Las aduanas especializadas permiten al Estado nacional intensificar la eficacia del control sin producir demoras injustificadas en la cadena logística del comercio exterior, procurando incrementar la recaudación, combatir el contrabando y la evasión tributaria. Tal es el espíritu de la norma que da origen a este sistema de contralor de importación y exportación de mercaderías. Desde la semana pasada, Tucumán se sumó al selecto grupo de provincias que cuenta con este sistema. Se trata de una suerte de reparación que hace el Gobierno nacional hacia Tucumán, a la que considera como un eje productivo regional. Así lo expresa la resolución 17/2011, de la Dirección General de Aduanas, dictada el 23 de febrero pasado, pero publicada recientemente en el Boletín Oficial de la Nación.
La norma citada indica: "la provincia de Tucumán es el mayor polo industrial y comercial del Norte Argentino, con más de 1.300 unidades industriales operativas de todo tipo de funcionamiento, además de poseer el centro comercial y distribuidor más importante de la región".
En este concepto se asienta la medida correctiva para colocar al distrito entre los siete del país que ahora cuentan con este régimen especializado.
Que Tucumán hoy tenga una aduana especializada ha sido posible por la acción conjunta entre el sector público y la actividad privada. El Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP), la delegación local de Aduanas, la Cámara de Comercio Exterior de Tucumán y el Consorcio Zona Franca Tucumán fueron los artífices de esta iniciativa que promoverá un mayor y más ágil movimiento comercial con otros países. De esta manera lo resalta la resolución de la Dirección General de Aduanas.
Este reconocimiento permitirá a las empresas tucumanas reducir los costos de importación, fletes, tiempo y depósito y convertirá a la provincia en un eje aduanero en el Norte Argentino. Según las autoridades, el 95% del universo de los artículos que se comercializan en el mundo puede ser hoy importados a través de la Aduana de Tucumán.
A simple vista, la decisión implica un doble desafío para el nuevo proceso de control. Por un lado, facilita los trámites necesarios para impulsar el comercio exterior regional, evitando que las empresas exportadoras deban trasladar la mercadería a otras latitudes, más alejadas de su lugar de origen, pero cerca del puerto.
Por otra parte, implicará un refuerzo de capacitación del capital humano para evitar más trámites burocráticos que los necesarios. La especialización en las tareas de control de determinados productos es un elemento clave de este régimen especial. En ese aspecto, para un debido cumplimiento de la misión de las Aduanas Especializadas, es fundamental contar con el personal suficiente y adecuado para efectuar esa verificación exhaustiva de las mercaderías que se comercializan.
La decisión de la Dirección General de Aduanas, de convertir a la de Tucumán en una Aduana especializada es bienvenida en ese proceso de descentralización de la tarea de control, siempre y cuando no se convierta en una especie de barrera para arancelaria para los importadores de productos. Lo importante es que la medida, además de constituirse en una herramienta que favorezca los intereses productivos nacionales, sirva para facilitar el tráfico internacional y que sea sustentable en el tiempo. La Gaceta de Tucumán