Hay 400 empresas de software en la provincia de Mendoza. Más del 40% de su producción se vende en países como EEUU, Brasil y Chile. Hay apuestas a entrar en China. Facturaron $ 400 millones en 2009. Sin embargo, admiten que les faltan talentos para el desarrollo. on una demanda hambrienta por nuevos servicios en el exterior, el sector del software luce buena estrella comercial. A favor juegan, los desarrollos regionales y los mejores precios en comparación a desarrollos tecnológicos de otros países. Según el Instituto de Desarrollo Industrial y Tecnológico para Mendoza (Idits), unas 400 empresas pertenecen al sector del software en la provincia, las que facturaron $ 400 millones el año pasado. De ese total, un 40 por ciento estuvo destinado a la exportación y el restante se comercializó en el mercado interno.
En los últimos cinco años, el sector ha venido creciendo un promedio de 12 por ciento anual, lo que significa que cada año se han creado 30 empresas nuevas que han generado 400 empleos anuales.
En el universo de firmas, ya existen dos grupos de exportadores: el Mendoza Software Factory (MSF) y el Mendoza Information Technology (MIT). En ambos casos, la expansión de servicios es la constante, así como también la contratación de nuevos profesionales.
“Somos el primer consorcio de exportación de tecnologías de la provincia, lo que hizo que afrontáramos los costos y beneficios de ser los primeros. Entre otras cosas, esto significó el equivocar el rumbo y las estrategias más de una vez en pos de inaugurar el talonario de facturas E (exportación).
En una etapa más madura de consorcio entendimos que la estrategia era apoyarnos en la asociatividad para apalancar nuestros intentos de exportación, y no para complicarnos la operación. Así fue que cada una de las 5 empresas que conforman el MSF -Tecnología Aplicada, Sílice, Sein Argentina, Power Solution e ITC Soluciones- estamos ya exportando desde hace unos años. Los mercados principales son América Latina y EEUU.
En este último año se han abierto algunas oportunidades en Australia y Nueva Zelanda, que se encuentran aún en proceso”, manifestó Daniel Caselles, del MSF.
En el caso del MIT, el segundo grupo exportador, hace un año se consolidaron legalmente. Durante todo 2010 gran parte de los esfuerzos del grupo fueron invertidos en promocionar los servicios que ofrecen en países como Estados Unidos, España y Chile.
“Hemos recibido el apoyo de ProMendoza a través del programa Pymexporta, que nos financia el 50 por ciento de nuestros gastos de viaje como pasajes, hotel y gastos de traslados. También hemos accedido a montos no reembolsables, los que hemos aprovechado para la impresión de folletos y traducción de materiales ofreciendo los servicios de las empresas.
El mercado con mayor potencial para nuestra industria es Estados Unidos. Europa está retrocediendo en esta industria en parte por la disminución en las inversiones de nuevos proyectos”, apuntó Jerónimo Vargas, del MIT, conformado por Aconcagua Software Factory, Imaquio, Itiers Business Technologies, Proyectos Informáticos Suris y Solus.
La ventaja para los exportadores a la hora de comercializar es clara: los mercados naturales para el software mendocino, son: Estados Unidos, Chile y Brasil. Para los hombres del sector esos países son atractivos por cercanía, compatibilidad cultural y horaria, además de un tipo de cambio favorable que les permite a las firmas competir con precio, además de calidad.
“Lamentablemente el tipo de cambio real progresivamente está siendo desfavorable, básicamente impulsado por la inflación. Esto nos presenta un escenario complicado a la hora de mantener el precio como una característica favorable”, apuntó Caselles.
Más allá de estas señales del contexto internacional, en Mendoza también crecen proyectos y firmas de envergadura. Una de ellas es Belatrix, fundada por el ingeniero mendocino Luis Robbio y sus dos hijos Alejandro y Federico.
Además de sus quince clientes en Estados Unidos y Alemania, la empresa abrió el año pasado una pequeña sede en China, donde ya tienen diez personas trabajando entre las dos oficinas de Pekín y Donghai, una pequeña ciudad para aquel país pero con más de un millón de habitantes.
Perú podría erigirse en otro destino para localizarse físicamente y ahí desarrollar proyectos virtuales. Eso sin contar la oficina comercial que poseen en Estados Unidos casi desde sus comienzos. Los 150 empleados que trabajan en Belatrix -repartidos en dos sedes de Chacras de Coria-, además de crear programas y aplicaciones, realizan controles de calidad de páginas web, mantienen servidores y desarrollan nuevas tecnologías para aplicar a dispositivos fijos y móviles.
Entre sus trabajos, desde la firma realizan tests de calidad para diversos proyectos de Disney, trabajan para una empresa alemana que necesita concretar sus pagos vía teléfono móvil, crean software para mejorar la salud a través de la toma de datos con el celular, como el peso, así como también diseñan y testean el software de uno de los portales más grandes de Estados Unidos de educación a distancia. Entre sus clientes argentinos se encuentra la sucursal nacional de la petrolera Oxi.
El currículum no basta
Sin embargo, para los hombres del sector hay un realidad que empaña el crecimiento de la industria: la baja calidad educativa en algunos jóvenes profesionales de la provincia.
“Está muy deteriorada la formación en ciertos profesionales.
Lo preocupante es que tienen que ver con aspectos de base como cultura general y lectura comprensiva. Además la informática y computación era atractiva en la década de los ’90 y principios de los 2000, pero en la actualidad ha perdido su atractivo para los más jóvenes. Si a la escasez de estudiantes le sumamos la fuga de cerebros al exterior, el sector tiene una gran escasez de nuevos profesionales”, apuntó Pablo Pizarro, del Mendoza Valley.
Para reafirmar aún más esta apreciación, desde las empresas de recursos humanos señalaron que la demanda de profesionales de informática por parte de las empresas está en alza constante.
“En este sentido, se imponen dos formas de trabajo. Una es la tercerización de personal especializado en programación. La otra pasa por generar productos específicos a la medida de los clientes, como desarrolladores java”, señaló César Morchio, de Morchio y Asociados.
Frente a esta realidad, desde 2008 aumentó en 20% la cantidad de búsquedas de personal mayor de 40 años, ya que ante la escasez de personal las empresas prefieren flexibilizar sus requisitos y contar con personal con mayor experiencia, más capacitado y con mayores deseos de estabilidad laboral.
Una situación similar se vive en el resto del país, donde el mercado de empleados de IT se recalienta a buen ritmo: se estima que el déficit de empleados en el sector asciende a 10.000 trabajadores.
Como solución posible ante la recurrente escasez de personal especializado, Francisco Drago, del Polo Tic Mendoza, aseguró que la clave es incluir al menos una materia tecnológica en las currículas escolares.
“A los chicos de primaria y luego en la secundaria no se les enseñan bien las ciencias más duras, lo que ocasiona que en su gran mayoría elijan carreras más humanísticas o sociales. Sin jóvenes es claro que el sector de la tecnología de la información peligra en la provincia, y sin desarrollo tecnológico también es claro que estamos perdiendo ventajas competitivas”, apuntó Drago. Por Jaquelina Jimena - Diario Los Andes