Marcelo Ferrero cuenta el proceso de internacionalización de "Editorial Brujas" y el acompañamiento brindado desde la Agencia ProCórdoba. Este sello cordobés inició su proceso de internacionalización con la Agencia ProCórdoba y hoy vende libros académicos a todos los países de habla hispana. A su vez, está apostando la co-edición internacional. Afirma que el valor agregado que tiene este sector para exportar “es monstruoso”.
-¿Cómo surgió Editorial Brujas?
La empresa se inició hace mucho tiempo atrás cuando arrancamos con esa idea: la de educar para crecer. Mi hobby es la palabra. A través de la palabra fui construyendo tres ejes fundamentales: educación, edición y libros, que van de la mano. Educación significa mostrar, enseñar, sacar de adentro. Edición significa parir, llevar de la oscuridad a la luz. La palabra libro viene de libertad, de liber. Entonces la educación y la edición van de la mano para alcanzar la libertad. Esa es la apuesta por la que empezamos a construir nuestra historia.
-¿Cuál fue el primer desafío de su editorial?
-Cuando comenzamos con esta idea, la de dar a conocer obras inéditas de profesores principalmente de Córdoba, la mirada estaba focalizada en publicar textos de cátedras a alumnos. Ahí descubrimos que Córdoba era reconocida en Latinoamérica y países de habla hispana por la calidad de los contenidos de los profesionales que salían acá. Entonces comenzamos a tomar esos libros locales para llevarlos afuera. Ese fue nuestro primer desafío. En ese primer desafío apareció ProCórdoba. La primera salida que hicimos al exterior fue a través de una misión multisectorial que organizó ProCórdoba a Colombia y Venezuela.
-Desde sus inicios hasta la actualidad, ¿a qué destinos internacionales llegaron las publicaciones de Editorial Brujas?
-La editorial tiene presencia en todos los países de Latinoamérica. Desde el inicio, en el 2005, hasta la fecha hemos ido cubriendo todos los países de habla hispana. Ahora lo que estamos tratando de desarrollar es la co-edición con estos países. Concretamente, hemos cerrado esta posibilidad con Ecuador, México y Venezuela. La idea no es sólo vender afuera lo que se produzca acá sino intercambiar para nutrirnos entre todos.
-¿Cuál es el valor agregado que considera que tiene su empresa para la exportación?
-Si hay algo que le interesa al país y a los empresarios es cuánto se gana. Esta es una empresa pequeña pero que genera mucho valor agregado. Una tonelada de soja vale mil quinientos dólares. Un libro vale diez dólares. Un libro pesa 250 gramos. Un kilo de libros vale 40 dólares. Una tonelada de libros vale 40 mil dólares. Entonces, el valor agregado que tiene esto es monstruoso. Mil quinientos dólares contra cuarenta mil. En esas pequeñas cosas esta lo bueno de mirar a las pymes, porque tienen valor agregado.
-¿Qué modelo de internacionalización eligió para Editorial Brujas?
-Para poder posicionarnos en el exterior lo que hicimos fue replicar un modelo antiquísimo que era el “modelo valijero” (de los vendedores con valijas). Fuimos a buscar compradores en los países dónde estaban los interesados. La idea era posicionar el sello y para eso se fue construyendo una relación personalizada con cada uno de ellos. Aprovechamos mucho las ferias del libro. Mi decisión fue priorizar las relaciones humanas por sobre la maquinaria masiva que propone este mundo globalizado.
-¿Qué deben tener en cuenta las editoriales del interior que pretenden exportar?
-El campo del libro es sumamente grande. Pensar en una estrategia para trasmitir a otro es sumamente difícil. Sólo les puedo decir que si se arriesgan y si confían en su trabajo Latinoamérica tiene las puertas abiertas para los libros de Argentina. Argentina tiene un prestigio ganado en los años 50 y 60 que todavía nosotros usamos. Ese es el envión inicial. Solo se trata de arriesgar, viajar y conocer.
-Su editorial pertenece al ámbito académico, ¿este fue un factor favorable para venta internacional?
-Si bien nosotros nos centramos en libros académicos y en librerías universitarias creemos que aquellos que trabajan con novelas tienen infinitas más posibilidades. Los best-sellers no son libros técnicos, sino novelas. Entonces, las posibilidades de estos colegas con un perfil diferente al nuestro son muchísimo más grandes. Nuestros clientes son universitarios, nuestros distribuidores son Ministerios de Educación, ámbitos vinculados a la formación. Pero el mundo editorial es muchísimo más generoso para aquellos que hagan novelas.
-Por otro lado, ¿qué implica editar libros en Argentina y para Argentina?
-Editar libros en Argentina para la población que vive aquí es un desafío mayor que exportar libros. La venta de libros en Argentina es a consignación, entonces hay que tener un stock importante que uno no sabe si va a vender. Aquí va el librero, lleva el libro, el libro gusta y debe esperar que alguien lo compre para que rinda la venta. Para nosotros es menos rentable imprimir para vender en Argentina que para el exterior.
-¿Cuántos libros está editando Brujas?
-Estamos haciendo una novedad por semana, estamos sacando entre cincuenta y sesenta libros por año en formato papel. De esos, un ochenta por ciento son autosustentables y hay otros libros que a veces no cumplen esta expectativa, pero nuestra proyección es favorable.
-¿Cómo vislumbra el futuro de las editoriales argentinas?
-La situación cambiaria que tenemos hoy a veces no resulta tan favorable para el desarrollo de un producto en la inmediatez, pero es un momento para aprovechar las oportunidades porque peor que nosotros la está pasando España. A medida que España no recupere su industria editorial, los libros argentinos - que son sus directos competidores- van a ir posicionándose.
-¿En qué contribuyó el trabajo de ProCórdoba a la internacionalización de Editorial Brujas?
-No son sólo las misiones comerciales de ProCórdoba lo que nos ayuda a crecer, sino que a través de los Consulados cuando uno viaja puede lograr tener reuniones con contrapartes a través de ProCórdoba y ese es un valor agregado. No es lo mismo que haga una cita por mail con un Ministerio que esa cita sea gestionada a través del Consulado o la Embajada. Ese es un beneficio que nos otorga la Agencia.
-Editorial Brujas forma parte de la Plataforma de Exportadores de Córdoba, que pretende promover a través de la web a las empresas con potencial exportador. ¿Qué importancia tiene un proyecto como éste para las firmas locales?
La plataforma de exportadores de ProCórdoba -si uno se arrima, participa, se interesa y sabe de las oportunidades- creo que a los que trabajamos en Córdoba nos brinda una oportunidad muy importante.
Además, la gestión de ProCórdoba es mucho más importante que el aporte económico de esta Agencia.