El nuevo mandatario que asuma el poder en enero tiene que enfrentar varios temas comerciales.
Cuando alguien se refiere al libre comercio o a la apertura de las economías mundiales y qué le conviene más al Ecuador, los analistas mencionan con frecuencia a un país: China.
El argumento es que esa nación, teniendo un régimen comunista, ahora está abierta al intercambio con el mundo.
Abrir o cerrar total o parcialmente las puertas al comercio con otros países es un tema de debate a propósito de las elecciones presidenciales.
Los dos candidatos finalistas tienen visiones diferentes: Álvaro Noboa es partidario de abrir las puertas al comercio mundial e incluso de firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Rafael Correa habla de hacer negocios pero con otros países de la región, Europa y Asia.
“Cualquiera que llegue a la presidencia tiene que tomar en cuenta que los países aislados no salen adelante”, comentó el presidente de la Cámara Ecuatoriano Americana de Comercio de Guayaquil, Sergio Rosarios.
Mientras que el consultor Fabián Corral pone un ejemplo palpable de las incongruencias existentes entre ciertos ofrecimientos políticos y el común de la gente en el Ecuador respecto a lo que es la globalización. Corral dice que si Ecuador fuera un país cerrado a esta tendencia no habría más de 7 millones de personas con un celular.
El Instituto Ecuatoriano de Economía Política realizó un análisis en junio pasado, en el que indicó que “las políticas proteccionistas al comercio y a la industria nacional mediante barreras arancelarias (impuestos) y no arancelarias impiden la competencia con productos del exterior que podrían servir al consumidor”.
La experiencia de países que se han abierto al libre comercio es favorable porque impulsa el crecimiento económico, indicó el informe.
Pero hay quienes como el analista Pablo Lucio Paredes que indican que si el Ecuador se cierra al mercado no es que va a desaparecer del mapa, simplemente dejará de aprovechar las oportunidades que tiene con la apertura.
“La experiencia de todos los países pequeños es que cuando más se abren tienen mercados más amplios para sus productos, mejoran la calidad y pueden importar mejor tecnología”, dijo Lucio Paredes.
El analista Walter Spurrier aseguró en cambio: “No le veo el lado positivo a un comercio cerrado. El asunto es que una política abierta es lo más conveniente, pues la inversión nacional se va hacia los sectores competitivos”.
El candidato Rafael Correa, por ejemplo, es un proponente de un menor nivel de apertura y habla de un comercio selectivo. “La ventaja de esto es que se protegen ciertas actividades en la época en que son más vulnerables porque se permite que ese sector crezca”, dijo Spurrier, quien también es editor de la publicación Análisis Semanal.
El técnico en comercio exterior Rubén Flores manifestó que en los últimos 25 años el Ecuador ha tenido un comercio abierto. “El Ecuador se ha venido insertando, en consecuencia esta es la tendencia que va a continuar porque ya está establecida”, agregó.
Opiniones
“Si no se renueva el Atpdea, el Ecuador debe montar los mecanismos permitidos por la OMC, que favorezcan a las exportaciones. Eso, con el aumento de la competividad es posible que compense en algo la pérdida por el Atpdea”
Walter Spurrier
Analista económico
“El país tiene una agenda de negociaciones internacionales y hay que consolidar nuestra participación, pero con reglas claras en cualquier gobierno que venga. El tema es cómo garantizar la defensa de nuestros intereses”
Rubén Flores
Experto en comercio exterior
“Hay que ir obligando a los candidatos a ser más específicos en el tema del comercio exterior. En el Ecuador aún se debate algo que en el mundo ya es una cosa común y que no se discute que es la globalización” Fabián Corral. Consultor.
El Universo
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