De hecho, para muchos fue un refugio en medio de la tormenta pos devaluación. Pero pasó el tiempo, corrió mucha agua debajo del puente y hoy el mercado externo vuelve a presentarse como un paraíso cada vez más lejano para las pymes que quieren iniciar sus primeras experiencias exportadoras.
Aumento de insumos y materias primas, costos laborales en ascenso y un dólar que el gobierno optó por mantener en una suerte de "nueva convertibilidad", hacen que los precios de los productos locales ya no sean tan competitivos como hace apenas algunos años.
A eso se suma la falta de crédito para la inversión en equipos,
una necesidad cada vez más imperiosa para los empresarios pyme, que agotaron
la capacidad ociosa de la que disponían tras la crisis. La cosa no se
plantea igual para todos. Los sectores de mano de obra intensiva y los que importan
materiales son los que enfrentan el panorama más negro.
Desde el gobierno santafesino exhiben con orgullo los datos estadísticos que indican que en 2000 el monto total de exportaciones fue de u$s4.340 M mientras que en 2007 ese número ascendió a los u$s12.300 M. Incluso, el año pasado las exportaciones crecieron un 39% respecto a 2006, cuando llegaron a los u$s8.900 M. Sin embargo, no desconocen la situación de la pyme y el director de Comercio Exterior provincial, Oscar Broggi, diferencia el panorama al que se enfrentan aquellas que al día de hoy ya iniciaron su experiencia exportadora del que deben afrontar las que recién empiezan a caminar en ese sentido.
"Para las que ya exportan el mayor desafío pasa por cuestiones de costos de materias primas que en su gran mayoría están en dólares. El acero y el metal presentan alertas en ese sentido y la maquinaria agrícola se puede ver muy resentida. Por otro lado, como beneficio principal, tienen la experiencia y eso los lleva a estar buscando nuevos mercados", puntualizó.
Broggi se reservó un capítulo aparte para las pymes que recién ahora se largan. "Tienen un camino muy difícil, no sólo para salir hacia afuera sino para incorporar la actividad exportadora dentro de las empresas. Necesitan generar estándares de calidad para garantizar producción, recursos humanos capacitados y suficientes para afrontar el desafío, y un trabajo muy fuerte en la promoción, es decir, en presentarse ante el mundo y salir a buscar mercados", explicó.
Daniel Favario, consultor de empresas y asesor comercial de la carrocera Ar-Mar, también marcó una diferencia entre la pyme que venía exportando y la que se lanza ahora. "Antes de la crisis, con el cambio del 1 a 1, la pyme no tenía chances de explorar otros mercados. Después de 2001, el escenario cambia para aquellas que tenían un antecedente y tenían el producto desarrollado, pero a la que hoy tiene que emprender esa tarea de entrar en el mercado, y volverse competitiva, la vino corriendo de atrás un aumento de costos que le complicó el tema", opinó.
Si bien todavía es favorable, no es fácil para la pyme poder desarrollarse sin capital de trabajo, sin pagar la nueva tecnología, ni viajar. Es fundamental estar en ferias, tener una buena logística -factor fundamental para el cumplimiento en el exterior-, tener una continuidad, y nosotros no tenemos fama de ser continuos en muchos aspectos", concluyó.
Por su parte, Broggi marcó la agenda y aconsejó que lo primero que tiene que hacer el empresario pyme es capacitarse y trabajar "hacia adentro", recién después debe empezar a estudiar otras cuestiones como: dónde está la demanda del producto, de dónde proviene la competencia, qué porcentaje de la producción se va a dedicar al mercado externo, etcétera.
Con el coincidió Juan Marcos Melo, de la Fundación Exportar, quien destacó que dentro de las fases de internacionalización de una empresa hay diferentes factores que analizar previamente, como la capacidad de la firma para afrontar el mercado, estudiar sus competidores y estudiar también el mercado meta.
El Talón de Aquiles
"La situación es muy comprometida, el aumento de costos internos, de las materias primas y de los insumos está ocasionando una pérdida de competitividad a nivel internacional muy fuerte, y es un fenómeno que se está extendiendo a todos los sectores de la industria metalmecánica", opinó Sergio Vacca, vicepresidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) y titular de Proind Ingeniería.
Vacca introdujo en la discusión la cuestión de la falta de financiación: "Al principio, con la devaluación y el dólar alto ganamos competitividad pero, a medida que avanzó el tiempo, a la competitividad hubo que buscarla en la optimización de la producción. Para eso se necesita tecnología, y para acceder a la tecnología se necesita crédito. La rueda da vueltas y siempre termina en el mismo lugar", describió.
El dirigente empresario aseguró que los sistemas de financiamiento a los que se puede acceder actualmente "no están al alcance directo de los industriales", por lo tanto el aumento de costos deben trasladarlo directamente al precio del producto final y todo desencadena en la pérdida de mercados.
El caso de Fornax quizás sirva de ejemplo para graficar la situación. La empresa fabrica maquinarias e implementos para gastronomía y en el 2004 ganó una licitación del gobierno cubano para equipar a 1.000 escuelas de ese país. "Competí contra firmas de Italia y España y gané porque tenía un 40% más barato el producto, un porcentaje que hoy sería imposible", contó su titular.
Favario también hizo hincapié en el tema del crédito pero con una visión que se centra en el corazón mismo de la pyme: "Por lo general una pyme no está integrada lo suficientemente en garantía para el desarrollo al que aspira, y tampoco está con la capacidad de dedicarle todo el tiempo a lograr un crédito o un subsidio específico, porque el ejecutivo de la pyme es una mini estructura y está más sobre la ingeniería, la producción, la innovación y sobre el servicio. Entonces es ahí donde creo que hay que ayudar a crear los puentes, tanto el crediticio como el comercial", opinó. Asociativismo y valor agregado aparecen como las luces al final del túnel de las pymes con intenciones de exportar.
"El asociativismo es una de las mejores herramientas para iniciarse en el camino de la exportación", dijo Melo desde Exportar, y Broggi coincidió: "Asociarse es fundamental, en la provincia tenemos 20 grupos exportadores formados y fomentamos la generación de nuevas experiencias".
Por Noelia Sciarratta. Punto Biz