El Tratado de Libre Comercio entre Chile y China, fue ratificado por unanimidad en el Senado. El TLC establece una desgravación arancelaria inmediata para un 92% de las exportaciones chilenas a ese país desde el primer día de vigencia del Acuerdo.
Con mil 1.300 millones de habitantes y un crecimiento económico sostenido de entre 8 y 10 por ciento en la última década, China es hoy un actor cada vez más gravitante en la política y economía global, convirtiéndose en un desafío para nuestros productores. Antes de este acuerdo, Chile ya tenía acceso preferencial a casi el 70% del PIB mundial, hoy, esa cifra sube a 75%, lo que nos convierte en el país comercialmente más integrado al mundo.
Listo para ser promulgado quedó la semana última el Tratado de Libre Comercio entre Chile y China, luego de ser ratificado por unanimidad en el Senado. De esta forma, el primer tratado de este tipo que firma esa nación con otro país no asiático, concluyó su trámite legislativo.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, destacó que con la aprobación que este acuerdo “Chile ha dado un paso gigantesco respecto a las oportunidades que se va a abrir para las empresas a lo largo de todo el país en los próximos años”.
El Secretario de Estado manifestó que “ahora el desafío es aprovecharlo y aprovecharlo bien”. Esto, porque “se abre un mercado de más de mil millones de habitantes en un país en que los empresarios están acostumbrados a hacer inversiones para un mercado de 15 millones”. Con ello, se multiplican en más de cien veces las posibilidades de inversión, de aumentar la escala de producción, de aprovechar de mejor forma todos los recursos naturales que tiene el país, lo que además se traduce en un aumento en la generación de empleo, sobre todo en las regiones.
En ese contexto, el Ministro Foxley indicó que “la primera orden de venta que venga de China va a ser de una escala tal que o la gente se junta a trabajar, a sumar esfuerzos, o no se va a poder responder al desafío”, subrayando que “esto puede activar enormemente el desarrollo de las regiones en este país”.
Por otra parte, desde el punto de vista del turismo en este Acuerdo de Libre Comercio, se incluye que se nomina a Chile como lugar turístico, como un país donde los ciudadanos chinos van a tener una posibilidad preferente de viajar.
Se calcula que el año pasado alrededor de 20 millones de chinos hicieron turismo fuera de su país, por lo que el Canciller instó a que “algunas personas en Chile empiecen a aprender chino mandarín para recibir lo que puede ser una oleada de personas que vengan, que van a gastar dinero acá y que van a dar un impulso al sector turístico”.
Múltiples beneficios del TLC
En el año 2005 el intercambio comercial entre Chile y China alcanzó la cifra de US$6.988 millones, convirtiéndose en nuestro segundo socio comercial, después de EEUU. Teniendo ello presente, la suscripción del TLC con la potencia asiática se perfila como un instrumento que será muy útil para sustentar un crecimiento sostenido de nuestras exportaciones, otorgando a nuestros exportadores una ventaja indiscutible frente a sus competidores, al contar con acceso preferencial a ese mercado y reglas claras, ciertas y permanentes para el desarrollo de sus negocios.
En particular, se estima que el TLC con China permitirá potenciar fuertemente las exportaciones de nuestros productos agrícolas, ganaderos, forestales y pesqueros, cambiando así la actual concentración en el cobre y la celulosa.
Este acuerdo debe ser visto como un éxito de la política comercial chilena, que amplía el mercado al que accederán preferentemente las exportaciones de nuestro país, con el consiguiente beneficio para el crecimiento y el empleo. Antes de este acuerdo, Chile ya tenía acceso preferencial a casi el 70% del PIB mundial, hoy, esa cifra sube a 75%, lo que nos convierte en el país comercialmente más integrado al mundo.
Con este tratado, el 92% de las exportaciones de Chile a China se beneficiarán de una desgravación inmediata; esto es, desde el primer día de vigencia del acuerdo. Lo anterior, contra sólo un 50% de las exportaciones de esa nación asiática a nuestro país. El acceso de los productos de Chile a China quedó clasificado en categorías de desgravación inmediata, a 1, 5 y 10 años, y exclusiones. En tanto las exportaciones de China a Chile quedaron en categorías de desgravación inmediata, a 5 y 10 años, y exclusiones.
