El tipo de cambio y el crecimiento del país vecino abren una nueva oportunidad. Los vaivenes de la economía internacional, sumados a las políticas cambiarias internas de los dos mayores países del Mercosur, impulsan una mejora en el comercio de la Argentina con Brasil. El bajo precio del real, que sigue sepultado aun después del repunte de las últimas semanas como coletazo de la crisis bursátil mundial, es una invitación indeclinable para los exportadores argentinos. Desde la constitución del Mercosur hace 16 años hasta hoy, la diferencia entre el precio del peso argentino y de la moneda brasileña nunca fue tan favorable para las colocaciones externas locales.
Pero a pesar de los datos positivos que se desprenden del contexto regional, algunos especialistas alertan sobre la poca iniciativa del empresariado autóctono para ver un poco más lejos en el horizonte.
Una visión cortoplacista replicada también a nivel gubernamental, donde las estrategias para el mediano o largo plazo se diluyen por las internas partidarias y el alto grado de ceguera de la clase dirigencial.
Industria y consumo
En Brasil los productores braman contra Lula da Silva, el presidente obrero cuya política ortodoxa no favorece a los exportadores industriales de ese país, los principales perjudicados por el tipo de cambio.
Desde el día en que asumió por primera vez la presidencia —enero de 2003— hasta hoy, la moneda estadounidense pasó de cotizar por encima de los tres reales y medio a rozar la barrera de los dos, un número que llena de escalofríos a sindicatos e industriales. A la hora de buscar explicaciones para esa vertiginosa caída, varios factores aparecen como determinantes.
“La valorización del real fue estimulada por las altas tasas de interés domésticas para contener la inflación, a eso se agregó un ciclo favorable en los precios de las materias primas y en el ciclo económico mundial, lo que también mejoró la cuenta corriente”.
“El exceso de oferta de dólares empujó hacia arriba el precio”, explicó Roberto Bouzas, académico de la Cepal (Comisión Económica para América Latina), especializado en temas del Mercosur.
Para Fernando Ribeiro, economista de la fundación Comercio Exterior de San Pablo, los consumidores son “los grandes beneficiarios” de la actual coyuntura. “Los que más beneficios sacan son los consumidores, sobre todo por los bajos niveles de inflación”, dijo desde su oficina paulista.
Importaciones
Según el especialista, los otros sectores que logran réditos son los importadores, sobre todo los de bienes intermedios. “Para los que trabajan comprando y vendiendo equipos de informática el precio del dólar es una buena noticia”, apuntó Ribeiro, para quien a pesar de las necesidades de los industriales “es muy difícil ir contra los consumidores”.
En su opinión, la posibilidad de que haya un golpe de timón por parte del gobierno brasileño sobre las tasas de interés o directamente sobre el tipo de cambio es prácticamente nula. “Parece muy improbable que vaya a haber cambios a corto o mediano plazo. Todo seguirá igual por muchos años”, dijo el economista. Por Jorgelina Hiba. Diario La Capital de Rosario