Kazakhstan es una república ubicada en Asia Central que limita al norte con Rusia, al este con China y al sur con Kirguizistán, Uzbekustan y Turkmenistán, y al oeste con el Mar Carpio y Rusia, con una densidad demográfica muy similar a la Argentina, que abre la posibilidad de un nuevo mercado exportador para la maquinaria agrícola argentina. Aunque allí hablan el idioma ruso, la exportación de petróleo es su actividad económica de relevancia y la actividad agrícola es de baja productividad debido, entre otras cosas, al bajo régimen de lluvias, que es de 400 mm /año. Pero se producen 19 millones de toneladas de grano con una ventana de 5 meses de condiciones climáticas apropiadas para la siembra, el desarrollo y la cosecha de los cultivos. La producción de trigo alcanza 16,5 millones de toneladas con buena calidad de grano. Otros cultivos de importancia son: cebada, avena, girasol, arveja y alfalfa. También abundan pastizales naturales.
El potencial del crecimiento productivo de la agricultura es bueno y depende, entre otros factores, de la incorporación de tecnología proveniente de países desarrollados en agricultura. A fin de lograr este avance, Argentina es uno de los elegidos por los kasajos y así es que se desarrollará un INTA kasajo tomando como ejemplo la prestigiosa institución argentina. Sus técnicos exportarán su experiencia y conocimiento.
Asimismo suman sus esfuerzos el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico Regional con influencia en Santa Fe y Córdoba (CIDETER), el Centro Industrial de Armstrong y la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola CAFMA y el INTA Manfredi, en acciones de capacitación para productores e industriales kasajos.
Estas acciones generaron interés por parte de grupos de inversionistas de Kazakhstan y de proveedores internacionales de maquinaria, algunos de los cuales cuentan con años de experiencia en las relaciones con fabricantes argentinos. Así se genraron convenios para exportar maquinaria desde Crucianelli y Bertini en sembradoras, Pauny en tractores, Akron en acoplados y embolsadoras, Vassalli en cosechadoras, Mainero en equipos de forraje conservado, cabezales maiceros y girasoleros y Mega en secadoras de granos. La cuestión es que la acción conjunta del Estado y de organizaciones privadas del sector maquinaria agrícola, comenzó a brindar frutos concretos, con reales exportaciones de maquinaria argentina.
A juicio de los expertos de INTA Manfredi, el futuro de las exportaciones de maquinaria agrícola Argentina es promisorio. Y su desarrollo ayudará al crecimiento de una industria con raíces distribuidas en pequeñas ciudades y pueblos, de diferentes regiones de nuestro país.
Crece una industria que demanda trabajo en diferentes puntos del interior del país. Diario Clarín