Entre los productos chilenos a los que China otorgó desgravación inmediata y a 5 años, y que se verán muy beneficiados con el TLC, destacan el cobre y otros minerales, hortalizas, aceites de pescados, pollos, cerdos, ciruelas, camarones congelados, duraznos y nectarines frescos, quesos, cerezas, duraznos en conserva y pastas de tomate. Además, se logró que productos declarados de alta sensibilidad por China, como salmones frescos y congelados, uvas y manzanas, quedaran con una desgravación a 10 años, en vez de los 15 que había solicitado China.
Asimismo, nuestro país logró que productos sensibles para Chile como los cementos, algunos químicos, guantes quirúrgicos, ciertos rubros del sector textil y confecciones quedaran dentro de la categoría de 10 años. Los productos altamente sensibles para Chile quedaron excluidos del acuerdo; en total, 152 productos, ente los que se cuentan: los productos agrícolas sujetos a bandas de precio (trigo, harina y azúcar), algunos rubros de los textiles y confecciones, productos metalúrgicos y línea blanca.
Con el objeto de proteger a los sectores sensibles de nuestra economía, se pactó la exclusión del Tratado, del 3% de los envíos de China a Chile. Esta cifra asciende a 1% en el caso de los productos chilenos a ese país. Los consumidores chilenos se beneficiarán con bienes que no se producen en nuestro país que tendrán desgravación inmediata del arancel, tales como maquinarias, computadores, impresoras, automóviles, celulares, DVD’s, entre otros.
La sociedad chilena se verá favorecida por las rebajas arancelarias, aumentando así su ingreso disponible y permitirá el acceso de los consumidores a una amplia variedad de bienes de consumo a precios muy competitivos. En efecto, el mayor crecimiento inducido por el TLC debiera promover mejores oportunidades de empleo y de salario real, contribuyendo a incrementar el ingreso real disponible de la población.
Chile: País plataforma de inversiones y la importancia de China
La red de acuerdos comerciales que Chile ha suscrito con los países de América Latina, en la que cobra especial relevancia la participación de Chile como país asociado al Mercado Común del Sur (MERCOSUR), sumados a los TLC negociados con países asiáticos, permiten configurar un interesante escenario para que Chile desempeñe un rol como plataforma de negocios y puente de conexión para el intercambio de bienes entre Asia y los países del Cono Sur.
Chile, junto con las sólidas bases macroeconómicas y un sistema político, institucional y jurídico estable, a lo que se suman, los actuales y futuros esfuerzos en el ámbito de la infraestructura, parecen ser condiciones apropiadas para convertir a su territorio en una plataforma que potencie los negocios entre Sudamérica y Asia. Ello debiera tener como resultado un mayor crecimiento y empleo en nuestro país.
Con la suscripción del TLC con China se da un gran paso para avanzar en la estrategia de establecer vínculos más estrechos entre ambas regiones a través de nuestro país. No sólo porque el país asiático es nuestro segundo socio comercial, sino que paulatina y sostenidamente se ha venido ubicando también como uno de los principales socios comerciales de nuestros vecinos del Cono Sur. A ello se agrega la voluntad política e interés económico de los países de Sudamérica por impulsar el acercamiento a la que se estima será la nueva potencia económica del siglo XXI.
China, por su parte, ve en Sudamérica una fuente de recursos naturales que ya está contribuyendo a sostener su alta tasa de crecimiento. Es más, el peso comercial del país asiático en la región es creciente. Nuestras exportaciones a China han experimentado un crecimiento vertiginoso, representando hoy más del 10% del total de nuestras exportaciones, cuando hace apenas 15 años representaban menos de un 1%. Paralelamente, las importaciones del país asiático desde América Latina se han expandido notablemente en los años recientes: entre 1990 y 1995, prácticamente se duplicaron, saltando de US$ 1.500 millones a US$ 2.966 millones. A partir del año 2000, las importaciones chinas desde América Latina pasaron desde US$ 5.400 millones a US$ 21.668 millones en 2004. Esto representó un crecimiento anual de un 42% entre esos años, casi el doble de la tasa de crecimiento de 26% de las importaciones globales de China.
Chile, con la comprometida ampliación del TLC a los ámbitos de servicios e inversiones, apuesta a ser la puerta de entrada de las inversiones chinas en la región en los sectores de energía, minería, infraestructura y agricultura. En todas estas áreas, la inversión de China en América Latina, se estima, tendrá un crecimiento sostenido en los próximos años, en tanto son sectores estratégicos para el plan de desarrollo que impulsa ese país.
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