Aunque pocos dudan de que la locomotora que tira del actual tren del crecimiento económico es la exportación de granos (más precisamente de soja), lo cierto es que no todo es tan sencillo; detrás del modelo exportador argentino, el sector industrial ha tenido y tiene un desempeño ciertamente relevante, a pesar de las dificultades que enfrenta en lo doméstico, con aumentos constantes de costos, pérdida de ventajas cambiarias, legislación rígida y un clima intervencionista, habitualmente poco proclive al estímulo de la actividad privada y al surgimiento de nuevos negocios. Empero, el dinamismo económico mundial parece ser suficiente aliciente no sólo para que nuevas empresas nacionales se acoplen al proceso exportador, sino que también desembarquen firmas extranjeras con el objetivo de colocar sus productos en otros mercados, tal es el reciente caso de la firma india TATA, que se asoció con Fiat para producir vehículos desde Córdoba para todo el mundo.
Más allá de las dudas que plantean las estadísticas en el país, y aún teniendo en cuenta que la fuente de la información es oficial, vale destacar un reciente informe elaborado por el Centro de Estudios para la Producción (CEP), del Ministerio de Economía de la Nación, donde analiza el comportamiento de las exportaciones industriales argentina.
Lo primero que resalta el trabajo del CEP es que, dentro del salto exportador que está viviendo el país en estos últimos años (50 mil millones de dólares proyectados para 2007, 10% más que en 2006), las manufacturas de origen industrial (MOI) vienen jugando un rol muy destacado.
Las ventas externas de este tipo de productos ascendieron entre enero y noviembre de 2006 a 13.395 millones de dólares, cifra que marca un récord histórico superando en 12 por ciento el total anual 2005 y en 23 por ciento los 11 meses de ese año.
Según el CEP, “este notorio dinamismo responde tanto a la evolución de los precios como a la de los volúmenes despachados, que se encuentran hoy en niveles casi 60 por ciento superiores a los de dos años atrás”.
De hecho, las MOI han mostrado el mayor crecimiento entre los grandes rubros de exportación. Su ritmo de expansión promedio del 24 por ciento anual desde 2003 se ubica por encima del aumento del 16 por ciento de las ventas externas totales y del dinamismo de las manufacturas de origen agropecuario. Como resultado de estas tendencias, la importancia relativa de las manufacturas industriales en la canasta exportadora pasó del 25 por ciento en 2003 a casi 33 por ciento en 2006.
El rol de las MOI en las exportaciones es aún más relevante si consideramos la dinámica exportadora desde 2003. En los últimos cuatro años el total de ventas externas argentinas aumentó en casi 17 mil millones de dólares, de los cuales más de 7 mil corresponden a manufacturas de origen industrial. Ello equivale a decir que de cada 10 dólares de nuevas exportaciones argentinas, más de cuatro dólares corresponden a productos industriales.
El sol sale para todos
“A diferencia de las anteriores experiencias de crecimiento de las exportaciones, el proceso actual acontece en sincronía con una fuerte expansión del mercado interno”, afirma el CEP. Esto es relativamente cierto, puesto que, por ejemplo, el salto exportador de los ’90 también estuvo acompañado de un fuerte incremento del consumo interno, tal como lo demuestran las estadísticas sobre ventas de electrodomésticos, vehículos y otros bienes durables. Pero para el CEP, la diferencia es que “en el presente esquema macro, el mercado interno resulta una plataforma de lanzamiento para la conquista de mercados externos, en la medida que la buena performance interna permite lograr aumentos de la capacidad y mejoras en la calidad. Estos factores acercan a las firmas a las posibilidades de abrir mercados fuera de nuestras fronteras”.
Como señala antes el informe, el aumento del valor de las exportaciones industriales se debe en buena medida al incremento en los volúmenes físicos despachados. Según INDEC, esas cantidades crecieron un 46 por ciento en los últimos tres años. Los precios, por su parte, aumentaron 30 por ciento para conformar el crecimiento del 90 por ciento en montos. De este modo, casi el 60 por ciento del incremento de las exportaciones MOI entre 2003 y 2006, puede atribuirse al “efecto cantidades”.
La demanda externa de productos industriales ha aumentado en forma sustantiva en los últimos tres años. Una medida que sintetiza este comportamiento es la relación entre los envíos de este tipo de manufacturas y el propio producto bruto del sector industrial. Así se observa que el ratio actual del 35 por ciento duplica el promedio de 15 por ciento para el período 1993-2001.
“Este fenómeno contribuye a consolidar la fase expansiva de la producción industrial, en la medida en que la diversificación de la demanda desde economías que enfrentan distintos contextos económicos garantiza una mayor estabilidad de los envíos al exterior, asentando el desarrollo productivo sobre bases más sólidas. Adicionalmente, la diversificación de destinos permite ganancias de productividad, no sólo por los efectos de escala generados por una demanda mayor, sino por otro tipo de efectos derivados de las características propias de cada mercado, como la suavización de efectos estacionales”, añade el CEP.
