- Se trata de la segunda fuente de ingresos de divisas de la
Argentina.
- Este año, las inversiones hoteleras superaron los US$ 233
millones.
- Pros y contras de la devaluación.
- En 2002 esta industria
generará unos US$ 5100 millones. ¿Podrá el turismo destronar a los cereales y
los combustibles de los primeros lugares del ranking de exportaciones? ¿Sería posible
que la Argentina asista a una revolución copernicana cuando la exportación de
servicios por turismo se convierta en el centro de la economía nacional y toda la oferta
local gire en torno de esta industria?
Varios datos invitan a pensar este
escenario: en 2001, más del 10% de las exportaciones argentinas (unos US$ 3000
millones) fueron por divisas que dejaron los turistas extranjeros; así, este sector fue la
segunda fuente de ingresos del país.
El dato más alentador, sin
embargo, proviene de un informe elaborado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo
(WTTC, por sus siglas en inglés), que asegura que este año el turismo receptivo
significará el 15,3% de las exportaciones argentinas, inyectándole al país divisas por
5100 millones de dólares.
En los 11 años que duró la convertibilidad,
este sector acusó un déficit en su balanza comercial: viajar al exterior pasó a ser
barato, a costa de convertirnos en uno de los destinos más caros del
mundo.
"Las estimaciones del WTTC son acertadas", explicó Marco
Palacios, presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo
(Aaavyt), y añadió que "lo que sí es seguro es que hasta ahora entró la misma
cantidad de turistas que en todo 2001, por lo que tranquilamente se llegaría a esa
cifra".
Con esta perspectiva se desarrollará en Buenos Aires, del 19 al
22 del actual, la séptima edición de la Feria Internacional de Turismo de América
latina (FIT). Con pabellones divididos en los sectores Nacional, Internacional,
Brasil, Caribe y Centroamérica, el predio ferial de Palermo espera superar los números
del año último, donde 1500 expositores de 49 países fueron visitados por más de
50.000 personas.
Palacios, también titular de la FIT, dijo que "un 99%
de la feria está vendida. Que esto suceda en un país recesivo demuestra el
protagonismo que está teniendo el turismo en la Argentina y la conciencia que se está
tomando sobre su potencial", expresó.
- Revertir la
tendencia
Lo más destacable es que en 2002 se dio vuelta la
tendencia de los últimos años: mientras antes las empresas extranjeras y los países
participantes venían a vender y promocionar sus destinos, ahora vendrán a comprar la
Argentina, en virtud de la nueva relación del peso respecto del dólar, que nos hace tan
competitivos y baratos como lo fue Brasil para los turistas argentinos hasta, al menos,
fines de 2001.
"Se apostará el todo por el todo al mercado argentino,
que es el más importante de América latina luego de Brasil", explicó Palacios, luego de
añadir que "es el momento de comprar Argentina porque se dio vuelta la torta", señaló,
en referencia a la devaluación. Para el presidente de la feria "hay un producto por
explotar, nuestro país está preparado para ello y tiene capacidad
ociosa".
Así como el sector de la construcción, con sus vaivenes, es el
mejor síntoma del estado de la economía, por la cantidad de puestos de empleo que
genera, el turismo no tiene nada que envidiarle. Los movimientos de capitales e
inversión en la materia son elocuentes.
Según la Secretaría de Turismo,
entre 1991 y 2001 las empresas nacionales con franquicias de cadenas internacionales
invirtieron US$ 717 millones en la inauguración de hoteles en todo el país, atendiendo
principalmente la creciente demanda de turismo por negocios.
Las estimaciones
para este año indican que se sumarán a la oferta hotelera argentina unos 25
establecimientos por inversiones cercanas a los US$ 233 millones. Entre noviembre de
2001 y marzo último, probablemente los meses más convulsionados de los últimos
tiempos, alrededor de 70.000 turistas arribaron a la Argentina en 60 cruceros; sus
gastos diarios en tierra se estiman entre 140 y 400 dólares.
Pese a
todo, hay una espina en el virtual lecho de rosas que la depreciación del peso le deparó
al sector: "El turismo es una industria de doble vía, y la devaluación pasa a ser un
problema porque para que lleguen más turistas debe irse una cantidad proporcional de
argentinos al exterior para que el negocio de las aerolíneas sea rentable",
aclaró.
"Difícilmente -continuó el directivo- las estimaciones optimistas
de crecimiento puedan cumplirse si no se soluciona el problema de la política comercial
de cabotaje: ya son 22 aviones los que dejaron de volar", dijo en relación con el cierre
de una aerolínea y la drástica reducción de aviones por parte de otras
tantas.
Fuente: Diario la Nación