Manuel Antonio González Sanz, ministro de Comercio Exterior de Costa Rica.
“La apertura de negociaciones de un TLC Centroamérica-UE va a ser el mayor acontecimiento de la Cumbre de Viena“.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y América Latina se reunirán en Viena (Austria) los próximos días 12 y 13 de mayo y todo apunta a que en ese encuentro se dará luz verde a las negociaciones entre Centroamérica y la UE que deberían culminar en un TLC, similar al que la región istmeña ya ha alcanzado con EEUU (el Cafta). El ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Manuel Antonio González, participó recientemente en el seminario “Centroamérica, una oportunidad de negocios” celebrado en Madrid, donde auguró que el Cafta provocará un aumento del PIB centroamericano de entre uno y cuatro puntos porcentuales. Concretamente, González prevé que entre 2006 y 2010 la economía de la región crecerá a una tasa de, como mínimo, el 6%.
– ¿Qué ventajas y qué riesgos tiene el Cafta para los países centroamericanos?
– Yo creo que una de las ventajas es que nos pone a todos realmente a tomar el tema de la integración económica centroamericana y la conformación de una unión aduanera con muchísima más seriedad de lo que lo hemos hecho hasta el momento. Porque nuestro peso relativo en el mundo y frente a nuestro socio principal, que es EEUU, dependerá no de nuestra individualidad, sino de nuestro conjunto. Y además es un efecto doble porque de esa mayor estrechez de las relaciones económicas en Centroamérica dependerá el éxito de las negociaciones con Europa. Entonces, los dos frentes están tomados precisamente teniendo como punto de partida nuestra mayor integración económica.
No cabe duda de que hay algunos países que tendrán mayores ventajas en uno u otro campo, pero el efecto inmediato, además del respaldo a la institucionalidad regional, va a ser precisamente que los inversionistas no solamente norteamericanos, sino de otras regiones del mundo tendrás garantías de que algo bueno está ocurriendo en la región, de que se pueden hacer negocios, que hay oportunidades, pero que esas oportunidades muchas veces son poco conocidas o poco exploradas; ya sea porque en la región no se mercadea adecuadamente o porque el inversionista sigue con el prejuicio de que es una zona chica, pequeña, de pocas personas, de unos 45 millones de habitantes, pero lo que tiene que ver es la perspectiva de que a través de Centroamérica puede abarcar Norteamérica, Sudamérica y también la región de los países del Caribe. Y eso, como conjunto, sin duda es muy atractivo.
– ¿Por qué no ha ratificado todavía el Cafta?
– Bueno, Costa Rica, a diferencia de todos los demás países centroamericanos involucrados en este proceso, asume el compromiso de abrir dos mercados que todavía están bajo monopolio estatal, que siguen siendo sensibles desde el punto de vista social y económico al interno del país: uno de ellos es el sector de los seguros, que es un monopolio que existe desde 1924, muy antiguo, y el otro es el monopolio en el área de telecomunicaciones. Y evidentemente, como usted comprende, hay sindicatos muy fuertes en estas instituciones que se resisten a la apertura y al cambio y también que cuando son monopolios de tan larga data, pues hay sectores de la población a los que les genera una gran nostalgia. Y esto son prejuicios que tenemos que sobreponer y entender que el mantener la idiosincrasia costarricense de invertir en desarrollo humano, de tener una sociedad solidaria y justa no es incompatible, desde ningún punto de vista, con nuestra mayor integración en una economía globalizada, que es un proceso que ni Costa Rica ni la región centroamericana se inventaron, pero que no podemos evitar y tenemos que ser lo suficientemente inteligentes, sobre todo en medidas de mediano y largo plazo, como para incursionar en esa economía mundial y jugar nuestro rol para no seguir siendo una gota más en el mar.
– ¿Y cuándo cree usted que se hará oficial esa pertenencia de Costa Rica al Cafta?
– Mire, yo lo que vislumbro con mayor dificultad no es la parte de la ratificación, la cual espero que ocurra por parte de nuestro Congreso antes de finalizar el año 2006 (hay que tomar en cuenta que en nuestro país asume un nuevo Gobierno a partir del próximo mes de mayo y ya sabe usted que “escoba nueva barre bien” y eso traerá un nuevo impulso a la toma de ciertas decisiones que no se han podido tomar en un Gobierno que va de salida), lo que va a ver más dificultad, precisamente por eso, no solamente frente a nuestro socio, que es EEUU, sino también en el ámbito interno, va a ser la ratificación de las leyes que abran estos dos mercados que antes le mencionaba. No estamos privatizando, lo que estamos haciendo es la apertura, que es por lo que hemos optado. Y fíjese que, paradójicamente y conforme a nuestra Constitución, podría requerirse inclusive más número de votos en el Congreso para la ratificación de esas dos legislaciones que para la propia ratificación del acuerdo comercial.
– Usted es muy optimista sobre el previsible TLC Centroamérica-Unión Europea…
– De las reuniones que hemos tenido entre las dos regiones en lo que va de 2006, especialmente en la última de hace unos días en Bruselas (Bélgica), tengo el convencimiento de que el trabajo técnico está concluido, de que la ficha técnica es positiva, que el proceso de valoración profundo y muy serio que se hizo entre las dos regiones durante el transcurso del año 2005 refleja una Centroamérica que tiene un compromiso con este tema, que tiene desafíos, que tiene todavía mucho trabajo por hacer en la conformación de una verdadera unión aduanera centroamericana, pero que ha dado ese paso para adelante y que ese proceso es irreversible y que se va a concretar. De modo tal, que la plataforma técnica para que los jefes de Estado y de Gobierno tomen la decisión política del lanzamiento de las negociaciones está, y estoy convencido de que esa decisión política se va a dar y que va a ser, sin duda alguna, el acontecimiento más importante de esta Cumbre (la de Viena de los próximos días 12 y 13 de mayo entre la UE y América Latina): el lanzamiento de negociaciones de un acuerdo de asociación, que incluye un área de libre comercio, elementos de cooperación y elementos de diálogo político.
– Esa convicción suya sobre el inminente acuerdo comercial UE-Centroamérica, ¿tiene algo que ver con la oficina que Costa Rica acaba de inaugurar en Bruselas?
– No exactamente. La oficina que hemos abierto en Bruselas tiene como objetivo ir posicionando a nuestro país, y como consecuencia también a la región centroamericana, en el entorno europeo. Hoy está en Bruselas, mañana puede estar en Madrid o Berlín, puede ser la misma oficina, pueden ser varias; lo importante es dar ya ese paso. En este momento, la promotora de Comercio Exterior, cuyo directorio me corresponde presidir, tiene ya nueve oficinas, pero todas en el continente americano. De modo tal que yo he puesto mucho entusiasmo, mucha insistencia, en que diéramos el paso de irnos posicionando en el mercado europeo. No podemos olvidar tampoco que Costa Rica es el principal socio comercial de Europa en la región centroamericana: nuestro país representa el 60% de las importaciones centroamericanas que hace Europa y tradicionalmente hemos tenido una balanza comercial a favor de Costa Rica, aunque en el año 2005 fue a favor de la UE. El caso es que ya tenemos un comercio bilateral cercano a los 2.500 millones de dólares (2.005 millones de euros) al año; es nuestro segundo mercado para las exportaciones y es el segundo origen de la inversión extranjera directa que recibimos en nuestro país. De modo tal que hace toda la lógica del mundo el ir posicionándonos cada vez más en un mercado que estoy convencido que nos conoce poco. Miguel Humanes. Americaeconomica.com
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