Esta semana parte a Bolivia una planta de elaboración de yogur y refresco lácteo llave en mano. El desarrollo y elaboración de este equipo se realizó íntegramente en esta joven empresa que sobrevivió a la crisis y quiere seguir creciendo. Magger SRL es una empresa joven que inició hace algo más de 10 años el camino de la producción. En realidad, dos de sus socios continuaron con la tradición industrial al adquirir la quiebra de Meitar, una empresa con una extensa trayectoria de vida. Alfredo Gervasoni y Juan Carlos Suárez se asociaron con Elbio Meredith, que acercó toda su experiencia para la gerencia de ventas.
Hoy, luego de una pulseada con importantes competidores que duró más de un año, están exportando a una de las mayores industrias alimentarias de Bolivia. "Después de una ardua gestión tecnológica y comercial, arrancamos con la construcción de esta planta. Es un refresco muy consumido en Bolivia. Se trata de un producto con una base láctea que está saborizado con gusto a frutilla, vainilla, naranja, etc. Todo el desarrollo fue hecho con tecnología propia en nuestros talleres, y luego de 90 días estamos entregando la primera etapa del proyecto que se va a culminar a fines de año", cuentan.
El inicio
La empresa nació hace 11 años, como una casualidad, cuando luego de adquirir la quiebra de Meitar Aparatos, después de lo cual se trasladaron a la actual ubicación, y gracias a un crédito compraron el galpón. "Es importante destacar lo que este desafío implica, porque significó continuar con una empresa prestigiosa que estaría cumpliendo 60 años, y que gracias a nuestra continuidad, esos avances alcanzados -que eran reconocidos en todo el mundo-, se pueden mantener a través de nuestro trabajo. Se recuperaron tecnologías, maquinarias y dispositivos que hoy están proveyendo a empresas de Argentina, América Latina y Europa", dice Gervasoni.
Actividades
La principal actividad de Magger es el diseño y fabricación de equipos intercambiadores de calor a placas, siendo la única firma en su tipo. La empresa cuenta con una prensa con capacidad de 1.000 toneladas para estampar, con las que fabrican las placas de los intercambiadores. "Nuestros competidores las importan de Europa, con todo lo que ello significa en la dependencia de los grandes monopolios mundiales que están cambiando modelos de manera permanente", dice Elbio. "Nuestros clientes tienen siempre una placa segura, porque las vamos a seguir fabricando. Ésa es una diferencia estratégica que se valora mucho en el momento de la decisión", agrega.
También fabrican pasteurizadores para cualquier producto alimenticio, ya sea leche, vino, miel, huevo, jugos, mostos concentrados, etc. Además, han desarrollado un proceso de homogeneización de miel para aprovechar el buen momento exportador, y el tratamiento está considerado en el mundo como uno de los mejores. De hecho, ya construyeron tres plantas para miel llave en mano que los exportadores están aprovechando para colocar su miel de calidad en el mundo.
El proceso
Se requirió una inversión de más de U$S 600 mil, de los cuales absorben el 80 % con fondos propios. Esta semana llegan 4 camiones que van a cargar el equipo, haciendo Aduana en Santa Fe. Es un viaje de tres días hacia una planta montada a 4.000 metros sobre el nivel del mar en el Alto Boliviano. Para eso tuvieron que adaptar los motores y los rendimientos con el objetivo de compensar la falta de aire.
Cuando esta planta salga para Bolivia, arrancan con la construcción de otra máquina de elaboración de leche de Ultra Alta Temperatura (es la única en la Argentina que las hace). Paralelamente, están entregando un equipo pasteurizador a una importante bodega de Mendoza y terminando un equipo para aceite de soja.
Sin ayuda oficial
Con las últimas lluvias la empresa quedó bajo el agua. Pese a haber estado inundados, todavía no recibieron ninguna ayuda de parte del Estado. A pesar de esto, hoy el esfuerzo se corona empezando a transitar el camino de la exportación. Por Federico Aguer. El Litoral