Propone triplicar la superficie plantada con té y hacer más eficientes los yerbales. El proceso llevaría 10 años y requeriría inversiones por unos 1.600 millones de dólares que se destinarían a recuperar yerbales degradados, plantar té en la mitad de ellos y abrir 75 nuevas plantas para procesar el incremento productivo. El instituto Ieral, dependiente de la Fundación Mediterránea viene trabajando desde hace poco más de tres años en la elaboración de propuestas concretas para desarrollar diferentes cadenas productivas. La regional Nea de esta entidad, conducida por el investigador Gerardo Alonzo Schwarz, enfocó su análisis en las infusiones. Detectó una oportunidad que podría reportar millonarios beneficios y generar 21.000 empleos directos y 26.000 indirectos, principalmente en Misiones y en menor medida en Corrientes.
Para aprovechar esta oportunidad, Misiones deberá enfrentar un serio desafío, mejorar la productividad de sus yerbales degradados y transformar la mitad de ellos en teales de alto rendimiento. El resultado en diez años sería elevar un 30 por ciento la producción de yerba, lo que permitiría abastecer la demanda de ese producto, y cuadruplicar la producción de té y volcar todo ese incremento a exportaciones.
La idea de elevar mucho más la producción de té que la de yerba responde a razones comerciales. Ocurre que la demanda del primero de los productos está garantizada por su fuerte presencia en los mercados internacionales, mientras que el consumo de yerba en el mundo es muchísimo menor. Es decir que si se concentrara el esfuerzo en elaborar más yerba, se correría el riesgo de no tener a quién venderla luego.
“El escenario propone liberar tierras actualmente con yerbales de baja productividad hacia el té pero sin disminuir la producción total de yerba. Esta combinación exige una importante mejora en la productividad de los yerbales que continúen en uso. Se considera que esta mejora de productividad se puede lograr mediante el incremento de la densidad o mediante el uso de plantas de mayor calidad genética (variedades clonales)”, indicó Schwarz.
Siguiendo ese modelo, el economista del Ieral estimó que se podrían producir 1.082 millones de toneladas de hoja verde de yerba mate (36% más que en 2009) en 108,2 mil hectáreas (53% del área actual). La liberación de tierras permitiría incrementar el área cultivada con té hasta alcanzar 140,6 mil hectáreas (215% más que en la actualidad), llevando la producción posible a 1,26 millones de toneladas de hoja verde de té (253% más que en 2009).
Como consecuencia de esta reasignación y de la mejora de productividad mencionada, el sector primario e industrial yerbatero generaría 5.213 empleos directos adicionales y la actividad tealera podría producir 15.670 empleos directos adicionales a los ya existentes.
El impacto de estas modificaciones en el empleo implicaría 20.883 empleos directos adicionales (un crecimiento del 59% con respecto a los valores actuales) y de 26.012 empleos indirectos (lo cual implica un crecimiento del 60% con respecto a los valores del 2009) en el sector infusiones.
En lo que respecta a las exportaciones, en el caso del té la generación de divisas ascendería de 71 a 299 millones de dólares.
Inversiones necesarias
Llevar adelante el plan propuesto por el Ieral, requería inversiones por alrededor de 1.600 millones de dólares y demandaría un costo de oportunidad de 275 millones de la misma divisa. Según detalla el trabajo, requeriría 315,8 millones de dólares reconvertir 94.000 hectáreas de yerbales, de esa cantidad 48 millones se destinarían a sacar la yerba, 171,8 millones a recuperar el suelo degradado y 96 millones a plantar los nuevos teales.
El proceso de recuperación y reconversión de los terrenos demora cinco años, plazo durante el cual las tierras permanecen improductivas, esa situación genera una pérdida estimada en 275 millones de dólares, que deberían sumarse al costo total del plan.
Finalmente, serán necesarias nuevas industrias para procesar toda la producción de los flamantes teales. Según estimaciones de los investigadores, serían necesarias 75 nuevas plantas del tamaño de las 64 que funcionan en la actualidad, lo que demandaría una inversión de alrededor de 1.600 millones de dólares.
“Debe advertirse que las inversiones en reconversión de la producción primaria son significativas, al igual que el plazo requerido para su recupero. Recién al quinto año se puede obtener producción de té y comenzar a pagarse la inversión. Se deduce de lo anterior la importancia de contar con financiamiento que en sus condiciones de plazos y forma de repago contemple las características y los tiempos que necesita la producción de este tipo de cultivos”, señala el trabajo.