Las editoriales quieren recuperar el liderazgo que solían tener en los destinos de la región. Los editores de libros recuerdan con nostalgia una época en la que la Argentina lideraba en América latina la producción de contenidos. "Los chicos de Puerto Rico solían ir al colegio con libros argentinos", "los libros nacionales fueron columnas que apoyaron la difusión cultural en la región", suelen decir como una letanía. Hoy, el país está lejos de esa realidad, ya que en los últimos años se fue debilitando su desempeño como jugador internacional hasta empezar a caer en picada a fines de los 90. Sin embargo, los empresarios no perdieron todas sus esperanzas y, motivados por los cambios en la economía local, se pusieron a trabajar para volver a dar batalla en los mercados externos.
Una muestra de ello es la exhibición que se realizará el 26 y 27 de noviembre en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Distrito Federal, México. Allí, días antes al comienzo de la Feria del Libro de Guadalajara, la estrella será el libro argentino.
Al referirse a esta muestra, el presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara Argentina del Libro (CAL), José Pérez, dijo que la intención es difundir en los distintos sectores ligados al gobierno, organismos no gubernamentales, bibliotecas y universidades de ese país la calidad del libro editado en la Argentina. "El gobierno mexicano compra mucha cantidad de libros -por ejemplo, para los chicos-, y como allí no hay producción en idioma español, sino que la mayoría de los libros vienen de España, pensamos que es un destino donde podemos tener una mayor presencia sobre todo porque tenemos muchas problemáticas comunes", destacó.
A esta iniciativa -que cuenta con el apoyo de la Fundación ExportAr y de la Cancillería- se suma la edición, por primera vez, de un catálogo que va a reunir casi 700 títulos de diferentes editoriales y con distintas temáticas; campañas de prensa en el exterior; la participación de la CAL en la segunda misión conjunta del Mercosur que se hará en noviembre, a México; una muestra del libro argentino en Madrid, España, el año próximo, y una exposición similar en Venezuela, en marzo.
Ultimas ventas
Entre las industrias culturales hay cuatro subsectores considerados clave: editorial, discográfico, cinematográfico y televisivo. De acuerdo con las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la Argentina exportó en concepto de libros, folletos e impresos similares (excluidos diccionarios y enciclopedias) por US$ 22.734.735, sus principales destinos fueron Brasil (US$ 4,3 millones), México (US$ 4,2 millones), Uruguay (US$ 1,9 millón), Chile (US$ 1,8 millón), y España (1,6 millón de dólares).
Para los primeros ocho meses de este año, los datos del Indec muestran que México pasó a ocupar el primer lugar como destino de exportación, con ventas por US$ 4,8 millones.
En el contexto internacional, luego de la devaluación, los precios de los libros nacionales comenzaron a resultar tentadores, sobre todo porque el valor del euro -la moneda de nuestro principal competidor, que es España- subió. "Esta situación nos está abriendo puertas, a pesar de que muchos de nuestros competidores cuentan con subsidios y créditos, cuando nosotros aquí aún estamos sin crédito y el papel sigue aumentando", opinó Pérez, que si bien se entusiasma con las renovadas iniciativas, reconoce que el país aún está muy lejos de protagonizar la fama de otros tiempos.
A pesar de eso, algunos signos son alentadores. A principio de mes se hizo en Madrid la feria Liber 2003, donde las editoriales locales concretaron negocios por US$ 360.000. "Estamos tratando de adicionar actividades extras, como encuentros de negocios en los países a los que van las empresas con nosotros para participar en ferias internacionales", comentó Marcelo Elizondo, director ejecutivo de la Fundación ExportAr, que coordinó la participación de las firmas locales, al referirse a las actividades de promoción para el sector.
Un ejemplo de editorial que viene conquistando mercados casi sin parar desde 1996 es el caso de Vergara & Riba Editoras, especializada en el concepto de "libro regalo" y que en la última Feria de Editores de Francfort, Alemania, participó con su propio stand y no sólo logró vender títulos de una tirada especial de libros de edición nacional que había traducido al inglés, sino que además está en tratativas por la venta de derechos de obras locales.
Para Vergara & Riba, la exportación como meta nació casi junto con la empresa. La fundadora de la editorial, Trini Vergara, comentó a LA NACION que tras participar de la feria de Alemania tienen pedidos concretos de Malasia, Corea, Taiwan y Nigeria, entre otros países. "En Francfort apostamos a dar un paso más e hicimos algo bastante audaz: imprimimos una tirada mínima, casi de muestra, de algunos de nuestros libros y los salimos a mostrar al mundo. Nos dimos cuenta que el mismo libro funciona en otra lengua y en otros mercados distintos a los de habla castellana."
Explicó que en el concepto de libro-regalo están muy cuidados el texto y la encuadernación. Son ediciones a todo color, en las que lo artístico tiene mucho peso. "Estos libros reflejan los sentimientos y pensamientos que una persona le quiere expresar a otra y, por lo general, tienen un mensaje positivo. Una muestra de ello son los nombres de sus obras que llevan títulos como Un brindis por la vida o Nunca te rindas .
"Creo que es posible recuperar un lugar internacional para las producciones locales porque la producción intelectual nacional es muy apreciada. Las rutas de la comunicación siguen vigentes; es cuestión de pensar con una mirada internacional", dijo Vergara, al analizar el futuro del sector.
Por Sandra Califano
Fuente Diario La Nación