La
incertidumbre, un denominador común entre los empresarios Pyme.
La Argentina
se está perdiendo el baile de gala soñado porque no tiene qué ponerse. Le llueven
tentadoras invitaciones de destinos atractivos, pero le es imposible concurrir... La imagen ilustra una realidad difícil de asimilar para varios sectores de la economía
argentina: por la devaluación es casi cuatro veces más competitiva para desfilar y
acaparar las miradas de los mercados externos. Pero por su inseguridad jurídica casi
congénita y la ausencia de crédito se le niega toda posibilidad de capitalizar las
ventajas.
Si bien estos factores positivos y negativos deberían
mantener inerte la balanza económica argentina, las actitudes de los empresarios Pyme
empujan hacia un lado u otro, parodiando la imagen del vaso medio lleno o medio
vacío.
Mientras unos aprecian que es el momento de invertir para
posicionarse, con mucho esfuerzo, para cuando todo se estabilice, otros no pueden ni
alzar la vista por la falta de liquidez para poder empezar.
No obstante,
los números no son tan contemplativos: comparando el primer semestre de 2002 frente
al mismo período de 2001, las exportaciones cayeron un 7% y las importaciones un
62%;el aumento de los precios mayoristas en agosto de este año fue de más del 100%
respecto del mismo mes del año anterior; en ese período la inversión se desplomó más
del 40% y la contracción del producto bruto interno llegó al 13,6 por
ciento.
De esta manera, el considerado oasis de la devaluación, en el
desierto del estancamiento del mercado interno, termina siendo un espejismo que
esconde controles de cambios, el pago de impuestos a la exportación, pesificación
asimétrica, corralito y default.
Pero aún así, detrás del termómetro de
las estadísticas, está el testimonio de los hombres de negocios. Y no son pocos los que
destacan que hay ganancia de pescadores en el río revuelto. Aquí, algunas
historias.
-Estímulo
Como la Argentina siempre exportó
entre el 90 y el 95% de la producción de miel -por lo que es el primer proveedor
mundial del producto- no puede decirse que las ventas externas crecieron por el nuevo
tipo de cambio.
"La devaluación nos vino bien a todos, pero sobre todo
al sector productivo porque se trasladó directamente a los precios", señaló Julio Salas,
de la firma Times, exportadora de más de 4000 toneladas anuales de miel a la Unión
Europea. "Hoy tenemos un estímulo porque los precios se incentivaron en un porcentaje
similar al de la devaluación", añadió Salas.
"El precio real de la miel
-agregó- se duplicó o más: hasta el año pasado, era de US$ 0,80 el kilo. Hoy está a
US$ 1,70... son más de 6 pesos por kilo de algo que no llegaba al peso por unidad",
dijo.
El directivo recordó que "estamos hablando de un sector del que
viven 25.000 familias, que estaba prácticamente en quiebra y al borde del colapso, y
hoy pasó a ser redituable: con 10 años de convertibilidad y con el 1 a 1 no se daba
abasto con los costos de producción; si se tenía una cosecha regular se estaba en
serios problemas".
A su vez, sectores menos tradicionales comenzaron
a fisgonear la posibilidad de exportar. Entre ellos, la industria
editorial.
Rogelio Fantasía, de Ediciones Macchi y presidente de la
Cámara Argentina del Libro, explicó que "la tendencia se revirtió y la devaluación fue
favorable para las editoriales que tienen filiales aquí y pueden imprimir a menor costo,
cuando antes se hacía en España o en el sudeste asiático".
Sin
embargo, la caída de las exportaciones y de la producción contraría la mayor entrada
de divisas. "El problema es el 5% que hay que pagar por adelantado en concepto de
anticipo de exportaciones a 120 días, y este gobierno no quiere entender que en esta
industria no se trabaja con letras de cambio, sino con un apretón de manos y se cobra
a 360 días,y encima no hay prefinanciación", agregó
Fantasía.
Denostada por el desequilibrio que provocó la devaluación sin
plan, no son pocos los empresarios que reconocen los problemas que acarreaba el
cambio fijo.
Es por ellos que la indudable competitividad de los
productos argentinos se ve en que cada vez más Pyme comienzan a recibir -entre
sorprendidas y esperanzadas- llamadas del exterior y a responder pedidos de
presupuesto que llegan por mail.
-Volver a competir
"La
convertibilidad mantenía un valor irreal, lo que trajo gravísimas consecuencias al dejar
fuera de competencia a nuestros productos en el exterior", explicó Antonio Currao, de
la firma Fratelli Currao, especializada en la exportación de un producto con un alto
porcentaje de valor agregado:los herrajes.
"En el mercado, la
importación irrestricta y el valor del dólar mantenido sólo con endeudamiento externo
produjeron a partir de 1995 una recesión que se profundizó hasta llevar a cero la
actividad de la construcción", apuntó Currao.
El empresario argumentó
que el cambio de la política económica "estaba previsto desde septiembre, dada la fuga
de capitales; esto nos llevó a retomar las actividades de ventas en el exterior teniendo
éxito inmediato en México y Venezuela, y en otros mercados como Perú, Estados
Unidos e Inglaterra".
Pero si bien comercialmente se vislumbran buenas
posibilidades en el exterior, "de no existir prefinanciaciones de exportaciones serán muy
difíciles de realizar". Así, el sueño de la rentabilidad tras la larga jornada de recesión es
ahora una pesadilla por la falta de crédito.
-Tiempo de
invertir
"Las cosas están tan mal que es una oportunidad", disparó Gustavo
Ciorciari, socio gerente de Productos Alimenticios Argentinos, firma que está naciendo
de la mano de envíos de carbón vegetal y miel fraccionada a Europa e
Israel.
No cesó de reconocer las oportunidades de la crisis:"Logré un
acuerdo con el dueño de una planta industrial en desuso (en Ibarlucea, Rosario) por el
cual me la cede por dos años sin costo a condición de que le hagamos mejoras; sólo a
partir del mes 25 percibirá alquiler. A falta de crédito, ésta era la única manera de no
desfinanciarse, aunque ponemos nuestros dólares en las obras y para el personal",
dijo.
Si bien señaló que "con la devaluación no hay precios de insumos
y te desfinanciás con dólares billete", explicó que "ahora lo fácil es invertir, hay que
posicionarse para cuando las cosas cambien; es una lástima verlo así, pero hay que
aprovechar el insumo pesificado de la mano de obra". Esta semana, Ciorciari mandará
carbón fraccionado a Israel, donde colocará miel kosher en diciembre, y vino y dulce de
membrillo también elaborados bajo el rito judío para marzo y diciembre de 2003,
respectivamente.
Aunque la mano de obra se haya abaratado y al
margen de los nuevos impuestos, surgieron otros costos que también anulan la ventaja
competitiva del cambio flotante.
"Hay un desbalanceo de
contenedores, porque se importa menos y vienen menos unidades, y se quedan en
Santos, Brasil. Hay que pagar unos 300 dólares en concepto de desgaste y balanceo
de las unidades de 40 pies, lo que te deja fuera del mercado si querés cotizar en
destino."
Fuente: Diario la Nación