La difusión sectorial
La ampliación de la oferta productiva local desde todos los segmentos industriales permite una sostenida y creciente colocación en el exterior de producciones diferenciadas con mayor valor agregado. Es así que desde 2003, todas las ramas de la industria muestran importantes incrementos acumulados de sus exportaciones.
Inclusive, son varios sectores que se ubican en niveles récord de envíos. El rubro más dinámico es el de “Piedras y minerales preciosos”, cuya evolución aparece fuertemente determinada por el inicio de la explotación del complejo minero de Veladero, en San Juan. Pese a su fuerte crecimiento relativo, este ítem sólo da cuenta del cuatro por ciento de las exportaciones MOI de 2006 y de seis puntos porcentuales del incremento total de las mismas desde 2003, que alcanza el 92 por ciento.
Recuperando su importancia en la proyección externa de la producción nacional, el segmento de Material de Transporte Terrestre es el que más ha aportado al aumento acumulado de las MOI. No obstante, el logro de una mayor integración productiva en el sector manufacturero ha implicado una fuerte presencia de otras ramas como la química, la siderurgia o la metalmecánica.
Esta elevada difusión sectorial entre las MOI es consistente con la ampliación de la base exportadora.
La consolidación del esquema productivo sobre un horizonte macroeconómico más previsible ha alentado a un número creciente de empresas a diversificar sus actividades en operaciones de exportación. Entre 2003 y 2005 hubo un incremento neto de más de 750 empresas exportadoras, a las que se habrían sumado otras 470 en 2006, según los datos preliminares de este año.
“Es interesante observar que casi ocho de cada diez empresas exportadoras de la Argentina son productoras de Manufacturas de Origen Industrial -agrega el trabajo del CEP- En tal sentido, la producción de MOI es una actividad particularmente favorable para la proyección exportadora de las empresas de menor tamaño. La participación de los pequeños y medianos exportadores alcanza el 15 por ciento del total de ventas externas de manufacturas de origen industrial, mientras que para el promedio general tal segmento ronda el 8 por ciento”.
En la evolución de los últimos tres años también las PyMEs se destacan por una importante dinámica, con un crecimiento del 55 por ciento, promediando una tasa anual acumulativa del 16 por ciento.
Otro rasgo auspicioso es la tendencia hacia una diversificación de destinos. En la actualidad el total de naciones compradoras de nuestros productos industriales supera los 190, ubicándose por encima del promedio de 157 destinos de mediados de la década pasada. Ello deriva en una menor concentración, ya que los 10 principales países importadores de estas manufacturas redujeron su participación de 80 por ciento a 75 por ciento entre 1996 y 2006.
Brasil que recibía casi la mitad de estos envíos en el trienio 1996-98, hoy no llega a concentrar un tercio de las mismas, al tiempo que ha crecido notoriamente la importancia de otros mercados como el NAFTA (de 10 por ciento a 19 por ciento) o el resto de América latina (7 por ciento a 11 por ciento). Con una significativa mejora de sus capacidades competitivas, la industria está respondiendo al nuevo esquema de política económica desarrollando su potencial en el mercado interno de forma equilibrada con la expansión de la demanda externa. La evidencia señala que nuestra actividad manufacturera se encuentra hoy en muy buenas condiciones para aprovechar el actual crecimiento del volumen de comercio mundial.
Los clientes de Argentina
Las exportaciones MOI se diferencian de las restantes producciones colocadas en el mercado mundial por su grado de elaboración y de complejidad, una mayor incorporación de valor agregado y su contenido tecnológico. De acuerdo a la última información disponible las MOI llegaron a 191 puntos de destino diferentes en 2006.
Con una concentración inferior a la registrada por la mayoría de las naciones latinoamericanas, los primeros diez países compradores de nuestras exportaciones industriales participaron en 2005 con el 74 por ciento. Venezuela, Colombia, Perú y México, en cambio, muestran proporciones que oscilan entre el 77 por ciento y el 95 por ciento.
La producción industrial tiene, asimismo, una posición consolidada en un número mucho mayor de naciones, hacia las cuales dirige un flujo regular de exportaciones. Así, 70 países adquirieron exportaciones MOI por una cifra superior a los 5 millones de dólares en 2006.
De este modo, se verifica un proceso de incorporación y de consolidación de nuevos mercados para los bienes industriales. Además, existe un número de países, en su mayoría pertenecientes al continente africano, con los que se mantiene un intercambio más variable y por menores valores. Por Javier Marín. Diario La Mañana de Córdoba