La internacionalización de las empresas españolas suscita mucho interés en los ambientes académicos y empresariales de España y América latina, sostiene un informe de la universidad estadounidense de Wharton, según el cual la inversión directa española en el exterior aumentó de tres por ciento del PBI en 1990 a 34,3 por ciento en 2002.
Ese último nivel supera el promedio alcanzado por el resto de los países industrializados, destaca el estudio.
La mayor parte de esa inversión se dirigió a América latina, a tal punto que España se convirtió, en apenas una década, en el segundo país inversor en la región, detrás de Estados Unidos.
Nombres tan conocidos para los latinoamericanos como la petrolera Repsol YPF, la operadora de telecomunicaciones Telefónica, la eléctrica Endesa y los bancos Santander Central Hispano (SCH) y Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) han sido los principales protagonistas de esa fiebre inversora.
Ese proceso ha sido valorado muy positivamente por la opinión pública española, pero ha recibido numerosas críticas en América latina, vinculadas principalmente con las privatizaciones que tuvieron lugar en la década de los ’90.
Parte de la población de América latina considera que esas inversiones les proporcionaron pocos beneficios y que las compañías abandonarían el barco ante los primeros signos de crisis en la región, dice el informe, que señala que entre 1997 y 2002 los ingresos de capital a la región se redujeron 61 por ciento.
El trabajo cita una investigación realizada por Cristina López Duarte y Esteban García Canal, profesores de la Universidad de Oviedo (España), quienes llegaron a la conclusión de que aunque las inversiones en el exterior fueron bien vistas por la mayoría de los españoles, “casi 47 por ciento” de esas compañías “no recibió una valoración positiva” en la Bolsa de Madrid.
“Además, las adquisiciones, que han representado una parte muy importante de la inversión directa española en el exterior, también obtuvieron una valoración favorable, poniendo de manifiesto que la famosa frase ‘Spain is different’, que tanto se ha utilizado para definir la idiosincrasia española, también se puede aplicar a este caso”, dice el trabajo.
Los investigadores de la Universidad de Wharton advierten que “algunos estudios sugieren que los mercados financieros suelen experimentar una reacción negativa ante los procesos de compraventa internacional”.
Citan al respecto un trabajao de José Manuel Campa, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Empresa (IESE), de Barcelona, que señala que “las fusiones y adquisiciones transeuropeas suelen ser valoradas negativamente por el mercado”.
No obstante, el estudio remarca que los inversores reaccionaron positivamente en más del 50% de los casos, si la empresa entró en el mercado receptor creando filiales de plena propiedad, empresas conjuntas o por medio de adquisiciones.
Los autores subrayan la importancia que el mercado otorga a la experiencia internacional relevante acumulada por las empresas.
Sin embargo, advierten que las adquisiciones realizadas en procesos de privatización no generan una reacción tan positiva por parte del mercado, debido a que la competencia entre varias compañías para adquirir la empresa objetivo hace que suba el precio y disminuya la posible rentabilidad de la operación.
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