Cada vez más, las regiones, provincias y municipios buscan establecer vínculos de manera directa con sus contrapartes. Primero fue la posibilidad de estar conectados en tiempo real con todo el mundo. Ahora, parece haber llegado el momento de elegir. Y los más chicos fueron quienes dieron el primer paso. La federalización del comercio exterior aparece como una nueva forma de vinculación gracias a la que las unidades subnacionales (municipios, provincias y regiones) logran acercar los beneficios de la economía mundial a su realidad. El estrechamiento de vínculos con sus pares a nivel internacional es una gran herramienta para minimizar los efectos negativos de la globalización y lograr una mejor inserción en el mundo.
Es así como las comunidades locales se lanzan individualmente o en redes a una política activa de autointegración interna y externa para potenciar no sólo su economía y comercio, sino los campos cultural, social y político.
Las reiteradas crisis que afectaron al país y el estancamiento de los procesos de integración son algunas de las cosas que los motivaron a desarrollar alianzas estratégicas propias con sus contrapartes en el mundo.
La federalización del comercio exterior, un fenómeno creciente en el mundo, también llegó a la Argentina. Uno de los datos que refleja esa tendencia es el aumento de la firma de convenios de hermanamientos municipales, que son más de 300, y el avance de acuerdos entre provincias y regiones argentinas y sus contrapartes en el mundo, como el que Córdoba suscribió con Piamonte (Italia), o Santa Fe con Baja Sajonia (estado federado de Alemania).
"Los hermanamientos son un paso hacia la internacionalización. Cuando el canciller [Jorge Taiana] asumió su cargo, dijo que una de sus prioridades sería impulsar la federalización del comercio exterior. Nuestro objetivo es incrementar la inserción de las pymes de las provincias en el mercado internacional para promover las economías regionales", dijo Gustavo Martino, director de Promoción de Exportaciones de la Cancillería.
Héctor Samud, gerente de ProMendoza, admitió que la federalización del comercio exterior es una tendencia mundial y que es precisamente la globalización la que "obliga" a la diferenciación. "El mayor flujo de información baja barreras, pero el nivel de segmentación es tal que es necesario diferenciarse", comentó.
"¿Por qué una empresa acude a ProMendoza existiendo tantos organismos nacionales que promocionan las exportaciones?", "Porque el abanico de productos es tan amplio que no pueden ser especialistas. Nosotros nacimos hace 11 años y somos verdaderos especialistas en lo que pasa en Mendoza. Las empresas participan de otra manera; aprecian la posibilidad de opinar a partir de la cercanía. Tenemos cuatro oficinas en la provincia y hemos demostrado que nuestra política de promoción es un proyecto de largo plazo.
En 11 años pasaron cuatro gobernadores diferentes y esos cambios no nos afectaron en lo más mínimo", contó Samud.
En medio de estos cambios, es cada vez más habitual ver cómo desde las provincias hasta los municipios crean ministerios o secretarías de comercio internacional e inversiones.
Más allá de la variedad de nombres, el objetivo central de esas reparticiones es entablar un contacto directo con el exterior.
Pero ¿no se genera superposición de tareas con la gran cantidad de organismos nacionales que se encargan del tema? Porque, reconozcámoslo, sólo en la Nación hay una maraña de direcciones, secretarías, ministerios y fundaciones que se encargan de la promoción de las exportaciones: desde la Subsecretaría de Comercio Internacional de la Cancillería y la Fundación ExportAr, a la Subsecretaría Pyme del Ministerio de Economía y el Consejo Federal de Inversiones, entre otras.
Marcelo Elizondo, director ejecutivo de ExportAr, dio su versión. "En algún punto hay superposición, pero es inevitable en un país federal como el nuestro. Es buena la iniciativa de las provincias y el dinamismo desde ámbitos municipales, pero si se da de manera desordenada y sin coordinación, resta productividad", sostuvo.
Elizondo destacó: "La promoción de abajo hacia arriba, de municipios hacia el exterior directamente, es un fenómeno creciente", pero insistió: "La división está dada por la especialización. Mientras ellos tienen el conocimiento de la realidad local, nosotros sabemos cuál es la mejor manera de presentarse en rondas de negocios, quiénes son las empresas a las que debería invitarse para una misión inversa. Cuando cada uno trabaja en lo que hace mejor, es positivo; si no, hay muchas manos en un plato".
