Desde hace unas semanas comenzó a tomar forma lo que antes era un rumor, el cambio de sistema informático aduanero, donde el todavía vigente SIM (Sistema Informático María) le cederá espacio a otro SIM (en este caso, Sistema Informático Malvina, sin "s" al final). Para aquellos que ya hace décadas estamos en el ámbito del comercio exterior, este nuevo sistema ya tiene un proceso de un par de años, generando o intentando generar no sólo un cambio de etiquetas respecto de su denominación, sino también acercar algunas soluciones o
adaptaciones a las necesidades informáticas para la registración de
destinaciones aduaneras, ahora en su correlación con temas vinculados
como el ingreso y egreso de divisas, el control de valor y origen de las
mercaderías y otros tópicos por considerar dentro del proceso de
registración.
Haciendo un poco de historia y de antecedentes en
la materia, recordemos que la efectiva puesta en marcha del María
comenzó el 1° de enero de 1999, hace casi quince años, que parecen una
eternidad. Entonces eran muchos los escépticos respecto de su real
funcionamiento y aplicabilidad, dado que, seamos sinceros, había todo un
culto a la burocracia instalada que generaba una gran fuente de
corrupción y manejos espurios, y existían muchos sectores que apostaron
al fracaso del sistema para asegurar una continuidad de esas prácticas.
Recordemos
que, a principios del nuevo siglo, el acceso a Internet (o a las
herramientas informáticas en general) en las empresas, e incluso para
las personas, no era sencillo, por lo que hubo un reacomodamiento a los
usos y costumbres respecto de cómo llevar adelante una operación de
importación y exportación.
No obstante, con algunos tropiezos,
lentamente el sistema logró incorporarse definitivamente como el medio
para poder realizar registraciones de operaciones aduaneras de cualquier
índole, y a la fecha prácticamente todas las destinaciones se canalizan
a través de esta herramienta informática.
Evolución
Sin
embargo, los cambios se suceden de modo irreversible y rápidamente en lo
temporal, por lo que aquello que aparecía como "novedoso" hace poco más
de una década, se presenta como obsoleto en la actualidad, por lo que
se impone un cambio en la formalidad de las registraciones aduaneras que
permita tener una actualización de cara a la coyuntura de lo que en la
práctica se necesita.
Entonces, ¿qué cambia con la aparición del Malvina?
Al
momento de realizar este informe, cabe aclarar, el nuevo sistema se
encuentra en un proceso exploratorio y de instrumentación progresiva. El
servicio aduanero ya lo hizo obligatorio para operaciones de
exportación en planta y de factoría, así como en lo que respecta a las
autorizaciones para las importaciones y exportaciones.
Actualmente,
desde el punto de vista operativo, sólo es utilizado por los guardas y
verificadores de aduana, y el próximo paso será la incorporación como
usuarios de los despachantes de aduana.
Se busca con el cambio de
sistema la sustitución de falencias que tiene todavía el actual Sistema
María, en cuanto, por ejemplo, a sus mecanismos de control. Se
perseguirá mejorar los niveles de recaudación a través del Banco Nación,
y se espera también poder controlar en un futuro próximo los ingresos y
egresos de divisas que generan los intercambios comerciales con el
exterior.
Online
Otra diferencia sustancial del sistema
Malvina es que ya está alojada en la página de AFIP/Aduana, mientras que
el sistema informático anterior sólo estaba disponible a través de un
kit que debía ser previamente instalado.
Un tema que
necesariamente deberá tenerse en cuenta es que más de 40.000 usuarios se
conectarán al sistema. Habrá que lograr condiciones de buena
operatividad y que no se generen caídas importantes durante su
utilización.
De esta manera, se terminará de integrar el proceso
declaratorio aduanero con el de control fiscal, y se espera, de este
modo, un tratamiento más eficaz a la hora de detectar contrabandos,
evasiones impositivas y de índole no económica, y una notoria mejora en
los sistemas informáticos utilizados por el país.
Con seguridad,
en el proceso de implementación se apreciarán algunas trabas y errores
en su utilización, proceso que puede considerarse lógico hasta su pleno
funcionamiento. Este tipo de "trabas" puede generar, en el futuro,
algunas incomodidades entre los usuarios, es decir, entre los
importadores y los exportadores, y que ello derive en sobrecostos y
pérdidas de tiempo hasta su acomodamiento final.
Ahora bien,
prestemos atención al siguiente hecho: la intención de canalizar toda la
información a través de una ventanilla única puede generar en el corto
plazo la unificación de la información, por lo que es dable pensar en
que derive también en drásticos cambios en la modalidad de la
registración de las DJAI, por ejemplo.
Por eso, los importadores y
exportadores deben prestar cuidadosa atención a estos cambios, dado que
si bien no se prevé que tengan la capacidad de poder llevar adelante un
proceso de registración aduanera, serán mucho más ágiles las
posibilidades de ser sancionados on line, por lo cual necesita un rápido
acomodamiento a lo establecido en el marco informativo establecido en
el Sistema de Comunicación y Notificación Electrónica Aduanera (Sicnea),
y una mayor interacción con los despachantes de aduanas que son, sin
dudas, no sólo intermediarios necesarios e imprescindibles, sino actores
que ya tienen un perfil de consultor asociado para tener un comercio
internacional más eficaz en su operatividad. Por Flavio Jesús Lobosco.
Diario La Nación.