Gran parte de las pequeñas y medianas empresas exportadoras (PyMEx) desconocen los programas públicos de promoción y, en general, ignoran los instrumentos que el Estado dispone para ellas. Además, la mayoría de las empresas que no están familiarizadas con estos instrumentos de promoción exportan poco. En cambio, los exportadores consolidados utilizan las herramientas de promoción disponibles. Estas fueron algunas de las conclusiones del trabajo presentado por Francisco Gatto, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en el seminario "Estructura y desafíos del comercio exterior argentino", que se realizó recientemente en el Palacio San Martín. Difusión
En opinión de Gatto, el sector público debería tener un papel crucial en la difusión de estos instrumentos, no sólo a las empresas exportadoras sino también a aquellas que no se dedican al comercio exterior pero que están insertas en cadenas de valor cuyos productos luego se venden a otros países. Gatto puso como ejemplo el de los productores de peras y manzanas del Alto Valle del río Negro. "De allí, sólo exportan unos veinte productores, pero detrás de ellos hay miles de productores pequeños cuya fruta termina en los mercados mundiales", señaló. Y agregó: "Por eso, el problema de la trazabilidad es del conjunto y todos los productores deberían ser sujetos de políticas de exportación".
El economista explicó que la mayoría de los clusters agroalimentarios tienen agentes pyme en toda la trama, desde la producción primaria hasta los procesos finales y las actividades logísticas. La capacidad competitiva de estos clusters depende en gran medida de la productividad, calidad y eficiencia de unidades productivas pyme. "Más aún, en estos clusters , el insumo producido por pequeños y medianos productores constituye el elemento clave del conjunto y no es sustituible", dijo Gatto.
Algo similar sucede en un porcentaje significativo del valor exportado en las cadenas industriales. Por ejemplo, en los sectores automotor, de línea blanca, laboratorios y de maquinaria agrícola, una parte importante del valor exportado es producido por pymes productoras y/o proveedoras de componentes, partes, insumos por subcontratación o de servicios. "Por esta razón, estas cadenas requieren una aproximación sistémica e integral con alta coordinación de instrumentos e infraestructura pública", dijo Gatto.
Entre 2002 y 2005, el número de firmas pymes exportadoras dentro de la ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, Campana, San Nicolás, Rosario, Tucumán y Bariloche creció un 34,6%, por lo que pasaron de 4474 empresas a un total de 6021. A su vez, sus exportaciones crecieron el 49,8% en ese período (de US$ 2784 millones a US$ 4170 millones). Los principales rubros exportados son el de cultivos, frutas, hortalizas y sus derivados; ganado, carnes y pesca; metalmecánica, maquinaria y equipos, y productos químicos.
Dentro de este grupo de pymes exportadoras, existen aproximadamente 1000 firmas que ya tienen una presencia consolidada en el mercado internacional. Más de la mitad de las pymex consolidadas nacieron antes de 1990. "Para exportar se requiere cierta experiencia productiva, aunque de forma creciente el negocio exportador está presente desde la concepción inicial del negocio de las pymes", explicó Gatto.
Calidad
Según un trabajo realizado en el Centro de Economía Internacional (CEI) de Cancillería, hecho por Tomás Castagnigo, la certificación de calidad de las firmas explica un mejor resultado en los mercados internacionales. "Las firmas que certifican calidad exportan más y se desenvuelven mejor internacionalmente", señaló el economista.
"Estas empresas -continuó- logran una mayor continuidad en los mercados internacionales, más diversificación geográfica de sus exportaciones y una mayor participación porcentual en los mercados a los que destinan sus ventas externas", dijo Castagnigo.
Del total de las 12.000 pequeñas y medianas empresas exportadoras, cerca del 10% certificó ISO 9000 y otras normas de calidad en 2005, mientras este porcentaje era nulo en 1995.
En opinión de Castagnigo, existe una relación directa entre el dinamismo de la demanda internacional, la tecnología incorporada a los bienes de exportación y el crecimiento económico. "Además, son las empresas más aptas las capaces de insertarse adecuadamente en los mercados internacionales", dijo el economista, y agregó: "Si se piensa en acuerdos comerciales del tipo Norte-Sur, será necesario contar con una mayor cantidad de firmas que certifiquen calidad y que, por lo tanto, estén mejor posicionadas para enfrentar la competencia".
Por María Martini - Suplemento Comercio Exterior, Diario La Nación