En los últimos diez años, la exportación de genética argentina se multiplicó considerablemente y van por más. En medio de la crisis de la ganadería, el dato no pasa inadvertido. Y de esa tendencia se habló, entre otros temas, en una jornada de actualización realizada en el marco del Foro Argentino de Genética Bovina en Palermo 2009. Entre otros, uno de los especialistas que abordó la expansión de las exportaciones fue Mariano Etcheverry, secretario de la Cámara Argentina de Biotecnología de la Reproducción e Inseminación Artificial (Cabia) y director de BioGenetics Argentina SA.
Los datos que presentó, con información de la Aduana, el Senasa y Cabia, son contundentes: en la última década, las ventas externas de semen se multiplicaron por diez. Concretamente, las exportaciones de semen aumentaron de las 52.832 dosis de 1997 a un nivel de 512.509 dosis durante el año pasado. En valor, las exportaciones de 2009 representaron un negocio de 1,016 millones de dólares. En 2008, el principal destino del semen bovino argentino fue Brasil, con el 62% de las compras. Luego le siguió Paraguay, con el 20%, y el tercer lugar quedó para Uruguay, con el 11%, entre otros mercados.
También hubo un salto exponencial en las ventas de embriones. Siempre según la información que brindó Etcheverry, de los 576 embriones comercializados en 1999 el año pasado ya se logró superar la barrera de los 7000 embriones. El negocio ganó, además, mayores ingresos, ya que de una facturación de 157.935 dólares en 1999 se pasó a otra de 1,16 millones de dólares el año pasado.
El año pasado, el 72% de las ventas de embriones fueron a Colombia, el principal destino. Uruguay y Venezuela representaron cada uno un 9% del mercado y luego se posicionó Brasil, con un 6%, entre otros compradores.
"La fortaleza más importante (ante los compradores) es el reconocimiento como país ganadero", subrayó Etcheverry al señalar las fortalezas de la genética local. Otros atributos enumerados por el especialista como positivos son la oferta superior, la tecnología y los precios competitivos. No obstante, también detalló "debilidades", como la situación sanitaria (la condición de país libre de aftosa con vacunación limita la llegada a determinados mercados), las barreras paraarancelarias y las trabas burocráticas internas (en el caso de los reproductores hay que realizar un trámite ante la Oncca para obtener el permiso de exportación).
Si se toma el caso de los reproductores, las estadísticas dan cuenta de un crecimiento más importante en la facturación que en las ventas. En este sentido, el negocio, que rondaba los 50.000 dólares en 2003 trepó a más de 2,3 millones de dólares en 2008, por mayores precios. El año pasado se comercializaron 1553 cabezas.
Negocio global
Ahora bien, si se toman los tres rubros de la genética, semen, embriones y reproductores, el otro dato que salta a la vista es que la Argentina tuvo en 2008 exportaciones totales por 4,5 millones de dólares. En valor se cuadriplicaron en los últimos diez años.
No obstante el incremento de las exportaciones de genética, el país todavía tiene una participación baja en el concierto internacional. A modo de comparación, en 2006 el comercio global de semen fue de 38 millones de dosis, pero al año pasado la Argentina recién había superado las 500.000 dosis. Para seguir creciendo, el experto señaló que el país debería identificar bien los potenciales mercados y productos y "reducir" sus debilidades. "Existe una muy buena demanda internacional de genética bovina", destacó. Diario La Nación