La mayoria de las empresas españolas que se atreven a exportar fracasan en el intento

De tres millones de empresas que existen en España, sólo 77.300 exportaron sus productos en 2005. Una cifra baja que palidece además ante la perspectiva de que sólo la mitad, 33.663, tuvieron una continuidad exportadora durante al menos cuatro años consecutivos.
El déficit comercial español es uno de los puntos negros de la economía española. La diferencia entre importaciones y exportaciones supuso el pasado año un 9% del PIB. En este contexto, las empresas españolas, en especial las pymes, pasan grandes dificultades para vender sus productos en el exterior.
“El dato más negativo del estudio es la falta de permanencia en la exportación”, afirma Javier Gómez Navarro, presidente de la agrupación de Cámaras de comercio de toda España. Según el estudio, el 65,5% de las empresas exportadoras abandonan esta actividad al año de comenzarla y el 9,7%, cierran. “Somos más productores que comerciales”, añade Gómez Navarro.

El problema no reside en la falta de intentos: el número de compañías exportadoras creció en un 16,5%, 11.000 empresas más, entre 2000 y 2005. Aunque no es suficiente para solventar el déficit comercial, porque en el mismo periodo las importadoras aumentaron en un 29,4%, 24.000 más. De este modo, en 2005 hubo 104.614 empresas importadoras, frente a las 77.300 exportadoras. Además, el valor medio de lo importado fue ligeramente superior a lo exportado, 2,2 y 2 millones de euros respectivamente.

Gómez Navarro apunta a un problema intrínseco del tejido industrial español. “Somos buenos inversores, por ejemplo en Latinoamérica, pero malos comerciantes”, afirma el presidente de las Cámaras, quien cree que el empresario español “se ha acomodado” en el mercado local, donde consigue beneficios, pero “no tiene la mentalidad del norteamericano”, cuya ambición se centra exclusivamente en hacer crecer a su empresa.

Las exportadoras habituales, según las Cámaras, han sido 33.633 compañías que mantuvieron su actividad entre 2002 y 2005, con un promedio de 4,1 millones de euros. Las habituales han aumentando en un 17,1% desde el año 2000, incrementando la cifra media exportada en un 9,4%. Sin embargo, hay un grave problema con la concentración.

Un abismo entre las grandes y las pymes
En el periodo estudiado, las cuatro mayores empresas de las compañías exportadoras concentraron el 9,3% de todo el valor obtenido y las 10 primeras de la clasificación acumularon el 16,1%. Una situación “dramática”, según Gómez Navarro, perceptible también en que 1.000 empresas concentraron el 65,2% de todo el valor exportado.

Esta situación es muy significativa si se tiene en cuenta que el valor de la exportación de cuatro empresas representó más del 50% de la cifra total en Canarias, Castilla y León, y Aragón, porque esta dependencia se ciñe, en general, a multinacionales de sectores no controlados por capital español, como constructores de vehículos. A pesar de suponer un 12,2% del total de las empresas exportadoras, la mayor parte del dinero pasa por las multinacionales automovilísticas y no por las pymes, según Gómez Navarro.

Por otra parte, el destino de lo exportado no llega muy lejos: un 22% de las empresas venden a Francia o Portugal, mercados a los que se suman Andorra, Italia, EEUU y Alemania, Reino Unido y Marruecos.

Para las Cámaras de Comercio, el problema puede residir en no saber venderse en el extranjero. Según un informe de 1995, el mercado internacional valoraba los productos españoles por el ocio, mientras que rechazaba todo lo tecnológico. Por ello, Gómez Navarro apuesta por fortalecer la innovación o abaratar la oferta. Por Javier González – El Mundo

Publicado en: Comercio Exterior, España, Exportación, Exportador, Exportar, Importación, MiPyMEs, PyMEs

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