Según dijo el director de ExportAr, la institución tiene como principal herramienta para la federalización de su trabajo, las 65 oficinas montadas en el interior, en asociación con entidades locales y provinciales, y cámaras de comercio.
Sebastián Velesquen, flamante director general de Promoción de Inversiones y Comercio Exterior del municipio bonaerense de Tigre, aseguró que su labor no se superpondrá con la de otros organismos. "Vamos a articular nuestro trabajo con el del Ministerio de la Producción de la provincia, la Agencia de Inversiones, ExportAr y la Cancillería".
La dirección tiene apenas dos meses de vida. Fue una de las primeras medidas que tomó Sergio Maza, ex director ejecutivo de la Anses, cuando en diciembre asumió la intendencia de Tigre. "Queremos atraer empresas e inversiones y promover la internacionalización de las firmas que ya están instaladas en Tigre, apoyarlas para potenciar sus nexos con el mundo. Con la globalización, los municipios buscan diferenciarse para tener más chances a la hora de competir", resumió Velesquen.
Diana Silveira, coordinadora del Centro de Estudios para el Desarrollo Exportador (Cedex) de la Universidad de Palermo, dijo que más que un fenómeno, la federalización del comercio exterior "es una necesidad".
"Por cuestiones de escala, costos y facilidades logísticas es más fácil insertarse en el nivel local o regional, por eso les va tan bien a las pyme que se especializan para un público determinado", relató.
Dentro de pocos días, el Cedex comenzará a dictar un programa ejecutivo de capacitación para la internacionalización de empresas, financiado por el municipio de Comodoro Rivadavia, en Chubut. La manera como se gestó ese curso sirve para ver cómo funciona el concepto de descentralización del comercio exterior. "La que detectó las necesidades de las empresas medianas de la zona fue la gente de la Fundación Empresaria de la Patagonia. Pero todo el episodio es un buen ejemplo de cómo tres áreas diferentes (la académica, el sector privado y el público) pueden interactuar y complementarse para mejorar la situación", relató Silveira.
Carlos Zonzi Nigro, director ejecutivo de la Fundación Empresaria de la Patagonia, contó que la organización se formó a partir de la iniciativa de un grupo de jóvenes que asumió que la Patagonia de la aventura, el medio ambiente y la naturaleza "se vende sola", pero que todo el costado productivo y empresarial de la región no trascendía al mundo.
Según relató, la Fundación tuvo un importante apoyo tanto del gobierno provincial como de las diferentes municipalidades de la zona, y a partir de allí comenzaron con las misiones al exterior, la participación en ferias y la organización de misiones inversas destinadas a los sectores económicos más importantes: metalmecánicos para servicios de hidrocarburos, frutas finas, lanas y fibras orgánicas, y energías renovables. "Un segundo paso deseable en este proceso de federalización del comercio exterior sería la puesta en marcha de más aduanas regionales, cosa que facilita muchísimo la salida al exterior", añadió.
Horacio Quiroga, subsecretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, también dio su opinión.
"Oponerse a esto [en referencia al proceso de federalización del comercio exterior] es como oponerse a la ley de gravedad. Muchas veces tiene más similitud una región argentina con una región de otra parte del mundo que con Buenos Aires. Por ejemplo, ¿quién va a cuestionar la integración natural, económica y cultural que tiene el NOA con Tarija y Sucre, en Bolivia, y las regiones I y II de Chile? Por eso, la Cancillería tiene que llevar adelante una acción inmediata para tener una presencia activa en el interior del país". Luego, citó como ejemplo los seminarios que los funcionarios del Palacio San Martín organizan en las provincias. "Hace dos semanas estuvimos en Salta; la semana pasada, en Neuquén", dijo.
Quiroga y el subsecretario de Comercio Internacional, Luis Kreckler, encabezan la delegación integrada por un conjunto de funcionarios de la Cancillería que hablan sobre la inteligencia comercial y las acciones de promoción de exportaciones programadas para el año. "Se desarrolla un programa a medida del distrito, se detallan los posibles nichos para la producción del distrito a partir del trabajo de la Dirección General de Estrategias, que hace un cruzamiento de la oferta exportable de la provincia con lo que compra el mundo", explicó Martino.
Quiroga, que asumió el cargo en diciembre último, dijo que se propone mantener "un contacto más fluido con la seis regiones del país: NOA, NEA, Mesopotamia, Región Central, Cuyo y Patagonia. Deberíamos tener una presencia efectiva, algo más que los seminarios de capacitación".
