Un total de 4.116 pequeñas y medianas empresas han comenzado a desarrollar su actividad en el exterior desde 1997, vinculadas al plan de promoción exterior que desarrollan el Ministerio de Industria y las Cámaras de Comercio.
Se trata del Plan de Iniciación y Promoción Exterior (PIPE) que las Cámaras de Comercio y el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), con el apoyo de las Comunidades Autónomas y la Unión Europea, iniciaron hace
una década con el objetivo de que las pymes extendiesen su negocio a otros países.
Las Cámaras de Comercio gestionan este proyecto que en su primera edición (1997-2000), logró que más de 2000 pymes sin experiencia exportadora se estableciese de forma regular en mercados exteriores.
En este periodo, las Cámaras destinaron a este programa 26,3 millones de euros, mientras que en la segunda fase, que comenzó en 2000 y se cerrará este año, está previsto que las Cámaras aporten 46,4 millones de euros.
Además, esta asociación empresarial cuenta con un presupuesto adicional de otros veinticuatro millones de euros para extender este tipo de apoyo a la exportación hasta 2008, según datos de las propias Cámaras.
Por su parte, el ICEX dedicó en los primeros años de este plan una media de cuatro millones de euros, cifra que aumentó progresivamente desde 2002, y que en 2005 alcanzó los seis millones.
Según los últimos datos de las Cámaras, hasta octubre del pasado año 2.053 empresas se habían beneficiado de estas ayudas, lo que indica que al cierre del ejercicio se habrá superado el número de sociedades adscritas en la primera fase del plan.
En estos momentos, las empresas que pertenecen al programa PIPE representan el quince por ciento de la exportación española.
Por sectores, el 38 por ciento de las ayudas se destinan a exportaciones agroalimentarias; el 27 por ciento a las ventas de materias primas, productos industriales y bienes de equipo y de consumo, y el diez por ciento restante a los servicios.
De las empresas que se han acogido a este plan, el 33 por ciento no había exportado nunca, el cuarenta por ciento sólo vendía el quince por ciento de su producción y el dieciocho por ciento no superaba el treinta por ciento.
Las empresas más decididas a la hora de exportar son las que tienen entre 11 y 50 empleados (el 52 por ciento), seguidas de las de diez trabajadores (el 38 por ciento)
La pyme interesada en dar el salto al exterior, cuenta, a través del PIPE, con apoyo personalizado y asesoramiento de las Cámaras de Comercio.
Para ello, su plantilla debe ser inferior a 250 empleados, no estar participada por otra empresa en más de un veinticinco por ciento, tener un producto o servicio propio, con una facturación anual inferior a cuarenta millones de euros y no exportar más del treinta por ciento de ésta.
Durante un periodo de dos años, la empresa cuenta con un apoyo económico del ochenta por ciento para realizar las acciones que necesite en el proceso de internacionalización, con un límite máximo de gasto de entre 33.055,67 y 30.050,61 euros.
Para el director del servicio de estudios de las Cámaras de Comercio, Juan de Lucio, la internacionalización “es un requisito para ser productivo y mantener el dinamismo empresarial”.
De Lucio señaló que cuanto más competitivas son las empresas locales, más lo son en el ámbito internacional y recomienda que se aprovechen de las ventajas que conlleva la internacionalización entre las que citó la obtención de recursos y capital más barato o la posibilidad de cooperar con otras empresas del país donde se establezca.
Por otra parte, las Cámaras cuentan con otros proyectos como el Plan Cameral de Promoción a las Exportaciones al que el pasado año destinó 66 millones de euros y se acogieron 30.000 empresas que ampliaron su actividad a 125 países. EFECOM
Deja un comentario
Disculpa, debes iniciar sesión para escribir un comentario.