Frutas y verduras ecológicas; un mercado en constante crecimiento

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La FAO subraya que "las economías de muchos países en vías de desarrollo dependen de la exportación de un número relativamente pequeño de productos, en su mayor parte de procedencia agrícola. La diversificación de la producción agrícola reviste, por tanto, una enorme importancia, ya que genera más empleos y divisas para los países exportadores".
Se prevé que el consumo de alimentos orgánicos sobrepasará la producción interna de estos productos en los países desarrollados, de modo que éstos deberán recurrir a importaciones significativas.
Este hecho supondrá mayores oportunidades para los países en vía de desarrollo.

En el caso particular de la Argentina, tenemos además la ventaja de la contraestación, que nos permite llegara con frutas y hortalizas frescas al hemisferio norte en las épocas del año en que los productores de estas regiones no disponen de productos frescos.
Sin embargo, el informe lanza una advertencia: el desarrollo del sector de la alimentación orgánica puede ser difícil y arriesgado, sobre todo cuando los productores se ven obligado a hacer frente a obstáculos normativos.

Desde el punto de vista legal, los productores deben adecuarse a normas muy estricta. Esta observación es válida sobre todo cuando quiere reconvertirse un campo que venía siendo explotado en forma convencional a la agricultura orgánica.
Muchos de los plaguicidas y los productos químicos utilizados en la agricultura convencional, dejan residuos en el ecosistema por un largo período de tiempo y para certificar una explotación como orgánica, se deben hacer estudios costosos a fin de garantizar al consumidor la ausencia total de agroquímicos en el medio.

Cabe destacar que en vasta regiones de nuestro país, no se han utilizado nunca productos químicos, por lo que la certificación como orgánica debe ser más sencilla.

Además, por tratarse de un mercado muy exigente, a veces puede no ser aceptados productos orgánicos si no se fían de los sistemas de certificación del país de origen. Por fortuna, esto no ocurre con la Argentina, donde hay certificadoras cuyos resultados son reconocidos internacionalmente, a diferencia de la mayoría del resto de los países latinoamericanos.

Los datos expresados en el cuadro son significativo; aunque todavía representan una cuota muy reducida del total del mercado de la alimentación. Las cuotas de mercado de los alimentos orgánicos representan en la mayoría de los países alrededor del 1 % de las ventas totales de alimentos.
Aún así, muchos países han conseguido ganancias relevantes en los últimos años. El valor de las ventas ha aumentado en la mayor parte de los mercados hasta alcanzar un porcentaje anual del 20% al 30%.

En Alemania, por ejemplo, entre 1993 y 1997 el crecimiento anual de la venta de frutas orgánicas fue del 8 % y el de verduras del 15%. Entretanto, en Italia, la venta al por menor creció en un porcentaje anual del 85% entre 1998/2000.
A principios de 2001, en el medio de la crisis por el recrudecimiento de la "vaca loca", el aumento fue aún más alto, ya que la preocupación por la seguridad de los alimentos convencionales, sobre todo la carne, se tradujo en un fuerte crecimiento de la demanda de fruta y verdura en general y de la producida de forma orgánica en particular.

En 1987, sólo cinco agricultores en la Argentina cultivaban alimentos orgánicos. Hoy todo el sector alcanza a producir por un valor cercano a los 20 millones de dólares. La variedad de frutas y verduras producidas va desde las peras a las manzanas, pasando por mandarinas, uva, remolachas y zanahorias.

- El estudio de la FAO
El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, se dio a conocer en el curso de una conferencia sobre horticultura orgánica en Latinoamérica y el Caribe celebrada en Trinidad y Tobago. Los participantes discutieron sobre los datos del estudio y el modo de elaborar normas futuras y sistemas de certificación en los países de esa zona.
Allí también se destacó que en la Argentina, hay vastas extensiones de territorio en las que nunca se han utilizado agroquímicos, especialmente en las zonas agropecuarias que se conocen como extrapampeanas. Por este motivo, es relativamente sencillo certificar establecimientos agropecuarios de estas zonas como orgánicos.

Con estas ventajas competitivas, y un mercado de productos orgánicos en continuo desarrollo, están dadas las condiciones favorables para que se vigorice la exportación de estos alimentos, que se consideran especialidades y tienen un alto valor comercial.

Fuente: Revista Acaecer Nº 306