Organizaron un criadero de ñandúes con la idea de exportar hacia la UE

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Rio Negro. Con una buena perspectiva que apunta directamente a la exportación, un grupo de emprendedores conesinos se animó a instalar un criadero de ñandúes a pocos kilómetros de esta localidad. Hasta el momento, los esfuerzos están dirigidos a aumentar la cantidad de reproductores y formar los planteles necesarios a fin de lograr un volumen de venta importante. Paralelamente juegan con el tiempo, aguardando que finalmente se instale en Conesa un frigorífico habilitado para exportar a la Unión Europea que allanaría el camino trazado.

Además de la carne (se comercializa a muy buen precio en el mercado interno), se pueden vender las plumas, el cuero (para calzado) y hasta las patas y el pico, redondeando una cifra interesante por animal.

Benito Botinelli inició este emprendimiento tres años atrás casi por casualidad. "Todo empezó con Felipe, un macho que ya tiene 8 años de edad y que fue el pilar del criadero. Lo agarramos en el campo muy chiquito, y tras criarlo le sumamos dos hembras", explicó.

A la iniciativa se agregaron otros cinco vecinos de Conesa que le dieron forma a un proyecto a mediano plazo, e impulsaron la cría de este animal para comercializar su carne y derivados. Según se indicó, el precio de un kilo de carne de ñandú puede alcanzar los veinte pesos en el mercado interno, orientado principalmente a restaurantes de Buenos Aires y Bariloche.

Por ahora la meta de Botinelli es fortalecer el criadero, con una buena cantidad de reproductores que le aseguren una producción estable a lo largo del tiempo.

La multiplicación puede ser al natural o por medio de incubadoras. Aunque el experto aseguró que si bien ha probado los dos métodos, prefiere el natural porque le ha dado mejores resultados. Entre agosto y setiembre se colocan tres hembras con un macho y al cabo de cuarenta días cada una de ellas habrá puesto unos diez huevos. Entonces el macho se echa en el nido a incubar y permanece allí los 38-42 días de gestación. Luego también se encarga de la crianza.

En tanto, las hembras son retiradas y diez días después -se ponen en celo nuevamente- se las coloca junto a otro macho para repetir la operación. La misma rutina se realiza en tres oportunidades entre setiembre y diciembre, que es la época de cría. Un ejemplar adulto puede dar hasta treinta kilos de carne, aunque vale aclarar que los cortes de mayor calidad (picana y pulpa de los cuartos) alcanzan los 12 a 15 kilos por animal.

"La carne de ñandú es exquisita, la podés comer con grasa que no cae mal al estómago. Por eso hay platos especiales en restaurantes de Buenos Aires y Bariloche. Llegan a pagar veinte pesos por kilo" aseguró Botinelli.

El peso ideal para su faena se logra a los catorce meses mientras que su alimentación es variada y se basa principalmente en granos (trigo, avena) y frutas, entre otros.

El proyecto es ambicioso. Se apunta directamente a la exportación, y para ello deben contar con un importante plantel de reproductores a fin de lograr un buen volumen de venta.
En eso están estos emprendedores de Conesa.
Fuente: Diario Rio Negro