sino permanente y sostenible”, dice Alfredo Troche, gerente general de Anatina Toys. Por tanto, el proyecto cambió de términos y se convocó a un concurso de diseño de juguetes, “para que se escoja a los ganadores y sean fabricados por cualquier artesano del país que cumpla con los requisitos”.
En principio, una vez patentados los juguetes, el objetivo fue de producir 100 mil juguetes en el país, pero el mercado boliviano es muy pequeño para esa cantidad de producción.
“Entonces, otra vez, el único camino era la exportación y hacia allí vamos”, añade Troche.
Como primeros pasos Anatina Toys decidió participar y llevar sus primeros juguetes a dos ferias consideradas las más importantes del mundo en juguetes: Bari, en Italia; y Nuremberg, en Alemania. En ambos encuentros la muestra boliviana fue un éxito. Los juguetes cautivaron a los visitantes y despertaron el interés de muchos compradores.
“Varios se interesaron por cerrar un contacto ya, pero tenemos que cumplir con ciertos requisitos de calidad, el mercado europeo es muy exigente”, explica el gerente Troche.
Por eso, ahora, el principal objetivo es lograr esa certificación, mejorando cada día más la calidad de los juguetes. Luego, se da por descontado, los contratos, sobre todo de Europa, llegarán.
“El objetivo para este año es certificar todos nuestros productos, abrir los mercados del exterior y poder lograr volúmenes importantes de exportación, digamos unos 50 mil”, dice.
Anatina Toys trabaja con los artesanos en tres grandes áreas, capacitación y apoyo técnico; financiamiento de capital para la materia prima y trabajo a los artesanos; y la apertura de mercados en el exterior.
Actualmente, son 60 los talleres que entraron a este proyecto, de este total 20 ya están completamente listos para producir con gran calidad, mientras los otros 40 están en proceso de aprendizaje. Los artesanos socios del proyecto están en casi todas las regiones del país y se generaron 2.000 nuevos empleos.
Opinan los artesanos
“Las puertas se están abriendo”
Elías Ticona. Artesano productor.
“Partimos de una base y es que tenemos materia prima de primera, por ejemplo, la madera. Es un mundo muy fascinante este de la fabricación de juguetes. El sueño de todo artesano es exportar, que nuestro producto sea conocido afuera. Nosotros hemos incursionado en este proyecto porque creemos que hay que buscar otras alternativas. Nosotros trabajamos todo lo que es madera, casitas, aviones, trenes. La expectativa es grande, las puertas se están abriendo y hay que valorar bastante lo que es Anatina. Lo que nosotros vemos a estas alturas es que cuando se quiere se puede, y cuando uno tiene las metas bien trazadas sí se puede exportar”.
“Vamos a tener una gran cabida”
RAMIRO FELÍPEZ. Artesano productor.
“En Alemania pude ver que los juguetes que se fabrican en otros países no son cosa de otro mundo. Hay cosas que se pueden hacer aquí con mejor calidad. Los juguetes bolivianos llamaron la atención de la gente, que se admiraba porque eran de Bolivia. Se lograron muchos contactos, tuvimos bastantes interesados que querían cerrarse en ese momento, pero hubo el detalle de que los juguetes no están certificados. Vamos a tener muy buena cabida en Europa. Las perspectivas son alentadoras, muy positivas, nuestros productos son vendibles. Vimos que sí podemos, tenemos la materia prima, la manos de obra y los conocimientos que ya hemos pulido”. La-Razón
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