La industria del software de Argentina sale a mostrar sus números para dar cuenta de lo que significa su desempeño en las exportaciones y en la creación de empleo en el país. A fines de 2003 esperan exportar por unos u$s180 M, 50% superiores a las de 2002, y equivalentes al 15% del total de lo que mueve el sector cada doce meses.
El dato no es menor si se tiene en cuenta que, en este último año, la cantidad de mano de obra prácticamente se duplicó. De 3.000 profesionales de la tecnología informática empleados hasta el año pasado, se pasaría a los 6.000 puestos de trabajo distribuidos entre analistas, ingenieros, consultores y técnicos de la industria, cuyos salarios promedio están en los u$s750.
“La industria del software participa hoy en el 0,6% del PBI. Nuestro objetivo es alcanzar el 1% en dos años”, dijo a Infobae Carlos Palloti, flamante presidente de la Cámara de Empresas de Tecnología de Información de Argentina.
“Siempre sostuvimos que si la Argentina tuviese un plan coherente en materia de tecnología informática para el mediano plazo, es decir, unos cinco años, podríamos exportar por u$s500 M y emplear a 20.000 personas sólo en lo referido a comercio exterior”, apuntó el ejecutivo, también presidente de la filial local de Datastream Computec. El ejecutivo asumió en reemplazo de Jorge Cassino, quien condujo la entidad durante trece años.
El sector mueve $2.400 M por año y está conformado por 750 empresas, entre nacionales y extranjeras. De ese total, 255 desarrollaron aplicaciones y programas para el exterior durante el 2002, según la encuesta anual que realiza la cámara. De ese total, 125 exportaron al menos una vez y otras 35 lo hicieron por lo menos tres veces. Los principales destinos fueron México, España, Brasil, Estados Unidos y Chile.
La encuesta 2003 se realizará en las próximas semanas y se estima que los indicadores muestren avances importantes.
Casi solos
Lo hecho hasta ahora por el sector sólo recibió el apoyo de la Cancillería que, junto con diversas fundaciones y la Secretaría de Pyme, viene dando fuerte colaboración en el último año y medio para abrir nuevos mercados y posicionar la producción local en el exterior.
Como contrapartida, el Congreso aún no parece advertir el potencial que tiene la industria como generadora de riqueza y de fuentes de trabajo.
Desde hace más de un año esperan su tratamiento y aprobación dos iniciativas: la de declaración del sector de tecnología informática como industria (para tener las mismas ventajas que cualquier otra actividad, como la agropecuaria y/o automotriz) y la de promoción de la industria del software, que apunta a obtener estabilidad fiscal durante un lapso determinado, similar al que existe en los países vecinos (como Uruguay y Chile).
La primera, con media sanción, duerme en el Senado, a pesar de su promesa de tratarla y aprobarla. La segunda, en tanto, está en el orden del día de Diputados y nadie advirtió, hasta ahora, que debería estar más arriba en la escala de prioridades para que ingrese al recinto y pueda ser debatida.
Por Andrea Catalano
Fuente Diario InfoBae