Cuatro empresas de la región conformaron un grupo exportador, en el marco de un programa que impulsan la Fundación ExportAr y la Fundación BankBoston. Se trata de empresas alimenticias de arraigo en la región que se integraron en el Grupo Exportador de Alimentos de Rosario (Gear), con el objetivo de colocar entre un 15 y un 20 por ciento de su producción en los mercados externos, dentro de un plazo de tres años. La experiencia agrupa a la aceitera Tanoni, de Bombal; Inalpa, de Pavón Arriba, que manufactura legumbres envasadas; Beverage SA (Jugos Asunción) localizada en Rosario; y Ridolfo Hnos SA, que produce tomates en conserva desde un planta en Córdoba aunque tiene su sede en Rosario.
El flamante coordinador del grupo, Gastón Raggio, destacó que la conformación del consorcio es el fruto de dos años de trabajo y que se trata de pymes "muy bien armadas, con buen volumen de producción".
De los cuatro sólo Tanoni tiene un circuito regular de exportación, con la colocación de aceite envasado en los mercados centroamericano, africano y países limítrofes. Inalpa vende a Brasil y Chile y está en negociaciones para llegar a los EEUU con arvejas, choclos y jardineras. Beverage coloca jugos concentrados Bolivia y Chile.
El acuerdo se rubricó el jueves pasado en un acto del que participaron Carlos Tanoni, Maira Boglich (Beverage), Ulises Muñoz (Inalpa) y Eduardo Ridolfo, junto a Oscar Alexandro, por Exportar y y Elbio Baldinelli, por la Fundación BankBoston.
El Gear es uno de los 36 consorcios exportadores generados a partir de la propuesta de la Fundación BankBoston. "Se sigue el modelo exportador italiano contemplando la situación de pymes que por sí solas no pueden desarrollar un proyecto sustentable de mediano plazo", explica Raggio.
"Las empresas pueden armar una logística de distribución, compartir los despachos hacia el exterior y dividen entre todas los gastos que significan la participación en ferias internacionales", señala el coordinador y apunta que "también hay una mejor receptividad en el exterior para los integrantes del consorcio, porque los importadores entienden que no están negociando con aves de paso".
La fórmula de expansión
La estrategia de penetración del grupo exportador tiene varias etapas. En primer término le apuntarán a consolidar mercados en los países limítrofes, haciendo una salvedad con Brasil dada sus características cambiantes. "Allí hay que invertir fuerte y después cambian las condiciones y uno queda pedaleando", grafica Raggio.
En un segundo turno irán a Centroamérica, que es un importante consumidor de aceites y legumbres, y en materia de jugos desarrollan los tropicales pero pueden importar los de manzana y sidras. La idea es hacer también una cabecera de playa en México "que es muy importante, en términos culturales y de competitividad, y está al alcance de la mano", sostiene el coordinador. Para un tercer período están listados los mercados de mayor magnitud, como los de Europa, Asia y EEUU.
La Fundación BankBoston subsidia la producción de información y comunicación del grupo, tales como impresión de folletos y catálogos, y se hace cargo de los honorarios del coordinador durante los primeros seis meses. Por su parte, ExportAr pone su infraestructura de base de datos y conecta al grupo con los agregados comerciales argentinos de distintas partes del mundo, que generan contactos de negocios y efectúan estudios de mercados.
Raggio relativizó la importancia de la ley que aprobó recientemente la Legislatura provincial para promover la actividad de los consorcios exportadores, con el argumento de que es más específica para este tipo de entidades, ya que se reforma la ley aduanera para permitir canalizar todas las operaciones de exportación por medio de una sola empresa.
Aunque el coordinador aclara que el plan de negocios del Gear se elaboró con márgenes de variabilidad importantes, sostiene que un objetivo general del grupo es poder colocar en el exterior entre un 15 y un 20 por ciento del total de la facturación.
En el calendario de actividades más inmediato se encuentra una excursión a México y Centroamérica, para dentro de tres meses. Con relación a la competitividad del tipo de cambio para la exportación, Raggio apuntó que "la inflación devoró la competitividad de la devaluación y el problema es que los precios de los insumos quedaron fijados en 3,50 cuando el dólar cayó a 2,80. Pero el problema clave es que los importadores quieren tener proveedores confiables, que no se queden a mitad de camino a la primera de cambio, y para ello resulta indispensable tener un país ordenado y con capacidad de generar confianza a largo plazo".
Fuente: Diario La Capital de Rosario