A sólo 27 meses de la fecha acordada para su
puesta en marcha, el grueso de las empresas siguen mirando para adentro. Pocos
aprovecharon este lapso para tejer estrategias regionales. Son pocos los que
aprovecharon este lapso para tejer estrategias regionales que permitan negociar con
mayor presencia los intereses de las empresas del Mercosur, y de América latina como
región, frente a las norteamericanas.
Es el caso de los representantes
de la industria del calzado del Mercosur más Chile, Perú, México y Colombia, que
negocian una posición unánime frente a las condiciones en las que debería definirse la
apertura de todos los mercados en el continente. Y el de los productores de plástico
de la Argentina y Brasil, que ya acordaron los plazos que están dispuestos a reclamar
para cada posición arancelaria antes de liberalizar el mercado.
Desde la
UIA enviaron una circular interna a todos los socios recomendando iniciar las
negociaciones sectoriales con sus pares del Mercosur. Pero fue desoída por la mayoría.
Los productores de calzados se reunirán a mediados de mes en México para
avanzar en los acuerdos. Y participarán del Foro Empresario que sesionará durante la
Reunión de Ministros de Comercio del Alca prevista para fin de mes en Quito.
Los empresarios del calzado comenzaron a discutir el porcentaje de
componente nacional e importado que debería tener un zapato para ser considerado
nacional o regional.
En materia de “reglas de origen”, como se denomina este
capítulo, gana fuerza la siguiente fórmula: 40% de partes importadas y el resto local
para que el producto sea nacional. Y para que sea Mercosur, debería tener 55% de
componentes de la región según adelantó el presidente de la Cámara Argentina de
Calzado, Carlos Bueno.
Fuente: Diario Infobae