El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) hizo conocer a la Cancillería de la República, su preocupación por las dificultades que se están presentando para el ingreso de productos bolivianos a Venezuela, haciendo cada vez más difícil el poder vender productos con valor agregado a dicho mercado, pese a todos los anuncios que se realizaron el año pasado, de que con la firma del denominado “Tratado de Comercio de los Pueblos” (TCP), las exportaciones bolivianas se iban a incrementar, algo que lamentablemente no está ocurriendo por las prácticas restrictivas en el indicado país.
– Venezuela decidió importar solo “lo que no produce” o “lo que no produce de manera suficiente”, protegiendo de esta manera su mercado a favor de sus propios productores
– Tal determinación afecta a las ventas bolivianas, principalmente, con valor agregado
– Se trata de una práctica proteccionista, una abierta administración estatal del comercio
– Además, se exige el trámite de “asignación de divisas para importar”, en un país cuyas ventas de petróleo suman varias decenas de miles de millones de dólares cada año
– Venezuela contradice no solo sus compromisos vigentes en la CAN (libre comercio), sino que el TCP -que dijeron, ayudaría al comercio bilateral- definitivamente no funciona
El IBCE da cuenta que Venezuela impuso recientemente la tramitación de un “Certificado de No Producción o Producción Insuficiente” (Resolución DM/ No. 033 – Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, 28/FEB/2007) como paso previo para poder obtener divisas de importación, que de manera engorrosa asigna la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI), lo que viene a obstaculizar la operación de exportación de productos bolivianos (principalmente, harinas, tortas y aceites refinados de soya y girasol) a ese país, ya que la mercadería en Bolivia no puede embarcarse sin cumplir con tal requisito, trámite que puede prolongarse hasta por tres semanas, con el consiguiente perjuicio comercial.
El IBCE comunicó a la Cancillería boliviana esta situación, indicando que los exportadores bolivianos deben enfrentar además dificultades de orden burocrático que se dan a raíz de la discrecionalidad e inflexibilidad de ciertas autoridades en dicho país, desconociendo no solo sus obligaciones aún vigentes en el marco de la CAN, sino violando el propio espíritu del denominado “Tratado de Comercio de los Pueblos” (TCP) suscrito en abril del pasado año, el cual no solo que no ha cumplido con sus objetivos comerciales, siendo que está siendo sistemáticamente ignorado por quienes administran el comercio de importación en Venezuela, en detrimento de las ventas bolivianas, así como del esfuerzo de los productores y trabajadores bolivianos.
El IBCE lamenta que esta situación se esté presentando como una clara consecuencia del “proteccionismo estatal” que se está dando a favor de ciertos sectores productivos en Venezuela, reservándoles su mercado interno incluso a costa de incumplir compromisos internacionales, contradiciendo de esta manera el “discurso integrador y colaboracionista” que frecuentemente se escucha de ese país, con la decisión del Gobierno venezolano de “importar solo lo que el Estado venezolano cree que debe comprar”, contradiciendo no solo el principio del libre comercio inscrito en el marco de la Comunidad Andina -que Venezuela tiene la obligación de respetar hasta que concluya su total desvinculación, como manda el Art. 135 del Acuerdo de Cartagena- sino, contradiciendo también, el propio discurso de que el TCP iba a ser la tabla de salvación para Bolivia, en función de una mayor colocación de sus productos en dicho mercado, algo que deja bastante mal parados a sus promotores y defensores en nuestro país.
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