Crece la colocación de productos argentinos en destinos comerciales “no tradicionales”. Por ahora, los nuevos compradores no superan el 20% de las exportaciones locales. Faltan medidas de apoyo. Lentamente, pero sin pausa, está cambiando la tendencia prevaleciente en el destino de las exportaciones argentinas en las últimas décadas. La crisis que atraviesa el mundo desarrollado y el crecimiento, con estabilidad, que hoy tienen muchos países emergentes pusieron en el radar de los exportadores a mercados no tradicionales. Son destinos que hoy generan dos de cada diez dólares que ingresan al país; pero que, según los especialistas, pueden dar más.
Se trata de países que demandan commodities y también bienes industriales de rango intermedio, y que tienen un poder de compra muy diverso, como algunos africanos (Túnez, Argelia, Egipto, Angola, Sudáfrica), las economías del Golfo Pérsico y Medio Oriente, el ex bloque soviético y América Central-Caribe.
“En materia de destinos, hay una tendencia hacia la ‘mercosurización’ (crece más del 20% en importancia relativa en cinco años), lo que significa un desplazamiento intracontinente”, asegura un informe de la consultora DNI. En el plano global, “se observa una importancia creciente del mundo emergente en detrimento del desarrollado (desciende del 32% de participación en 2005 al 25% en 2010) y la irrupción de una nueva región de importancia estratégica en el Magreb, Egipto y Medio Oriente”.
El hecho adquiere relevancia en momentos en que las importaciones crecen en el país a un ritmo mayor que las exportaciones, lo que hace caer el superávit comercial. Datos del Indec revelan que entre enero y julio las importaciones subieron un 37% y las exportaciones lo hicieron el 24% (interanual).
En ese período, el Indec registra un superávit de US$9.294 millones en el intercambio con esos mercados no tradicionales -–Magreb y Egipto, Medio Oriente, Chile y ALADI sin países del Mercosur–, mientras que hubo pérdidas en el intercambio con los socios del Mercosur (-873 millones), el Nafta (-1.915 millones) y Lejano Oriente e India (-802 millones).
Salida exportadora “La Argentina tiene gran parte de sus exportaciones concentradas en mercados tradicionales, China y el Mercosur, pero en este escenario hay nuevos mercados, como los países africanos, que están creciendo mucho en los últimos tiempos. Hoy Africa explica un 8% de las exportaciones totales del país y Estados Unidos, el 5%. Esto hace cinco años no pasaba”, explica Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI.
En contraste, para Elizondo los mercados de América Central representan “una oportunidad que no estamos viendo”. Estos destinos ofrecen la ventaja del idioma, una logística más sencilla y son mercados más pequeños, por lo que pueden ser abastecidos por pymes, un segmento que hoy sólo captura un 10% de las exportaciones totales.
¿Por qué no se aprovechan estas ventajas?
A partir de 2008 no hubo grandes producciones que generaran mayor saldo exportable, en parte por falta de inversión suficiente. Además, hay cierta debilidad en insumos clave como la energía y la ventaja cambiaria se fue perdiendo por la inflación. Las exportaciones crecieron por precios más que por volumen.
“Hay países de Latinoamérica a los que no se les vendía nada y ahora se les vende. Pero de ahora en más, veo bastante difícil poder crecer en los mercados no tradicionales de América Latina”, pronostica Mauricio Claverí, economista de abeceb.com.
Claverí considera que en el sector externo “hay una política ambigua porque al Gobierno le encantaría que se exportara más para sostener el superávit comercial, pero no hay muchas medidas de apoyo, y lo grave es que se afectó a tres sectores exportadores tradicionales, como la carne, el trigo y todos los energéticos”.
Elvio Baldinelli, especialista de la Fundación Standard Bank, señala que “uno de los mayores problemas que hay para exportar es el desfasaje de costos por la apreciación real en el tipo de cambio y destaca que “si bien se buscan nuevos mercados, no es tan sencillo conseguirlos, muchas veces por falta de insumos”.
“América Central hoy es una Argentina acostada. En toda América Central hay más de 40 millones de personas, tienen un PBI conjunto semejante al argentino, y usos y costumbres muy similares a los nuestros”, se entusiasma Néstor Aleksink, gerente de Comercio Exterior de Bairexport, pero recuerda que “el intercambio de la Argentina con toda Centroamérica no llega a los US$300 millones anuales”.
El experto rescata el rol que puede tener Panamá como puerto de acceso al mercado centroamericano y caribeño y ve oportunidades en países de la ex URSS (maquinaria agrícola, equipos) y los países del Golfo Pérsico (productos farmacéuticos), además de lácteos, vinos y miel, que ya vienen ganando mercados. Por Carlos Boyadjián. iEco. Diario Clarín.