Será mediante créditos del Banco de la Nación Argentina, unos u$s 25 millones en una primera etapa. Las compañías productoras de equipamiento para GNC -un combustible alternativo a la nafta, pero más barato- tenían hasta el año pasado motivos de sobra para celebrar: la industria argentina, constituida por firmas de capitales nacionales, dominaba un mercado mundial con una facturación de u$s 500 millones al año y doblegaban a empresas de otras latitudes, como China, Corea, Italia y Canadá. Pero el comienzo de la crisis cambió el signo de su suerte, dado que al mismo tiempo que cayó la demanda local se desplomaron las compras de equipos de GNC en el exterior, a tal punto que el sector registró una baja de hasta un 80% en su facturación.
En ese escenario y bajo el compromiso de evitar despidos –el sector reúne en toda su cadena a unos 40.000 trabajadores–, el Gobierno le tenderá una red a las empresas locales para que amortigüen la caída en sus ventas. La intención oficial es poner en disponibilidad, mediante créditos del Banco Nación, unos u$s 25 millones en una primera etapa, según sostienen allegados a la negociación, para que las firmas de GNC financien las compras de sus clientes en el exterior.
Representantes de la Cámara Argentina del GNC y la ministra de la Producción, Débora Giorgi, aceleraron las conversaciones hace tres semanas. Los empresarios continuaron las discusiones con técnicos del Banco Nación.
“Se están puliendo los detalles para su implementación”, asegura un empresario familiarizado con la negociación.
“Uno de los grandes problemas de la industria es que nuestros clientes en el exterior sufrieron el corte del crédito a partir de la crisis”, completa.
Aspro es la mayor empresa del rubro a nivel mundial, con sede en el país. Fue fundada en los ’70 por la familia Aspromonte, que a finales de 2007 se asoció a la brasileña Lupatech para financiar su crecimiento.
Con un 5%, otras dos argentinas se suman al top five: Galileo, la primera que comenzó a vender equipos en el país, en 1984; y Agira, que también tiene fábricas en Brasil (al igual que Aspro) y España.
El crédito funcionará en el marco del sistema de pagos de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). Eso permite que si un exportador argentino realiza una venta a otro país de la región, la operación quede registrada en el los bancos de ambos países. “Los clientes en el exterior ya tienen carpetas abiertas con sus banco, donde es fácil determinar su capacidad de pago. Este sistema permite a la empresa argentina presentar a su cliente. El Nación le paga al fabricante local y el banco extranjero le paga al Nación”, explican en el sector.
De acuerdo con Carlo Evi, presidente de la Cámara, “la facturación de las empresas de GNC bajó un 80% en octubre y un 75% en noviembre”, si se lo compara con los números que registraba el sector antes de la debacle internacional. En marzo, en tanto, la baja en las ventas se ubica en torno a un 50 por ciento. En promedio, las compañías de ese segmento exportan unos u$s 300 millones anuales. Así, la merma en los períodos más duros ocasionó bajas estimadas en u$s 20 millones en cada mes.
“El mundo se quedó sin financiamiento. En este mercado todas las operaciones se manejan a través de cartas de crédito, que hoy cuesta mucho abrir. No se cayeron los pedidos, sino la forma de pagarlos”, resume Evi. El Cronista.