Entre hoy y el 26 de marzo se realizará el Festival de cine de Toulouse, y la presencia nacional es fuerte y joven. Oscar Cárdenas es el único paisano en competencia para llevar su debut -filmado y editado en una semana- a formato de cine, y antes de partir aprovecha de conversar sobre su película y del llamado “nuevo cine chileno”.
Terminado el rodaje de “Rabia ”, su director, Oscar Cárdenas (35), regresó a uno de los edificios del centro de Santiago donde se filmó una escena, para realizar fotografías. Ahí se encontró con un grupo de mujeres esperando una entrevista de trabajo. “Las conversaciones eran prácticamente las mismas que ocurren en la película”, cuenta Cárdenas. Y al parecer, el riguroso realismo con que filmó “Rabia” -la historia de una mujer que busca trabajo hace un año, interpretada por Carola Carrasco- encontró aceptación entre el jurado del Festival de cine de Toulouse, Francia, donde quedó seleccionado para participar en la sección “Cine en construcción”, programada para el 23 y 24 de marzo.
“Rabia” clasificó entre 67 proyectos audiovisuales, y es la única obra chilena (entre otras seis latinoamericanas) en la competencia que ofrece como premio apoyo material para el traspaso a formato cine (35 milímetros) de trabajos en digital, y así impulsar su distribución. Al ser seleccionada, la cinta pasa también a participar del Festival de cine de San Sebastián, ente el 21 y 30 de septiembre de 2006. En Chile, la fecha tentativa de estreno es para agosto o septiembre.
En Toulouse también se darán cita otras películas nacionales, entre ellas las responsables que en 2005 comenzara a hablarse de un “nuevo cine chileno”, agrupando a nombres como Matías Bize, Sebastián Campos y Alberto Fuguet. “Me siento parte de ellos porque pertenecemos a la misma generación, y con más de la mitad compartimos la misma formación académica (Escuela de cine de Chile), pero todavía es muy temprano para hablar de ‘nuevo cine chileno’”, afirma Cárdenas.
-¿Cuál crees tú, entonces, que es el factor aglutinante?
-Están todos en una búsqueda. Es una generación inquieta. Hay más producción, que se debe al digital: no habría “nuevo cine chileno” sin esa tecnología. Además, antes existía un prejuicio a los géneros, pero las películas del 2005 son un reflejo de cómo se han ido borrando.
-En lo técnico, se aprecia también una preocupación por rodajes bien delimitados.
-Cierto. Esta película debió ser filmada en dos días porque teníamos un presupuesto reducido, pero también para trabajar la historia como si fuera real. Pedí a los actores que se trasladaran desde sus casas como si fuesen a buscar trabajo. Tenían una hora de traslado en micro dentro del personaje, entonces podía filmar inmediatamente. Eso, dramáticamente, es mucho más intenso: hace que esta película tenga un tono realista bastante extremo. Marcos Moraga Lovera. La Nación
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