"¿Está pensando en abrir oficinas de la Cancillería en el interior y destinar a diplomáticos especializados en el área comercial para asesorar a las empresas?"
"Todavía no lo sé; lo tenemos que hablar con el canciller. Pero la Presidenta dijo que, para mejorar la balanza comercial, la Argentina deberá incrementar sus exportaciones un 20%, es decir, vender 60.000 millones de dólares, y para eso es necesario determinar mapas productivos que potencien la capacidad exportadora de las regiones", respondió Quiroga.
Alejandro Bustos, secretario de Gobierno de Villa General Belgrano, en Córdoba, explicó que los hermanamientos con una ciudad italiana y otra suiza, que han sabido explotar muy bien, tal como se informa por separado, tienen múltiples beneficios.
"Podemos aprender sobre el modelo productivo que tienen en otros sitios del mundo con características similares a las nuestras, ver cómo manejan los códigos de zonificación. Nuestra economía está fuertemente basada en el turismo, pero para que sea sustentable debe diversificarse y para eso tenemos mucho que aprender", relató.
La reforma constitucional de 1994 profundizó la idea de federalización del país y estableció que las regiones, provincias y municipios pudieran celebrar autonómicamente acuerdos con sus contrapartes en el exterior.
Las herramientas y el interés por parte de las unidades subnacionales existen. Ahora es necesario coordinar la política de promoción con los organmismos nacionales. Para ello será necesario también incorporar conceptos como el de la diplomacia provincial y, seguramente, reasignar funciones. Queda mucho por hacer, pero los primeros pasos ya fueron dados.
Por Florencia Carbone
Suplemento Comercio Exterior - Diario La Nación
Copca y VGB, dos buenos ejemplos
No son siglas de acuerdos comerciales ni el nombre de algún tren de alta velocidad. Son, simplemente, dos buenos ejemplos de lo que la federalización del comercio exterior puede lograr.
Copca es el Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña, la región más industrial y exportadora de España. VGB es la “marca ciudad” de Villa General Belgrano, una localidad cordobesa que aprovecha al máximo los beneficios de un hermanamiento con una ciudad europea (para muchos, éste es el primer paso hacia el manejo autonómico de las relaciones comerciales con el mundo).
Cuando se pregunta por “modelos” mundiales exitosos de federalización del comercio exterior, Copca aparece al tope del ranking. Horacio Babini, representante de la organización catalana en la Argentina, sintetizó la historia de la organización. “Copca nació en 1987, ante el desafío del ingreso de España a la Comunidad Europea, para dar servicios a las empresas catalanas que quisieran internacionalizarse. Es un organismo mixto conformado por el gobierno autónomo de Cataluña, asociaciones empresariales y entidades financieras y educativas relacionadas con la internacionalización. Desde su nacimiento, Copca buscó coordinar esfuerzos con la Nación. No hacemos proyectos que ya se estén haciendo a nivel nacional. Tenemos 38 oficinas en el mundo y brindamos servicios individuales como si fuéramos una consultora”. Copca tiene todo un capítulo dedicado a la cooperación. Es así como realizan acuerdos con instituciones de todo el mundo para la transferencia de su know how .
Por su parte, las autoridades y vecinos de Villa General Belgrano, parecen haber descubierto los grandes beneficios que puede acarrear un hermanamiento.
Las acciones desarrolladas particularmente por el agregado comercial en la embajada argentina en Suiza a fines de los 90, Edgardo Malarroda, fueron decisivas para concretar un hermanamiento entre VGB y Sigriswil (cantón de Berna). Desde que en febrero de 2000 comenzó el proceso hasta hoy, se concretaron iniciativas tan ricas y variadas como el intercambio de pasantes en rubros de hotelería, trabajo social y aserraderos; visitas de coros y delegaciones suizas aquí y de argentinos a Suiza, y la creación de una escuela de oficios y una banda musical.
Doris Stähli, propietaria del hotel Berna, de VGB, cofundadora del hermanamiento, contó que gracias al compromiso de empresas suizas como Victorinox y Cementos Minetti hoy levantan en VGB la Casa Suiza. Los intercambios sirven para aprender cosas que mejoran la calidad de los servicios que brinda esta ciudad, que tiene en el turismo su principal fuente de ingresos. Puertas que abren paso a la internacionalización porque, sin conocimiento, difícilmente pueda haber comercio.