La llegada del cordero patagónico a las tiendas londinenses marca la consolidación de las exportaciones gourmet. Las etiquetas Produce of Argentina ya no se ven solamente sobre las bandejitas que contienen cortes de exportación de carne vacuna nacional, aquí siempre e inexorablemente catalogada como "orgánica". En las góndolas de los grandes supermercados británicos, como Tesco, Sainsbury's y el premium Waitrose, en el último año aquellos rótulos también parecieron brotar sobre las cáscaras y los envases de zapallos, duraznos, ajos, peras, manzanas, miel, dulces y cerezas, casi anunciando ya el fin del virtual monopolio latinoamericano que hasta hace poco ejercía Chile sobre todas estas mercaderías.
Este fenómeno, que también se extiende a productos más tradicionales como el vino, exclusivos como el dulce de leche e insólitos para Inglaterra como el té mesopotámico, parece reflejar en el nivel del consumo minorista el exponencial crecimiento del intercambio comercial entre la Argentina y Gran Bretaña, que en 2006 alcanzó su pico máximo desde que reestablecieron las relaciones diplomáticas entre ambos países en 1990, tras la Guerra de Malvinas de 1982.
"Hemos logrado un excelente presente en lo comercial, y yo creo que este crecimiento va a continuar si nos mantenemos constantes en nuestra línea de acción y si la situación económica de la Argentina consolida su gran recuperación", señaló a La Nación el embajador en Londres, Federico Mirré, sobre el récord de 663 millones de dólares alcanzado por las exportaciones argentinas durante el año último.
La marca histórica alcanza
da, que dejó un superávit también récord de 268 millones de dólares -el más elevado en 17 años- señaló además el quinto año consecutivo de una balanza comercial favorable a la Argentina dentro de un intercambio total que superó los 1000 millones de dólares.
Aunque las causas de esta auspiciosa actualidad, que permanece inmune a los estertores del inminente 25º aniversario del conflicto bélico, pueden explicarse de diversos modos, una de ellas parece apuntar a un cambio de percepción hacia la Argentina por parte de todos los actores británicos involucrados en el comercio, en especial después de la crisis de 2001.
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"Es como cuando se retira la ola del mar; hay todo un efecto residual de lo que dejó una Argentina con malos comportamientos comerciales y de falta de confiabilidad, que le ha hecho mucho daño a nuestro país. Pero la confianza ha ido volviendo y, aunque todavía falta mucho, ya hay al menos curiosidad interesada que va a dar mejores resultados si se mantienen las conductas virtuosas y la seriedad demostrada en los últimos años por los argentinos", argumentó Mirré.
No obstante, para el titular de la sede diplomática argentina, las claves de esta recuperación se resumen en que él llama las 5 "C": Convergencia de objetivos de la Cancillería, embajada, exportadores y productores; Coordinación entre metas comunes por parte de todos estos sectores, Calidad sostenida de los productos, Competitividad creciente en mercadería y servicios y Conducción política adecuada en ambas orillas del océano.
"Hace ya varios años que estamos trabajando en forma conjunta y constante para dejar atrás la imagen no siempre positiva que teníamos en el exterior, y hoy ya empiezan a verse los frutos, no sólo en las góndolas de los supermercados, sino también en el turismo británico en la Argentina, que el año pasado alcanzó la histórica cifra de 55.000 visitantes, más allá de que hay más camas disponibles que asientos en los vuelos, que se vieron superados por la demanda", comentó. La saturación de los vuelos por la escasez de oferta por parte de las diversas aerolíneas, sumado al hecho de que no existen en la actualidad vuelos directos entre Londres y Buenos Aires, constituye hoy uno de los grandes problemas que amenazan con colocarle un techo al crecimiento del intercambio turístico.
"Este es un inconveniente que nos ha mantenido ocupados en la búsqueda de una solución. Estamos manteniendo charlas con los responsables de British Airways (que cancelaron sus vuelos directos en 2002, tras una reestructuración de rutas) y también me han llegado versiones de que las líneas aéreas Virgin Atlantic y Easyjet estarían interesadas en introducir frecuencias, aunque todavía no hay nada seguro sobre estas posibilidades", afirmó el embajador sobre uno de los temas que más preocupa a los viajeros británicos que muchas veces ven frustrados sus deseos de descubrir o volver a visitar la Argentina.
No obstante, mientras la esperada solución a este dolor de cabeza espera su gran momento, esta semana el hipermercado Tesco colocará en sus heladeras los primeros cortes de cordero patagónico, la exportación argentina más osada hacia la tierra del cordero galés después de las cacerolas de hierro fundido, los veleros de última tecnología y las maquinarias agrícolas cordobesas que desde el año pasado ya empezaron a verse sobre los húmedos campos de esta isla.
Por Adrián Sack - Suplemento Comercio Exterior - Diario La Nación