Para la Corporación Salvadoreña de Exportadores (COEXPORT), en el país hacen falta incentivos que le permitan al sector crecer y enfrentar los problemas actuales del mercado mundial. Entre estos, señala mayor seguridad, mejores carreteras, precios razonables en la energía eléctrica y financiamiento.
Según Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de COEXPORT, destinar recursos a estas áreas presiona a los exportadores a incrementar el precio de sus productos, perdiendo así competitividad, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
“Hay que tener todos los instrumentos que permitan salir a la internacionalización, lo cual puede hacerse a través de cadenas productivas”, afirmó Cuéllar.
A su juicio, uno de los principales incentivos con los que cuenta actualmente el sector es la devolución del 6% del precio de lo exportado fuera de Centroamérica (“draw back”), que surgió con la Ley de Reactivación de las Exportaciones y, se supone, compensa las distorsiones del mercado por altos costos de producción.
Pero la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) planteó recientemente en su estrategia económica social e institucional 2009-2014, la eliminación gradual de dicho beneficio para destinar estos recursos a desarrollar procesos de innovación en el país, como parte de la focalización de subsidios.
De acuerdo a COEXPORT, al sector se le reintegran un poco más de $20 millones anuales en concepto de “draw back”, beneficio que según la Organización Mundial del Comercio (OMC) debía desaparecer a partir de enero de 2006.
Deberían ampliarse
Cuéllar argumenta que el “draw back” desaparecería siempre y cuando se realicen acciones encaminadas a reducir los costos de las empresas en seguridad, transporte, energía y financiamiento.
“El planteamiento de FUSADES debe reconsiderarse. No estamos de acuerdo en que se desmantele, más bien deberían de ampliarse estas ayudas; no es un subsidio, sino una compensación”, agregó. De eliminarse el “draw back”, COEXPORT considera que se perderán mercados.
El país debería haber eliminado el “draw back” desde 2005, bajo los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por German Rivas. La Prensa Gráfica
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