El caracol, la nueva oferta exportable chilena

Cada año aumentan las exportaciones no tradicionales, donde se aprovechan los recursos y el ingenio de los chilenos. Los caracoles son un ejemplo de ello.
Paradójicamente, el negocio de los lentos caracoles se mueve muy rápido. Estos moluscos terrestres son enviados masivamente a Europa, donde son considerados una verdadera delicia.

Cuando Francisco Encina conoció a su mujer, de origen francés, lo introdujo al mundo de los caracoles y, hace un par de años, iniciaron su propio cultivo.

“Ella fue a hacer un curso a Francia y logramos implementar el sistema francés adaptado a las condiciones chilenas. Hasta el momento nos ha dado excelentes resultados”, expresó Encina, quien cultiva estas especies.

Sistema que consiste en cultivar al caracol en su ambiente natural. Los alimentan con una avena francesa que los hace crecer más rápido y sanos. Una vez que son adultos, se lavan y se seleccionan para la venta.

Viajan en mallas de tres kilos y medio, cuyo precio bordea los doce mil pesos. La exportación de caracoles chilenos es un negocio que está en pleno auge. Tan sólo en el año 2005 se vendieron casi 900 mil dólares, un tres mil por ciento más que durante 2004.

Es decir, de exportar casi 16 millones de pesos, se llegó a los 476 millones. El destino de los caracoles es, principalmente, el mercado español.

“Se ha logrado una rentabilidad suficiente como para poder ir pidiendo más. Entonces, se han ido uniendo mucho pequeños productores y el volumen ha ido creciendo cuantitativamente”, dijo Francisco Subercaseaux, product manager de alimentos de ProChile.

Asociarse entre varios recolectores para lograr cantidades suficientes para vender al mercado extranjero, es la clave de este negocio.

Si bien es cierto que este comercio está libre de impuestos, es necesario un certificado sanitario.

“Por lo tanto, lo que nosotros hacemos es aprobar un recinto donde se va a acopiar y se va a procesar este caracol”, expresó Ítalo Torotora, del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) Metropolitano.

Su carne no posee colesterol y la baba tiene propiedades regenerativas. Entonces, es una verdadera mina de oro que hace mirar con otros ojos a estas pequeñas especies que en Chile son consideradas una plaga.
Canal 13

Publicado en: Chile

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