La Argentina exportó el año anterior 545 millones de dólares en productos alimenticios de alta calidad y consumo segmentado. Los Estados Unidos compraron el 21 por ciento de ese total, en tanto que Rusia y Alemania adquirieron otro 10 por ciento cada uno.
El “granero del mundo” no es sólo soja. Y no sólo China consume granos argentinos; existe también otro mercado, mucho más sofisticado. Debido a la creciente recuperación de los ingresos de amplias franjas de la población, aunque especialmente en los sectores de mayor nivel económico, y a las crecientes posibilidades de exportación, en el país se ha fortalecido en los últimos años la industria de los alimentos denominados «gourmet», indica un informe elaborado por la Secretaría de Alimentos de la Nación.
El término francés “gourmet” define a la persona que busca delicadeza y refinamiento en los placeres de la mesa. En concordancia con esta acepción, no existe en realidad una definición de un alimento gourmet, sino más bien de un juicio cultural. El mercado gourmet está compuesto entonces por productos exclusivos, que exceden la base de las necesidades o el consumo inmediato. Se elige la marca por lo que comunica y por lo que refleja de su usuario como proyección de la individualidad.
A diferencia de las commodities, vinculadas a altos volúmenes de producción y bajos precios, los alimentos gourmet se caracterizan por tener una oferta limitada, alto valor diferencial y formas especiales de comercialización. Por otra parte, en un mercado globalizado como el actual, que tanto estima la calidad de las materias primas empleadas, la autenticidad y originalidad de los productos refuerzan el valor agregado.
La mayoría de las empresas de productos gourmet comenzó a afianzarse a principios del año 2000, etapa en que por cuestiones coyunturales los empresarios locales exploraron la posibilidad de abastecer el mercado interno. En éste, el canal tradicional de comercialización ha sido el gastronómico, aunque desde hace ya varios años comenzaron a desarrollarse negocios minoristas dedicados a productos Premium o que incluyen en sus góndolas y estanterías esta categoría de alimentos. Según fuentes del sector, el mercado gourmet argentino está creciendo a un promedio del 30 por ciento anual, aproximadamente.
Cifras “asombrosas”
En cuanto al análisis del mercado externo, según datos provisorios de la Dirección General de Aduanas, en 2007 las exportaciones ascendieron aproximadamente a 336 mil toneladas, valuadas en 545 millones de dólares. La «carne y pescado ahumado», los «chocolates no rellenos», y las «jaleas y mermeladas» fueron los alimentos que mayor crecimiento experimentaron” durante el año pasado. En cambio, debido a problemas “básicamente climáticos”, según señala el informe, algunos productos que abren e impulsan las operaciones internacionales, como el dulce de leche, la miel y los quesos registraron en promedio una caída de 20 por ciento.
En referencia al destino de las “delicatessen” argentinas, Estados Unidos compró el 21 por ciento; Rusia y Alemania, el 10 por ciento cada una; Brasil, el ocho por ciento y Chile, el siete por ciento.
Dentro de los Estados Unidos, los mercados relevantes para los alimentos gourmet argentinos se concentran en las ciudades de Nueva York, Chicago, Los Angeles, San Francisco, Detroit, Washington, Filadelfia, Houston, Boston y Miami.
No en todas estas ciudades hay inmigrantes argentinos; sino que los productos nacionales han sabido ganarse su propio espacio.
La generación Y
El perfil de los estadounidenses habituados a consumir productos gourmet indica que se trata de personas de más de 45 años, con educación universitaria, y nivel socioeconómico alto. Sin embargo, los consumidores pertenecientes a la llamada “generación Y” (de 18 a 28 años), también compran con relativa frecuencia esta categoría de alimentos, debido a que en gran parte están familiarizados con las cocinas de otros países, que incluyen sabores de comidas étnicas, ecológicas y gourmet.
Cuidado con el ambiente
Las tendencias que se avizoran para los próximos años indican que este mercado seguirá en crecimiento en la medida en que no dañen el ambiente, que contengan sólo una ración pequeña que no deje «sobras» y que cuente con mayor y mejor información en sus etiquetas.
También serán variables importantes la responsabilidad social y la protección del ambiente en los diversos pasos y procesos de su elaboración.
Una alternativa que podrán emplear los productores argentinos de alimentos gourmet para satisfacer estas tendencias será consolidar una relación interactiva con sus clientes, a través de las diferentes herramientas que existen, como por ejemplo, explorando a través de Internet para conocer más detalladamente la evolución de las preferencias de su mercado.
Argentina exportó a los Estados Unidos principalmente «miel natural», «aceite de oliva virgen» (muy publicitado en aquel país por sus propiedades organolépticas y terapéuticas), “quesos”, y “chocolate relleno blanco”.
«Queda claro que las góndolas del mundo están requiriendo productos diferenciados de calidad superior, y que existen consumidores dispuestos a pagar por ellos. Nuestros alimentos gourmet reúnen excelentes condiciones para que su consumo crezca y se consolide en la Argentina y el mundo. Para ello, una de las claves del éxito que los sectores público y privado lleven adelante un trabajo mancomunado y eficiente», concluye el informe de la Dirección de Alimentos de la Nación. La Mañana de Córdoba