El sector exportador pide prontas decisiones sobre los conflictos y negociaciones comerciales pendientes, temas que en este Gobierno asumirá el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Casi quince días después de asumir el Ministerio de Relaciones Exteriores, María Fernanda Espinosa, no ha dado señales claras sobre las políticas que adoptará frente al comercio exterior del país.
Aunque el Decreto 007, firmado por el presidente Rafael Correa el 15 de enero pasado, responsabiliza a esta Secretaría de Estado del proceso de reestructuración que permitirá que el área de comercio exterior pase a la Cancillería, ningún funcionario de ese Ministerio ha podido informar cómo Espinosa está liderando el tema o si ha delegado a alguien para que lo asuma.
El decreto establece que la Subsecretaría de Comercio Exterior e Integración del ex Micip (Ministerio de Comercio, Industrialización, Pesca y Competitividad) se traslade a la Subsecretaría de Política Económica Internacional de la Cancillería.
Raúl Sagasti, ministro de Industrias, se ha limitado a anunciar que su trabajo se concentrará en la transferencia de la Subsecretaría de Pesca -antes a cargo de esta cartera- al Ministerio de Agricultura. El decreto de Correa le delega esta responsabilidad.
Entre tanto, los temas relacionados con comercio exterior empiezan a exigir la urgente toma de decisiones.
En la lista se encuentra la decisión de iniciar un arbitraje ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la Unión Europea (UE) por la imposición de un arancel de 176 euros (unos $ 228) a cada tonelada de banano latinoamericano que ingresa a ese mercado.
También están las negociaciones comerciales con Chile y el inicio de un proceso similar con la UE -en el marco de la Comunidad Andina de Naciones-. El país debe, además, armar una estrategia para convencer al actual Congreso estadounidense sobre una ampliación, a más largo plazo, de las preferencias arancelarias andinas (Atpdea), que vencen en junio próximo.
La falta de definición frente a estos temas y de un interlocutor directo dentro del Gobierno preocupa al sector empresarial, cuyos líderes tampoco están totalmente de acuerdo con los cambios.
“Es una situación inconveniente para el sector”, considera Roberto Aspiazu, coordinador del Comité Empresarial Ecuatoriano. Sostiene que en materia de comercio exterior siempre ha habido una relación con el ex Micip, mientras que con la Cancillería “no hemos tenido empatía”.
Gonzalo Correa, presidente de la Federación de Exportadores, cree fundamental que la Canciller defina si ella liderará tanto los temas territoriales y de soberanía, “en los que ha estado más enfocada”, así como los de comercio exterior.
Los exportadores mantienen buenas relaciones con Sagasti, a quien le hicieron conocer su posición sobre la necesidad de promover el desarrollo industrial a través del comercio exterior.
Sin embargo, con Espinosa no ha habido acercamientos; por ello Correa -a nombre de la Federación- sugiere a la Ministra la delegación de funciones tras la definición de políticas claras.
La Cámara de Acuacultura es otro de los gremios preocupados por la situación. Aunque sus líderes se han reunido con funcionarios del Gobierno -Fander Falconí, Carlos Marx Carrasco y Carlos Vallejo- para dialogar sobre otros temas, no pueden aún conversar con Espinosa, a quien le han ratificado una invitación pública para el próximo viernes.
El titular del gremio, César Monge, recuerda que el país está involucrado en una demanda en contra de los EE.UU. por el esquema arancelario que se le impone al camarón ecuatoriano. En los próximos días, cuenta, habrá una deliberación de la OMC en relación con la demanda; “la Ministra debería estar al tanto, porque de esto depende la situación del sector”.
$ 4.377,5
MILLONES
exportaron las empresas ecuatorianas en productos agrícolas e industriales (no petroleros), entre enero y noviembre del año pasado, según el Banco Central. Paulina Escobar. El Universo
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